BARACUTEY CUBANO

Vientos de desvergüenza

Por Orlando Fondevila

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Se trata de un sistema de calabozos semejante a una matriuzka de terror: un gran calabozo que contiene dentro a otros más pequeños en orden descendiente.
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Todos son mieles entre el gobierno español que preside José Luis Rodríguez Zapatero y la tiranía castrista. El policía-canciller Pérez Roque, recibido como todo un personaje por Moratinos, la vice De la Vega y el mismísimo Rey. Ayudas millonarias, alivio de la deuda, nuevos créditos para una nueva deuda que no será pagada y que en el futuro será nuevamente "aliviada". Muchos mojitos en los palacios de Exteriores, laMoncloa y la Zarzuela. Mucha complicidad y muchas sonrisas. En La Habana, los viejos déspotas también celebrarán lo suyo. Ya comienzan, agitados y exactos, a preparar la apoteósica visita zapateresca. Banderitas cubanas y españolas a lo largo de toda la avenida de Boyeros. Fiesta y hermandad. Puede que -no es seguro- Zapatero se de una vueltecita por Tropicana, tal y como en su día lo hiciera Felipe (González, no Pérez Roque). Digo que no es seguro por dos razones: una, que no sé si Tropicana seguirá existiendo; y dos, que tampoco sé sí al sonriente presidente, autodeclarado "rojo" y "feminista", le gustan estos "fetecunes".

Lo cierto es que el rostro inexpresivo de matón de Pérez Roque, por momentos se iluminó y hasta pudo entreverse algo parecido a una sonrisa. Es que han sido agobiantes por profusos los halagos recibidos. Todo un paseo triunfal por la Madre Patria. O por lo peor y más indecente de ella. Porque es indecente que representantes de un Estado democrático, perteneciente a la región del planeta que pariera a Occidente, se preste a estos manoseos lúdricos y especialmente lúbricos con uno de los regímenes más inmorales y abusivos de los que se tiene noticia.

El entusiasmo de Moratinos por la tiranía castrista se escapa de cualquier análisis político sensato. ¿España necesita para algo de Cuba? ¿España se beneficia ya sea económica, política o moralmente de este desmedido ardor pasional por los carceleros del Caribe? Rigurosamente no. De ahí que, aunque protesten airadamente nuestros buenos izquierdistas, creo que se trata de una cercanía (puede que muy secreta) de carácter emocional e ideológica. No encuentro otra explicación plausible. Porque no vale la retórica de que buscan los cambios democráticos en Cuba a través del acercamiento. Los jerifaltes de la tiranía son unos desalmados, pero aunque también son unos inveterados mentirosos, en este caso no engañan a nadie. Lo manifiestan por activa, por pasiva y por perifrástica: olvídense de cambios. El propio Pérez Roque lo espetó ante el careto inmutable de Moratinos: no se hagan ilusiones. Entonces qué.

Mientras tanto, el calabozo cubano perfecciona sus goznes. Se trata de un sistema de calabozos semejante a una matriuzka de terror: un gran calabozo que contiene dentro a otros más pequeños en orden descendiente. Descendientes en cuanto a tamaño, pero crecientes en cuanto a brutalidad. En los más pequeños y crueles yacen cientos de cubanos por querer ser libres. Su grito es inaudible para Moratinos y los que son como él (por desgracia todavía bastantes). Puede que el régimen ?porque algo tendrá que hacer- consienta en liberar a algunos. Incluso a la mayoría o a todos. Lo dudo, pero es posible. Los lanzaría al destierro, o no. Pero los calabozos permanecerían listos para nuevos ingresos. Y por supuesto, el calabozo mayor quedaría intocable. ¿Es eso lo que se busca?

Ayudas, créditos, condonación de deuda, alegría inversionista española en la Isla. ¿Libertad, democracia, derechos humanos, elecciones? Paparruchadas.

Cincuenta años de malos tiempos para Cuba. Se avecinan tal vez tiempos peores. Y si ganan Obama y los buenistas y los dialogueros, ¡apaga y vámonos!