domingo, septiembre 21, 2008

ENERGIA ELECTRICA, CASREO, GUSTAV Y IKE

Energía eléctrica, Castro, Gustav y Ike



Por Manuel Cereijo


Después de casi 50 años, el experimento socialista de los Castro ha llevado a Cuba a la degradación económica sintomática de toda economía planificada y controlada por un gobierno y el deterioro de la infraestructura: un déficit habitacional de 1 millón y medio de viviendas, un sistema eléctrico ineficiente, acueductos deteriorados, un transporte pésimo, deudas enormes, industrias ineficientes, declive de los índices de vida y escasez de los bienes básicos de consumo.

El sistema eléctrico de Cuba desde 1959 puede dividirse en tres etapas, para facilitar el análisis del mismo. Estas etapas son: del 1959 al 1989, donde predominó la inversión soviética y se construyeron varias plantas generadoras grandes; 1990 al 1997, la que corresponde a la caída del bloque socialista y el periodo especial. Durante estos años hubo que retirar muchas plantas, más de la mitad, por roturas no reparables; y 1998 al presente, que es, desde luego, la de más interés para nuestro análisis.

Esta última década ha sido una de resultados mixtos. Del 1998 al 2004 hubo cierto progreso en el sistema eléctrico, que había tenido su peor época desde el 90 al 97, ya que se invirtió en la modernización de varias plantas. Sin embargo, el uso del petróleo doméstico y los años de funcionamiento de algunas de las plantas, provocaron una crisis en el sistema.

El gobierno trató de resolver este problema con una cuantiosa compra de generadores pequeños, conocidos como grupos electrógenos, instalados en múltiples sitios, llamados baterías. Estos generadores son muy ineficientes y tienen un consumo de combustible diésel muy alto. Eso fue una decisión política, y desde el punto de vista económico y de ingeniería, un verdadero desastre.

Después del 2004 han sido comprados generadores medianos, que utilizan petróleo como combustible y que están siendo instalados en las localizaciones de las plantas de generación principales. Esto es sólo una solución temporal, y tampoco la más acertada para solucionar el problema energético. Al mismo tiempo están utilizando gas natural, en un proyecto conocido como ENERGAS, en cooperación con la industria canadiense Sherritt. El gas natural se extrae del petróleo doméstico y es una solución más adecuada y efectiva.

(Carlos Lage construcción de nueva central eléctrica de Mariel. Cuando entre en funcionamiento, generará 147,2 MW con fuel oil, lo que resulta un puntal importante para el abastecimiento de energía a las occidentales provincias de Pinar del Río, La Habana y Ciudad de La Habana; periódico digital trabajadores del 5 de enero de 2008 )

De las 17 plantas eléctricas grandes conque contaba Cuba en 1989, sólo están funcionando 7. Estas 7 plantas tienen una capacidad instalada de 3,000 megavatios. Sin embargo, la eficiencia de generación tiene un promedio de 65%. El sistema de líneas de transmisión y distribución están en estado pésimo, produciendo pérdidas muy altas a través del sistema, a un nivel del 18% al 20%, muy por encima de lo normal, que debe ser menos de un 8%.

Si a la capacidad de las 7 plantas principales se le añade la capacidad instalada del grupo electrógeno, y de ENERGAS, la capacidad total instalada es de 4,900 megavatios, que sería adecuada para suplir la demanda. Sin embargo, debido a las roturas, pérdidas, y mantenimiento fuera del normal por averías, esta capacidad se reduce a 3,200 megavatios, que es inadecuado para la demanda actual.

Todo esto antes del paso de los huracanes Gustav y Ike. Estos huracanes han causado un gran daño en la infraestructura de Cuba --viviendas, telecomunicaciones, agua potable, alcantarillados, energía eléctrica-- así como en la agricultura y comercio. A continuación analizaremos las necesidades inmediatas en el sector de la energía eléctrica.

Los huracanes afectaron principalmente 4 de las 7 plantas importantes de generación que existen en Cuba. A saber: Lidio Ramón Pérez, en Felton; Máximo Gómez en Mariel; 10 de Octubre, Nuevitas; Carlos M. de Céspedes, Cienfuegos, afectando principalmente las líneas de transmisión de alto voltaje, las líneas de transmisión secundarias y los transformadores asociados con las mismas.

Un estimado preliminar indica la necesidad urgente, de emergencia, para poner el sistema eléctrico a un mínimo de operacionalidad, de instalar aproximadamente unos 500 km de líneas de transmisión, incluyendo las torres y los postes, desde 220 kilovoltios a 110 voltios, a un costo de 135 millones de dólares. En cuanto a los transformadores, se puede estimar que se necesitan unos 1,100 transformadores, de diversos voltajes y usos, a un costo de 185 millones de dólares. Si hay que reparar, o reconstruir unidades de las plantas afectadas, el monto pudiera variar entre 200 a 400 millones de dólares adicionales.

Antes del azote de los huracanes, el sistema electroenergético de Cuba, desde las refinerías de petróleo a las plantas generadoras y a los sistemas de transmisión y distribución estaba en un estado general pésimo y se requirirá una inversión grande, tanto por el nuevo gobierno como por inversionistas privados, una vez que el país esté en plena transición democrática. Se estima que la inversion puede fluctuar, en los primeros cinco años de una transición en Cuba, entre 2,000 y 2,500 millones de dólares.

El mal es un problema cuando su génesis se enraiza en la responsabilidad del ser humano --gobierno de Cuba por 50 años-- y el mal es un misterio cuando no se encuentra su origen. Hay que tener valor para cambiar lo que puede cambiarse, paciencia para aceptar lo que no puede cambiarse y sabiduria para discernir lo uno de lo otro. La comunidad internacional debe pedir la renuncia del gobierno cubano, por su irresponsabilidad durante 50 años de abandono de la infraestructura cubana y su total incapacidad actual de proveer una recuperación adecuada y rápida al desastre que afecta al pueblo cubano por el paso de los huracanes Gustav y Ike.