viernes, octubre 17, 2008

18 DÍAS EN UN CALABOZO

18 días en un calabozo


Por Juan Carlos Linares Balmaseda

LA HABANA, Cuba, octubre (www.cubanet.org) -Jorge Chaple González pasó 18 días en una celda de la unidad de policía El Capri. El pasado 26 de septiembre 8 policías irrumpieron en su habitación con una orden de registro. Entraron arrancando de la puerta las pegatinas impresas que decían CAMBIO.

Llegaron con el pretexto de desactivar una fábrica clandestina de zapatos. El supuesto dueño de la fábrica no es otro que el presidente del movimiento opositor al gobierno “Hermanos Fraternales por la Dignidad”. Chaple González se dedicó a fabricar zapatos durante mucho tiempo, y no de forma clandestina, pues tenía licencia de trabajador por cuenta propia.

Le decomisaron hormas de zapato, algunas herramientas de zapatería, un radio de bolsillo, varios CD con programas sobre activismo cívico en Europa del Este, copias de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y una foto de Antonio Maceo, nombre de la pequeña biblioteca independiente que dirige.

Una vez en la unidad policial lo metieron en un calabozo. Lo ficharon, le tomaron fotos, huellas dactilares, y le propusieron que colaborara con la Seguridad del Estado, manteniéndose dentro de la oposición. En tres ocasiones intentaron procesarlo, pero o las pruebas eran demasiado inconsistentes o faltó un fiscal lo suficientemente vil.

El 14 de octubre lo liberaron después de pagar una multa de 200 pesos. Pensó en otros opositores que han llegado al tribunal para ser juzgados y los juicios se han suspendido, continuaron sufriendo detenciones arbitrarias, como aconteció con Livio Fernández, Armando Oliva, Arnaldo Herrera.

Son muchos los casos de acoso contra la población, disidente o no. Hace poco, en el barrio habanero Luyanó, Ricardo Escarpenter, de 42 años, contagiado con el VIH, fue citado a la sede de la policía política sólo porque conversó con dos activistas de derechos humanos. En el curso del interrogatorio, el agente intentó extorsionarlo recordándole que los tres medicamentos que toma para combatir su enfermedad son suministrados “gratuitamente” por el Estado.

En el poblado de Guanabo, municipio Habana del Este, la bibliotecaria independiente María Elena Mir denunció actos similares de asedio policial. La lista sería interminable.