sábado, noviembre 01, 2008

DEVUELTO A PRISIÓN POR NEGARSE A VER PELÍCULA

DEVUELTO A PRISIÓN POR NEGARSE A VER PELÍCULA

Por Adolfo Fernández Sainz

Prisión de Canaleta, Ciego de Ávila, octubre 30 de 2008, (SDP) Leomar Jorge Rodríguez fue devuelto a prisión por negarse a ver el filme Kamgamba, del director cubano Rogelio París.

Por buena conducta, tras varios años en prisión, Leomar Jorge se ganó el derecho a pasar a una granja de trabajo correccional. Llevaba más de un año en el campamento correccional Nadale II.

Algunos de los beneficios que tienen los reclusos que pasan a esta fase, son sobre todo estar en un régimen más abierto, lo que significa, más libertad en las horas diurnas, menos rigor y trabajar en la agricultura o en la construcción por un sueldo. Ahora, Leomar Jorge ha perdido estos beneficios, sólo porque no quiso ver la susodicha película.

“Ya habían llevado a los reclusos del otro campamento Nadale I” -contó Leomar a este reportero- “El día 5 de octubre tocaba llevar a los de Nadale II. Pero me habían dicho que la película no estaba buena y cuando me lo dijeron los militares, les dije que no quería ir”.

Por ese único motivo, fue devuelto a la Prisión de Canaleta, con la consiguiente pérdida de los mencionados beneficios.

Las indisciplinas más frecuentes por las que devuelven a prisión a los reclusos que ya han transitado a la fase de trabajo correccional en granjas o campamentos son la ingestión de bebidas alcohólicas, los juegos de interés prohibidos y las ausencias a los pases de lista o recuentos.

Por pensar que se trataba de uno de estos motivos, este reportero se acercó a Leomar Jorge, pero este ratificó que no había cometido ninguna indisciplina y que todo se debió a la película de marras.

Otros reclusos afirman que este tipo de medidas extremas son raras, pero que existen actividades de corte político a las que un recluso de granja abierta no puede negarse, o lo mandan de vuelta a la prisión. Pusieron como ejemplo la carrera maratón para conmemorar la hazaña que protagonizó el discapacitado canadiense Terry Fox, a la que los reclusos fueron llevados en camiones.
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