¿DONDE ESTA EL McCAIN DEL HANOI HILTON?.
¿DONDE ESTA EL McCAIN DEL HANOI HILTON?.
Por Alfredo M. Cepero.

El pueblo norteamericano está indignado, busca a los culpables y demanda justicia. Las multitudes echan la culpa al partido en la Casa Blanca y McCain tiene la desgracia de ser miembro del mismo. En esta difícil situación tiene que hacer tres cosas. Primero, desenmascarar a los culpables. Destacar que fueron el Partido Demócrata y sus miembros en el Congreso, Barney Frank, Christopher Dodd, Nancy Pelosy, Harry Reed y Maxine Waters entre otros muchos, quienes forzaron a las instituciones financieras a extender hipotecas sin los requisitos acostumbrados a miembros de minorías que carecían de los recursos para pagar los prestamos. Esta política demagógica creó la burbuja que, cuando explotó, desató la crisis económica. Segundo, marcar distancia del Presidente Bush a quién el se opuso en el Senado tratando de impedir el derroche bipartidista que ocasionó este gigantesco déficit nacional. Y tercero, hacer la promesa solemne al pueblo norteamericano de que, bajo su gobierno, se hará justicia sin excepciones y los criminales irán a parar a la cárcel. Esta es una promesa que no puede hacer el Barack Obama que jamás ha confrontado a los miembros de su partido pero si pueden hacerla, además de ser creídos, un John McCain y una Sarah Palin que han mostrado el coraje de denunciar y castigar la corrupción dentro del propio Partido Republicano.
No fue hasta que McCain decidió promover la energía nuclear y apoyar la exploración de petróleo frente a las costas Atlántica y Pacífica que la campaña de Obama cambió su enfoque para solucionar la crisis de la energía que, al mismo tiempo, pone en peligro la seguridad de los Estados Unidos. Hasta ese momento, el Partido Demócrata—cautivo de los ambientalistas fanáticos—proponía un programa limitado a reducir el consumo, explorar el potencial del sol y el viento como fuentes de energía y promover el uso de los bio-combustibles como sustitutos del petróleo. Sin embargo, hasta el momento la campaña de Obama continua expresando dudas sobre los procedimientos para la exploración frente a las costas, la disposición de los residuos producidos por las plantas nucleares y el uso del carbón en la producción de energía eléctrica. En total contraste, McCain y Palin cuentan con un programa para producir docenas de plantas nucleares en los próximos veinte años, perforar sin peligro frente a nuestras costas, ahorrar 700,000 millones de dólares al año

Mucho se ha dicho en ambos lados del argumento sobre si es o no pertinente que la campaña de McCain destaque la larga relación de Obama con terroristas impenitentes como Bill Ayers, criminales sancionados como Tony Rezko, predicadores histéricos como Jeremiah Wright, farsantes como el Padre Pfleger y campeones del odio como Louis Farrakhan. En realidad, esta nación ha superado en el pasado retos y peligros sin duda mayores que los representados por esta extraña colección de terroristas, criminales, inadaptados y diletantes. Por lo tanto, nuestra preocupación no debe ser la asociación de Obama con estos personajes sino su negación de los hechos y sus respuestas ambivalentes y evasivas cuando se le confronta con preguntas relacionadas con ellos. Un hombre que demuestra el poco juicio de tener amistades como estas y después esconde la verdadera naturaleza de la relación no está capacitado para gobernar esta nación.
En el curso de su breve vida política, la suerte de Barack Obama ha estado estrechamente relacionada con la Asociación de Organizaciones Comunitarias para la Reforma Inmediata (ACORN), por sus siglas en inglés. Alrededor de la década de los 90, cuando realizaba labores de organizador comunitario en la ciudad de Chicago, Obama se desempeñó como abogado de Acorn y entrenador de los miembros de la organización. Un poco mas tarde, y en su condición de Presidente de la Fundación Annenberg—un cargo que obtuvo gracias a los buenos oficios de su amigo Bill Ayers—Obama concedió 100 millones de dólares a Acorn para entrenar a grupos juveniles en la ciudad de Chicago en el arte de la participación activa en la vida política. Fondos cuyo objeto primordial era mejorar el conocimiento en materias como las ciencias y las matemáticas fueron utilizados para promover la agenda política de organizaciones radicales.
