martes, enero 27, 2009

LA VISITA DE LA SRA. FERNÁNDEZ DE KIRCHNER A CUBA

La visita de la Sra. Fernández de Kirchner a Cuba


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Ni Cuba es un socio fiable para Argentina, ni Argentina puede ofrecer a Cuba los bienes y servicios que la Isla se ve obligada a adquirir en otros países. Castro instrumentalizó la visita de Kirchner.
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Por Elías Amor
24 de enero de 2009

Fidel Castro ha vuelto a la palestra. Y poco más. Ese es el balance de la visita de la presidenta de Argentina a la dictadura comunista de Cuba. Además, ha demostrado que sus conocimientos prácticos de Economía son muy limitados, y que, en cuestión de horas, ha viajado a Cuba para ofrecer a todos los argentinos una muestra más de la debilidad de su liderazgo, y de la manifiesta incapacidad para dirigir los asuntos de la nación, sobre todo ante un escenario de crisis mundial como el que se avecina.

Para empezar, la Sra. Fernández de Kirchner ha expuesto en Cuba una curiosa teoría del comercio internacional, tal vez de su propio cuño, cuyos rasgos más destacados podrían ser los siguientes:

1.- El comercio entre Argentina y Cuba tiene un gran futuro por delante (¿?)

2.- Las empresas que se incorporen a ese comercio deben apostar por la cooperación y la "integración" (¿?)

3.- Existen numerosos campos de colaboración en las relaciones comerciales entre los dos países (¿?)

Ninguno de los tres argumentos se sostiene en este momento. La prueba es evidente. Argentina no figura entre los exportadores e importadores más importantes de Cuba que, por otra parte, ajena al bloqueo de Estados Unidos, sigue manteniendo a Venezuela, España, Canadá, Italia, China, y un largo etcétera en la relación de socios comerciales que se ven obligados a asumir interminables plazos para el cobro de las deudas, o como en el caso del Club de París, y la prefinanciación de la antigua cosecha de caña, ver cómo desaparecen las deudas por decreto gubernamental.

¿Es acaso éste el modelo de socio que precisa Argentina en sus relaciones comerciales con el exterior? Si le sirve el ejemplo, los empresarios españoles que apostaron por la inversión en joint ventures en la Isla durante el período especial hicieron sus maletas hace algunos años, y se volvieron a la península ibérica, con no poca amargura. Los que se han quedado en Cuba, luchan para que su inversión merezca la pena.

Esa apuesta por un comercio basado en la cooperación y la "integración", según palabras de la presidenta Argentina, es complicada. ¿Alguien sabe de qué está hablando la Sra. Fernández de Kirchner? Es posible que Bolivia, Ecuador o Venezuela puedan necesitar médicos o maestros cubanos para atender a determinados segmentos de la población en el marco de las estrategias "populistas" de sus dirigentes, y que ese modelo de intercambio permita a la dictadura castrista obtener ingresos a partir de la "venta" de sus profesionales en el exterior, dejando desasistido al pueblo cubano de sus "logros" de la revolución.

Pero el caso de Argentina es bien distinto. Cabe preguntarse para qué puede querer la Sra. Fernández de Kirchner este tipo de comercio basado en la "cooperación", único posible para un país que es incapaz de producir lo que necesita para continuar su proceso de crecimiento como Cuba. No me imagino a Argentina invadida de médicos o maestros cubanos para curar o educar a la población, ¿o es así lo que se pretende desde la presidencia?

Ni Cuba es un socio fiable para Argentina, porque no tiene recursos para pagar los alimentos que necesita para dar de comer a una población acostumbrada a sobrevivir con la cartilla de racionamiento; ni Argentina puede ofrecer a Cuba los bienes y servicios que la Isla se ve obligada a adquirir en otros países como consecuencia de las tradicionales redes comerciales que el castrismo ha ido tejiendo a lo largo de la historia.

Lo demás, es pura demagogia. Además, que Fidel Castro se haya mostrado visible ante la presidenta de Argentina es un ejemplo más de la instrumentalización de la visita. Se me ocurre que quizás debería haber hecho algún esfuerzo por mantener alguna reunión o entrevista con los demócratas cubanos, los disidentes que luchan porque Cuba sea un país democrático y libre. Al menos preguntar o interesarse por los presos políticos que malviven en las cárceles por el terrible delito de la disensión con el régimen.

Pero al parecer, estos ciudadanos no merecen la pena, y el desfile de mandatarios latinoamericanos en este primer mes del año por la Isla no ha prestado atención a la auténtica voz de la sociedad civil, la que va a impulsar la transición en Cuba y la que, algún día, asumirá la dirección de los asuntos políticos del país. Es una lástima que no hayan aprendido de sus propias experiencias vividas. No hace tanto tiempo que la mayor parte de estos ilustres visitantes vivían en condiciones de opresión y de ausencia de democracia como ahora sucede en Cuba, y sin embargo, no son capaces de conectar con los cubanos que defienden el mismo modelo de organización política. Por el contrario, atienden a Raúl y a Fidel, que representan lo mismo que los Videla, Pinochet, y demás. Qué rápido se olvida la historia, y cuantos errores se cometen al hacerlo así.

Al final, nos queda el desconocimiento de los asuntos económicos por la presidenta, que pone de manifiesto el alto riesgo que, ante un escenario de crisis económica mundial, tienen estos mandatarios.

