martes, noviembre 11, 2008

Y ENTONCES SERÁ EL CRUJIR DE DIENTES

Toamdo de http://www.patriadigital.com/

Y entonces será el crujir de dientes


Por Orlando Fondevila


Como dirían los cursis, las urnas han hablado. Barack Hussein Obama es el nuevo presidente de Estados Unidos. Fiesta mundial de la progresía. Es escandalosa la alegría de todos cuantos en el mundo odian y/o envidian a los Estados Unidos de América. Todavía se escucha el ruido del descorche de botellas de champán, güisqui, vodka, ron Havana Club en los cuatro puntos cardinales del planeta. Menos en el caótico y abstemio a la fuerza mundo árabe, donde festejarán de otra forma, tal vez preparándose para hacer estallar alguna que otra bombita. Resulta grotesco que los mismos que celebraron el espanto del 11 de septiembre vomitando su fanático odio hacia Estados Unidos, los mismos que no ocultaban su alborozo ante la muerte de soldados norteamericanos en Irak, ahora festejen el triunfo obamita. Grotesco y sospechoso. Sospechoso que estén contentos Amadineyad, Hugo Chávez, Hebe de Bonafini y García Márquez. Sospechosas las mal disimuladas esperanzas de La Habana. Sucia y rastrera la alegría de Zapatero y la mediocre zurdería española.

Asistimos, también, con vergüenza y con temor, a los océanos de baba que le dispensa al presidente electo la "gran prensa" mundial. Califican de "nueva era" la llegada al poder del imperio de una especie de "mesías". El New York Times, Le Monde, El País, El Nuevo Herald viven en estos días en estado de arrobo. Untuosos editoriales y bochornosas columnas de opinión lanzando loas a la democracia americana. Como si la democracia americana hubiera nacido el 4 de noviembre de 2008. ¿No era acaso democracia cuando eligió con contundencia a Ronald Reagan, o cuando en 2004 le otorgó a Bush una impresionante votación popular. ¿Es que sólo ahora, con la elección de Obama (como afirmara su esposa Michel) nos podemos sentir orgullosos de los Estados Unidos? De pena.

Change. Yes, we can. ¿Cambiar qué? ¿Podemos qué? Nadie lo sabe. Todo es hasta ahora vago, impreciso y confuso. ¿Redistribuir la riqueza? ¿No habrá ante todo que crearla? Y, además, ¿no es acaso una certeza confirmada por la historia que si se redistribuye demasiado la riqueza, penalizando con ello a quienes realmente la crean, se colapsa la propia generación de la misma?

¿Y qué hacer ante el desafío islamista? ¿Qué hacer con Irán? ¿Y con Rusia? ¿De verdad que dialogando y haciendo concesiones conseguiremos aplacarles?

Desde el 11 de septiembre de 2001 los chicos de la yihad no han podido hacer sonar en Estados Unidos ni una trompetilla. No habrá sido por falta de deseos. En Irak, por otra parte, pese a errores tácticos, todo marcha ahora razonablemente mejor. ¿Dejarán ahora los Estados Unidos de apoyarle? ¿Y Afganistán?

Y, finalmente, América Latina y Cuba. ¿Dialogar con Chávez? ¿Qué hacer si Chávez finalmente saca los tanques a la calle -como ha asegurado- caso de perder las elecciones? Y Cuba. ¿Dialogar con Castro y su pandilla sin condiciones? Facilitarles las cosas, dejar que fluyan libremente los recursos para que se afiancen en el poder sin cambiar la estructura represiva de la sociedad, sin hablar de libertad y democracia, ¿será esa la política? ¿Terminará imponiéndose en las relaciones de Estados Unidos con Cuba la política de Zapatero y Pepiño Blanco, a quienes sólo les preocupa la protección de los bastardos intereses de los empresarios carroñeros y esclavistas?

Son muchas las preguntas. Pronto iremos conociendo las respuestas. Ojalá nos equivoquemos y no terminemos muchos añorando al malvado Bush. Porque ¨entonces será el crujir de dientes ¨.

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Obama Party, Communist Flag