sábado, agosto 23, 2008

CUBA, SEGURIDAD SOCIAL INSEGURA

CUBA, SEGURIDAD SOCIAL INSEGURA



Por Oscar Espinosa Chepe
21 de agosto de 2008

La Habana – www.PayoLibre.com – El legado recibido por el General Raúl Castro al asumir la presidencia de los Consejos de Estado y de Ministros es desastroso. El país está arruinado y pletórico de problemas muy arduos de resolver, debido a dificultades económicas, políticas, sociales, demográficas, medioambientales y considerables pérdidas de valores humanos por tantos años de crisis.

Entre la gran lista de problemas acumulados se encuentra la calamitosa situación de la seguridad social, atenazada por el empeoramiento de la dinámica demográfica y por factores económicos. En esas circunstancias, el gobierno ha elevado la edad de retiro de las mujeres a 60 años y los hombres a 65. Además se aumentará a 30 años el tiempo de trabajo necesario para obtener la jubilación, que anteriormente era 25, y se aplicará a todos los trabajadores la obligación de contribuir con parte del salario al financiamiento de la seguridad social.

Las edades de retiro vigentes hasta ahora, 55 años para las mujeres y 60 para los hombres, se adoptaron como medidas propagandísticas en tiempos de las grandes subvenciones de la Unión Soviética y países de Europa del Este, y como otras cuestiones sin resolver, debieron haber sido rectificadas hace tiempo de acuerdo con las posibilidades reales de una economía tan pobre y subdesarrollada como la cubana.

Desde hace años, aproximadamente el 60,0% del sistema de pensiones se financia con las contribuciones de las empresas y los trabajadores destinadas a ese objetivo, el resto ha corrido a cargo de otros fondos del Presupuesto Nacional. La diferencia asumida por éste ha aumentado significativamente con el tiempo; si en 1989 era de 418 millones de pesos, en el 2006 fue de 1 400 millones. Los fondos totales requeridos por la Seguridad Social crecieron de 1 094,0 millones a 3 570,0 millones, más de 3 veces en ese período, mientras el total de gastos del Presupuesto en la etapa lo hizo 2,4.

Esta preocupante situación se debe a factores demográficos y económicos. La población se encuentra en franco retroceso y el 2008 será el tercer año consecutivo de decrecimiento absoluto. Esto se debe al declive de las tasas de fecundidad (cantidad de hijos por mujer) de 1.43 y de reproducción (cantidad de hembras por mujeres) de 0.69, insuficientes para producir el aumento poblacional, con un desplome ambas del 70,0%, con respecto a los primeros años del decenio 1960, lo que resulta en una tendencia al envejecimiento poblacional que alcanza ya el 16,6% (personas con 60 años y más). Pero para 2025 se estima será del 26,1%. Un proceso provocado por la negativa de las familias a reproducirse debido a un entorno lleno de carencias y calamidades, exento de futuro para las nuevas generaciones.

Es cierto que a esto se une que el continuado envejecimiento también se debe al aumento de la esperanza de vida al nacer actualmente de 77,2 años. Las autoridades mencionan que en el período 1955-59 era de 62 años para subrayar los avances logrados por la medicina cubana. De esa forma pretenden hacer olvidar los logros científicos mundiales obtenidos en más de medio siglo que han permitido prolongar la vida de los seres humanos.

Debe resaltarse que el indicador obtenido en los años 1950 era alto para la época. De hecho, sin referencias a otras áreas geográficas más atrasadas, países latinoamericanos decenios después no lo habían alcanzado aún, mientras Costa Rica (78,1) y Chile (77,8) sin tanta propaganda hoy superan a Cuba, como refleja el Informe sobre Desarrollo Humano 2007-2008 del PNUD.

A este panorama debe añadirse un elemento soslayado en los análisis de las autoridades cubanas: el éxodo constante de ciudadanos hacia el exterior en busca de oportunidades. De acuerdo a cifras oficiales, en el período 2000-2007 el saldo migratorio externo fue superior al cuarto de millón de personas, con amplia participación de jóvenes, cifra que podría ser muy superior en los próximos años si continuara el deterioro del nivel de vida.

Hay que destacar que a pesar del notable incremento del financiamiento para el pago de las pensiones, la protección brindada por el sistema es virtual, y en la práctica es muy difícil que algún pensionado pueda vivir con lo que recibe. En valores nominales, entre 1989 y 2007 la pensión media aumentó de 83 pesos a aproximadamente 205, es decir 2.45 veces. Sin embargo, de acuerdo al poder de compra real de 1989, si se tiene en cuenta la inflación de los años transcurridos, la pensión recibida en 2007 representa mucho menos de la tercera parte de aquella.

Baste señalar que actualmente la pensión mínima -percibida por más del 50,0% de los pensionados- es de 200 pesos mensuales, equivalentes a 8 (CUC) pesos convertibles e igual a 10 US dólares, mientras el Estado vende una bolsa de leche en polvo de 1 kilogramo en 6.50 CUC.

Por otra parte, el gobierno pretende con la nueva legislación que muchos jubilados regresen a laborar y ha prometido que recibirán adicionalmente el salario completo, con lo cual se eliminará el método anterior de añadir una cantidad de dinero a la pensión hasta cubrir el salario correspondiente a la plaza ejercida.

Estos cambios en la Seguridad Social se analizarán con los trabajadores en los próximos meses, pero ya se aprecia un rechazo silencioso, pues la puesta en práctica de esas decisiones empeorará la situación de los trabajadores dado el incremento del requisito de años de trabajo para retirarse y por el pago de una contribución adicional, cuando los salarios no alcanzan para cubrir las necesidades fundamentales. El salario a fines del 2007, según estimaciones de especialistas, representaba en términos reales una cuarta parte del magro ingreso percibido en 1989.

La solución del problema de la Seguridad Social será muy difícil de lograr con medidas parciales como las antes apuntadas. Se requiere un cambio radical en el sistema económico, que aliente la eficiencia y el aumento de la productividad; y genere el incremento de la confianza de los ciudadanos. Sin medidas integrales no se logrará esos objetivos, y solamente se incrementará el disgusto de la población con mayores peligros para el futuro de la nación.