JORNADA MACEO - ¿ CHE ?
Jornada Maceo - ¿Che?
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(FRAGMENTO )
ERNESTO GUEVARA DE LA SERNA VINO AL MUNDO EL 14 DE MAYO DE 1928, AUNQUE SU ACTA DE NACIMIENTO DICE QUE FUE EL 14 DE JUNIO. EL ASMA LE ATORMENTÓ DESDE SUS DOS AÑOS DE EDAD; SUS LARGOS PERIODOS DE ENFERMEDAD LE HICIERON UN LECTOR ÁVIDO.
TRAVIESO, INCLUSO BRIBÓN. ASÍ ERA EL PEQUEÑO ERNESTO, QUE HABÍA HEREDADO EL ESPÍRITU DESAFIANTE DE SU MADRE Y EL ATEÍSMO DE SU PADRE. NI EL ADOLESCENTE NI EL JOVEN UNIVERSITARIO MOSTRARON INCLINACIONES POR LA POLíTICA.
Su acta de nacimiento dice 14 de junio de 1928. De ser así, Ernestito Guevara de la Serna era un Géminis y se había adelantado en llegar al mundo como un sietemesino. Sin embargo, el investigador californiano Jon Lee Anderson, que durante cinco años hurgó en el pasado del argentino, afirma que en verdad fue un Tauro, que se tomó su tiempo justo para ver la luz y que llegó el 14 de mayo de 1928.
La mentira la urdieron sus padres, Celia de la Serna y Ernesto Guevara Lynch, para esconder un embarazo previo al matrimonio celebrado el 10 de diciembre de 1927. Como la sociedad conservadora del Buenos Aires de entonces hubiese visto muy mal este hecho, la pareja se fue a la lejana Misiones y allí esperó a su primogénito. Cuando se acercaba la fecha del alumbramiento, se dirigieron a Rosari
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(• 1936 La familia Guevara en Alta Gracia )
“Si ese niño no hubiera llegado a ser el célebre revolucionario Che, los padres podrían haberse llevado el secreto a la tumba”, afirma Anderson. “Es una de las pocas personalidades públicas de los tiempos modernos cuyos certificados de nacimiento y defunción son falsos”. Y, como sea, “parece singularmente apropiado que Guevara, quien dedicó la mayor parte de su vida adulta a las actividades clandestinas y murió a causa de una conspiración secreta, iniciara su vida con un subterfugio”.
El niño con asma. Los pulmones de Ernesto sufrieron desde su primer mes de vida. Una neumonía bronquial afectó al bebé que, superado el percance, comenzó a crecer sin mayores problemas en medio de las plantaciones paternas de yerba mate, en Misiones. Cuando tenía dos años de edad, su madre, que acostumbraba bañarse en el río Paraná, llevó al niño al club náutico a principios del invierno de 1930. El frío caló en la humanidad del pequeño que, esa noche, sufrió un ataque de tos. El médico diagnosticó bronquitis asmática. Desde entonces, el asma se hizo crónico en Ernesto Guevara y le atormentó hasta el final de sus 39 años de vida.
El asma, explica en su versión resumida de la vida del Che, el historiador boliviano Roberto Querejazu Calvo, es un estrechamiento súbito de los bronquios que dificulta el ingreso o salida del aire de los pulmones, provocando agudos dolores y una angustiosa sensación de ahogo en la que el paciente cree que se le acaba la vida. Muchas veces, en medio de las campañas guerrilleras del Comandante en Cuba, Congo o Bolivia, sus compañeros asistieron a esa agonía que terminaba en desmayos y le obligaba a viajar a lomo de mula o de hombre.
Un niño muy travieso. Los Guevara, preocupados por la salud del chico, se trasladaron a Alta Gracia, un centro turístico a 40 kilómetros de Córdoba, en busca de un clima seco. Ernesto tenía ya dos hermanos, Celia y Roberto, y en breve nacería Ana María. Al principio no acudió a la escuela, pues su madre lo cuidaba con celo y ella misma le enseñó a leer y escribir. Sólo cuando se hizo inevitable, ella aceptó enviarlo a la primaria, donde se hizo famoso por sus travesuras, algunas de ellas verdaderos actos de osadía, según recuerdan los compañeros de curso. La directora de la escuela, Elba Rossi, le recuerda como “un muchacho travieso, inteligente, sin sobresalir en la clase pero que demostraba cualidades de líder en el recreo”. Paralelamente, sus padres, en el afán de fortalecer el organismo de Ernesto, que era un chico menudo y delgaducho, le indujeron a practicar deportes como el tenis, la natación, la equitación y la esgrima.
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