sábado, septiembre 06, 2008

SARAH DE AMERICA.

SARAH DE AMÈRICA.



Por Alfredo M. Cepero.

Desde que su nombre hizo su aparición en la escena nacional la prensa controlada por la izquierda aristocrática, plañidera e hipócrita la atacó con un ensañamiento que no ha mostrado ni siquiera contra Osama Bin Ladin ni contra los terroristas que derrumbaron las Torres Gemelas del Centro Mundial de Comercio en Nueva York. Sarah Palin es demasiado madre, demasiado esposa, demasiado pro-vida, demasiado valiente, demasiado conservadora, demasiado íntegra, demasiado directa y, sobre todo, demasiado independiente para dejarse influenciar ni mucho menos intimidar por opiniones ajenas. Algo así como un McCain mejorado en apariencia, atractivo y simpatía. Y eso no se lo perdonan ni las elites intelectuales de Boston, Nueva York o Washington ni los jerarcas de una prensa ensoberbecida que insiste en arrogarse el privilegio de poner y quitar presidentes.

Por eso, a falta de argumentos para impugnar su conducta profesional o política, tomaron el camino del pantano en que le lanzaron el fango de virulentos ataques personales que en nada tienen que ver con su capacidad para ejercer el cargo para el que ha sido postulada. Quién que no sea un enemigo solapado y cobarde no puede estar interesado en el estado de gestación de su hija de 17 años ni en el arresto de su esposo hace 22 años por conducir bajo la influencia de alcohol. Los mismos periodistas parcializados que en 19 meses jamás han mostrado interés en los oscuros antecedentes de Barack Obama, dispararon contra Sarah Palin toda una andanada de acusaciones, mentiras e improperios en solo una semana. No importa que Obama haya consumido estupefacientes, haya mantenido negocios turbios con terroristas confesos, estado en contubernio con delincuentes sancionados y haya cultivado relaciones estrechas por mas de veinte años con un pastor envenenado y demente que ha hecho de la teología de la liberación su himno de batalla contra la sociedad norteamericana. Lo que importa es mantener intacto su Caballo de Troya para manipular a su antojo al pueblo de Estados Unidos.

Pero llegó la noche del 3 de septiembre y con ella la hora de Sarah Palin. La dama de la esperanza desplegó una amplia sonrisa, se quitó los guantes y, a la manera de su admirado Ronald Reagan, habló sobre las cabezas de la prensa tendenciosa y hostil directamente al pueblo norteamericano. El ojo inquisitivo y fidedigno de las cámaras de televisión nos reveló a una mujer segura de sí misma, con alma de paloma pero con corazón de león. Una mujer que limpió de corruptos el gobierno de Alaska, caza alces en inhóspitos parajes nevados, lleva una pistola al cinto, tiene un hijo defendiendo la libertad en Irak, se define a sí misma como una “Hockey mom” y dice que la única diferencia entre esas madres y un perro pitbull es la pintura de labios. Y en un despliegue de civismo y de coraje, Sarah agarró el toro por los cuernos y le dijo a la misma prensa que la atacó sin piedad que ella no iba a Washington “a ganar simpatías ni adulaciones sino a servir al pueblo norteamericano.

Dicho sea de paso, Sarah Palin es la primera mujer postulada para tan alto cargo por el Partido Republicano. Ya en 1984, los demócratas habían postulado a Geraldine Ferraro como compañera de fórmula de Walter Mondale. Y en este 2008, muchos esperaban que Hillary Clinton, una mujer que demostró tenacidad, inteligencia y coraje en el curso de las primarias demócratas, fuera postulada como compañera de fórmula de Obama. Pero la animosidad personal y las rencillas internas dentro del partido que se proclama como representante de las aspiraciones de los negros, de las mujeres, de los obreros y de las minorías ignoró los méritos de Hillary Clinton y demostró que esas afirmaciones son mas promesas hipócritas que verdaderos compromisos con sus militantes. ¡Qué ironía y que golpe maestro ha sido que el Partido Republicano—acusado de ser refugio de los ricos, los intransigentes y los calambucos—haya postulado a quien estamos convencidos de que se convertirá en la primera Vice-presidenta electa de los Estados Unidos! En mi caso particular, mi mujer me ha premiado, además de con dos varones, con tres hijas. Y mis hijas me han hecho el regalo maravilloso de seis nietas. Le doy gracias de Dios de que todas ellas crezcan en un mundo donde, como Sarah Palin, las mujeres pueden aspirar y lograr los mas altos cargos y honores a base de talento, inteligencia y coraje.

Pero, volviendo a Sarah y dicho en términos simples, esta mujer es una seria amenaza para la cultura hipócrita de la política en la capital norteamericana y para los movimientos feministas que defienden como derecho el asesinato de los non-natos y promueven la hostilidad entre los sexos como medio hacia la igualdad femenina. De pronto los conservadores tienen un símbolo y esto le ha quitado el sueño a la izquierda fanática y delirante. Y más importante aun, Sarah es como una estrella polar de optimismo en medio de una noche donde la oscuridad es acentuada por los nubarrones ominosos de una guerra prolongada, una economía debilitada y una crisis energética. Por eso el pueblo de los Estados Unidos se aferra a la esperanza en la sonrisa de esta mujer extraordinaria.

Una mujer que se muestra orgullosa de haber sido la alcaldesa de un pueblo pequeño, donde las vidas y los destinos se unen con la fuerza de los principios compartidos. Una mujer que quiere servir al pueblo norteamericano como sirvió en su cargo de gobernadora del pueblo de Alaska, con pocos impuestos, limitadas regulaciones y libertad para crear riqueza material y desarrollar riqueza espiritual. Como una madre generosa y sabia, Sarah no impone anclas sino alimenta alas para que sus hijos vuelen alto y orgullosos en un mundo hostil y competitivo en lo económico y en lo militar. Los Estados Unidos, que fueron fundados sobre la base de la soberanía del pueblo sobre los destinos nacionales nunca han tenido una reina. Sarah es, sin embargo, lo más cercano que este país jamás haya tenido a una reina.Una reina con sus raices bien afianzadas entre los hombres y mujeres de su pueblo. Que creció y se formó entre los que sudan la camisa, producen la riqueza y salvaguardan los valores morales de la nación. Por eso esta Sarah de Alaska se ha convertido, de la noche a la mañana, en la Sarah de América.

Alfredo M. Cepero
Miami, Florida, 5 de septiembre, 2008.