Y sorpresa, sorpresa, la campaña de Obama pagó este año 800,000 dólares a Acorn para la inscripción de votantes durante las elecciones primarias. La misma Acorn que está siendo investigada en este momento por el Buró Federal de Investigación bajo cargos de fraude en la inscripción de votantes en 12 estados de la Unión, entre ellos los intensamente debatidos estados de Nevada, Florida, Illinois, Ohio e Indiana. La pregunta que todos debemos hacernos es: ¿Podemos confiar en que un Presidente Obama nombre a un Secretario de Educación que verdaderamente promueva y proteja los valores norteamericanos? Y otra mas: ¿Podemos confiar en que un Presidente Obama nombre a un Fiscal General que persiga y procese a criminales y terroristas tanto dentro como fuera de los Estados Unidos?
En un momento en que los Estados Unidos están combatiendo en dos frentes de guerra a millares de millas de distancia, son confrontados por una Unión Soviética que invade a sus vecinos y envía a su flota a realizar maniobras navales con la hostil dictadura venezolana y confronta problemas para satisfacer sus necesidades de petróleo Washington necesita mas que nunca una mano firme en el timón. Definitivamente, no un senador novato con tres años de experiencia y un “organizador comunitario” que ha prometido reunirse sin condiciones con bribones de la calaña de Mahmoud Ahmadinejad, Kim Il Sung, Chavez y los hermanos Castro. Ningún político experimentado ni persona en su sano juicio se negaría a llevar a cabo contactos diplomáticos antes de recurrir a la acción militar. Sin embargo, sin el respaldo de un verdadero poderío militar la diplomacia con dictadores despiadados como estos no llegaría a ninguna parte. Es importante conversar pero mas importante aún dejar bien claro que la alternativa no son mas conversaciones sino acciones efectivas, ya sean comerciales, militares o de otra naturaleza. Mc Cain puede hacer esto porque ha sido demostrado por sus antecedentes y su experiencia. Obama jamás podría hacerlo porque no está en su naturaleza ni en su conducta anterior.
Obama ha prometido reducir los impuestos al 95 por ciento de los norteamericanos. El problema con esa promesa es que el 40 por ciento de las personas con ingresos en este país no pagan impuestos sobre la renta. Surge entonces la pregunta de: ¿Cómo van a recibir una reducción de impuestos personas que no pagan impuestos? Para un cuentista como Obama resulta fácil engañar a mucha gente. Sobre todo si lo que dice es lo que la gene quiere oír. Su gobierno enviaría a este 40 por ciento de norteamericanos el equivalente de un cheque de asistencia social disfrazado de crédito impositivo. Y, a la manera de un Robin Hood del Siglo XXI, Obama buscaría el dinero aumentando los impuestos a los ricos. Los mismos ricos que son propietarios y operadores de las compañías donde ese 40 por ciento trabaja y podría ser despedido cuando la liquidez no alcance para pagar la nómina. Se nos antoja que, de alguna manera, esta fórmula podría no resultar tan atractiva para sus potenciales beneficiarios.
Y si lo que les he contado hasta ahora no es suficiente para preocuparlos, escuchen esta terrible y desastrosa probabilidad. Según están las cosas a tres semanas de las elecciones, existe la alta probabilidad de que el Partido Demócrata controle la Casa Blanca y ambas cámaras del Congreso. Como si en una versión política de la comedia de vaqueros norteamericanos Los Tres Amigos nos encontrásemos con Barack Obama, Harry Reed y Nancy Pelosi manipulando y arruinando a su antojo las vidas de millones de personas en este país. Muy pocos de nosotros tendríamos motivos para la risa porque sería un gobierno de políticas proteccionistas para beneficios de los sindicatos y perjuicio irreparable para millones de consumidores. Un gobierno de litigios y regulaciones donde los burócratas destruirán los mercados libres de bienes, servicios y hasta de ideas. Un gobierno con la capacidad de nombrar sin objeciones a magistrados del Tribunal Supremo que con toda seguridad votarán a favor del aborto al por mayor y de los matrimonios entre personas del mismo sexo. Un gobierno que destruirá el capitalismo democrático según lo conocemos y que aplicará las políticas socialistas rechazadas una y otra vez cuando fueron presentadas por extremistas como George McGovern, Mike Dukakis y Walter Mondale. Si permitimos que esto ocurra bien podríamos formar filas dentro del Socialismo del Siglo XXI promulgado por Hugo Chávez. (Miami, 10-13-08)
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