lunes, enero 26, 2009

GRACIAS AL EXILIO

Gracias al exilio


Por Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba, enero (www.cubanet.org) - Una buena parte de los dos millones de cubanos que se han marchado de Cuba vive en Miami, a noventa millas de los que permanecemos en la isla, por caprichos del destino o porque no analizamos a tiempo los horrores del régimen.

Muchos, en ese exilio heterogéneo y emprendedor, con el transcurso de los años no han perdido la esperanza de que algún día Cuba recobre su libertad. También se han empeñado en lograrlo.

Gracias al exilio hemos conocido a fondo la historia verdadera del régimen de Fidel Castro. Algunas obras de esos exiliados, como Viaje al corazón de Cuba, de Carlos Alberto Montaner; Las guerras secretas de Fidel Castro, de Juan Benemelis; El furor y el delirio, de Jorge Masetti; Dulces guerreros cubanos, de Norberto Fuentes; Rehenes de Castro, de Ernesto Díaz Rodríguez; La otra cara de Ché, de Marcos Bravo; Cómo llegó la noche, de Hubert Matos; Natumaleza Cubana, de Carlos Wotzkow; Cronología de la lucha contra el totalitarismo, de Pedro Corzo y otros libros que hemos tenido la suerte de leer, han ayudado a darnos la medida exacta de lo que ha ocurrido en nuestro país a espaldas de la población, que sólo ha tenido acceso a la propaganda oficial a través de una prensa maniatada y aburrida.

Algo más que debemos de agradecer al exilio cubano es su compañía. Nadie agradecido, que pertenezca a una organización opositora o a la prensa independiente, fundada por Rosa Berre, podrá decir que el exilio no ha sido fuente de solidaridad y respeto hacia los que luchamos en Cuba contra el totalitarismo.

Una de las razones por las que no desaparecieron en las cárceles de la policía los fundadores del actual Movimiento de Derechos Humanos, aquellos que lo impulsaron en 1987 gracias a la iniciativa de Ricardo Bofill y sus más cercanos colaboradores, es el exilio, que denunció constantemente los crímenes, las detenciones arbitrarias, los atropellos y las torturas psicológicas. Llamar al exilio cubano un escudo que nos resguarda de las agresiones de todo tipo, es bien poco.

Para el exilio nuestro amor y eterno agradecimiento.