¡ SOLAVAYA COMPAÑERO !
¡Solavaya compañero!
Por Juan González Febles
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Huele a nomenklatura y a privilegio el nuevo manifiesto. Parte de la primera condición exigida a cualquier persona natural o jurídica, por parte de la élite verdeolivo cubana, para no ser descalificada a priori: Sostiene posiciones anti norteamericanas.
En Cuba, desde la óptica oficial, para hablar de política y ser considerado ‘moderado’, es menester estar contra los Estados Unidos. Sólo desde que usted critique a USA, será considerado un eventual interlocutor válido, por la esfera de poder verdeolivo. El plan del compañero Campos, guarda semejanzas, con ópticas planteadas anteriormente por el Sr. Estefanía desde Suecia y en La Habana, por Manuel Cuesta Morúa y sus moderados seguidores.
No deja claro el punto de la responsabilidad. Tampoco se ha referido a la forma más simple y directa de escuchar la voluntad popular: Una amplia, libre y abierta consulta popular con todos los factores políticos presentes en la Isla, en una participación igualitaria. Una que deje claro, si el pueblo de Cuba quiere el socialismo que promueve o no. Así de sencillo.
Campos no habla claro. Esto invalida su discurso. Como se dice en Los Sitios y La Victoria, no se puede ser, ‘ambia del muerto y consorte del matador’. Esto es un viejo refrán yoruba, que expresa que no se puede ser amigo del asesinado y colaborador del asesino. Campos tiene que definirse sobre si apoya a la nomenklatura que destruyó el país, o al pueblo víctima del desastre.
Campos nos sirve como verdad absoluta una presunción que vista desde un punto de vista, es inaceptable y desde otro punto de vista, muy discutible. Es la versión modernizada del planteamiento del primer dictador de nuestra vida republicana: el también general Gerardo Machado Morales. Este vaticinó, que si caía, sobrevendría el diluvio o el desastre. Los arios verdeolivo, curiosamente sostienen una variable de esta peregrina tesis.
Para Campos, la nación cubana desaparecerá sin la presencia del Partido Comunista y de su vieja y gastada nomenklatura en la que el pueblo cubano, no cree. Aunque reconoce que los jóvenes no aceptan la revolución y por esta razón, emigran y se niegan a procrear, Campos no ve en esto un masivo rechazo. Prefiere recurrir al imperialismo, a su embargo y a la socorrida cuerda del anti americanismo.
En un interesante ejercicio de prestidigitación, Campos por una parte nos escamotea procedimientos y fines y por otra, los promueve. Rechaza al capitalismo de estado representado por el modelo chino, pero lo reconoce como forma válida de acceder a la riqueza. Como colocar gafas oscuras a alguien, para que nadie se percate que los ojos son oblicuos, verdes, azules o negros.
Campos quiere desarmar a la oposición interna que no cree en el Partido Comunista. Propone leyes represivas para que esta oposición se vea
Campos plantea la misma maldición gitana que lanza al mar a personas que temen menos a los tiburones del Estrecho, que a la presencia de la Seguridad del Estado en sus pobres viditas. Nos amenaza con otra vez el socialismo. Curiosamente preserva a la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, esa misma que el pueblo, a quien Campos no quiere o no puede escuchar, llama ‘chivatientes’.
jgonzafeb@yahoo.com
Véase en: http://www.kaosenlared.net/ Cuba necesita un socialismo participativo y democrático. Propuestas programáticas. Por: Pedro Campos
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