Fuente: Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL)
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A cambiar la biografía de Cristina

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Durante su visita a Cuba, la Señora Presidenta trató de agradar al público vistiendo una bata blanca de médico y refiriéndose a un estetoscopio como algo que le permitiría medir el corazón de algunos argentinos. Sería recomendable que comenzara por tantearse el suyo.
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Martha Beatriz Pérez Roque
25 de enero de 2009

Finalmente, se llevó a cabo la visita a Cuba de la presidenta de Argentina, Dra. Cristina Fernández de Kirchner. Desde que descendió del avión, en horas tempranas de la mañana del día 18 de enero, ya mostró cómo iba a ser su estancia en el país. A la prensa extranjera acreditada y otros órganos que vinieron a cubrir las conversaciones, los saludó con un mohín, desde bien lejos de donde estaba. No hubo alguna declaración a su llegada, lo que no les permitió a los periodistas preguntarle por los dos grandes enigmas que estuvieron latentes durante todo el tiempo que permaneció en la Isla: La oposición interna y la Dra. Hilda Molina Morejón.

Desde que el Ministro de Relaciones Exteriores de España visitara Cuba y se negara a reunirse con los que disienten del gobierno, comenzó el desfile de personalidades haciendo lo mismo: la Iglesia Católica, la Comisión Europea, etc. Moratinos sirvió de referencia, pero de muy mal ejemplo. Y es que de esta forma, complacen a la dictadura y le permiten minimizar la oposición, o lo que es lo mismo multiplicarla por cero; aquí se conoce, en buen cubano como: "ningunear".

Aunque la Señora Presidenta tuvo oficialmente ocupado casi la totalidad de su tiempo, los interines seguramente los utilizó para los cambios de ropa y el cuidadoso maquillaje que ostentaba. Lo que descartaba la posibilidad que algunos acariciaron hasta el último momento, de que al final de la visita se resolvieran ambas intríngulis.

Su biografía, expuesta en la prensa, hablaba de su vocación por los derechos humanos, pero después de esta visita habrá que modificarla, ya que aquí hizo todo lo posible por agradar a los violadores y dejó sin atender a los que reciben el hostigamiento, las prisiones y las golpizas, incluyendo al pueblo cubano, ¡tan falto de libertades y de que se le respeten sus derechos!

En su afán de ser cortés con el régimen totalitario, en el Seminario de Oportunidades de Negocios, la dignataria reconoció el esfuerzo de la sociedad cubana para alcanzar los avances tecnológicos en circunstancias totalmente adversas, en clara referencia al "bloqueo" de los Estados Unidos de América.

Como es natural, ella sólo vio las vidrieras que le muestra el oficialismo. Se le explicó seguramente sobre los maravillosos centros tecnológicos, construidos a lo "Alejandro Magno", pero no pudo ver la indigencia en que vive la sociedad cubana, con la cual -el actual gobierno, catalogado de populista por la izquierda en Centro y Sur América, no ha sido coherente, pues debió sacrificar un poco la prosopopeya que ha acostumbrado a utilizar para decir que es o que va a ser, el mejor país en esto y en lo otro, y ocuparse más del pueblo.

A los medios de prensa cubanos, al menos les dejó una crónica en la Escuela Latinoamericana de Medicina, a través de un pequeño papel que le enviara una alumna argentina, de lo cual se hizo todo un acontecimiento. La Señora Presidenta trató, también, de agradar al público vistiendo una bata blanca de médico y refiriéndose a un estetoscopio como algo que le permitiría medir el corazón de algunos argentinos. Sería recomendable que comenzara por tantearse el suyo, que no mostró ninguna compasión por dos niños de su país que quieren reunificarse con su abuela paterna y que el dictador de turno, por continuar con uno de los caprichos de su hermano, no le permite hacerlo. ¡Qué decepción para su pueblo, que no pueda defender los derechos humanos de estos infantes!

Por su parte los disidentes, coinciden todos siempre en el mismo tema: la libertad de los presos políticos. Una conversación con ellos hubiera versado sobre este tópico. Seguramente el régimen le dijo que no había esta categoría de prisioneros en Cuba. Pero son estos mismos, los que Raúl Castro ofreció cambiar por los cinco espías presos en las cárceles norteamericanas, como una señal de "gesto", entre ambos gobiernos.

También estaría en la conversación con los defensores pacíficos de los derechos humanos, la situación del "embargo", pero no de ése al que ella se refirió como "del que no se conoce historia en el mundo", sino del otro, del que más daño le hace al pueblo cubano, del embargo de todas sus libertades.

La despedida de la mandataria al parecer fue tan insulsa como la llegada. No se hizo ningún reporte de conferencia de prensa, lo que parece indicar que la evitó en todo momento y fue premiada con una visita al "enfermo", el actual "Compañero Fidel", de la cual el pueblo cubano no tuvo información en su Noticiero de Televisión Estelar de las ocho de la noche; porque al parecer la noticia no había pasado el filtro oficial. Quizás no estuvieran preparadas las fotos que debían enseñarse, o que nunca se mostrarán. Pero a ella le quedó bien grabado el color del traje deportivo con el que estaba vestido Fidel Castro. Sin lugar a dudas era azul.

Fuente: Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL)
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La mentira del Siglo II Parte ( Cristina F. y Fidel Castro )


1 Comments:

At 8:11 p. m., Anonymous Anónimo said...

A esta payasita con peo de modelo o de nueva Evita se le ha ido la mano. Como si su credibilidad ya no estuviera bien baja, ahora se presta a un burde fraude tan inepto que hasta un niño se da cuenta que la foto "con Fidel" es falsa. La verdad que me sorprende que la gente de Raúl sea tan incompetente en este tipo de cosa, a no ser que lo hicieran a propósito simplemente para joder (como diciendo "Claro que la foto es falsa, y qué? Este show lo controlamos nosotros, y punto").

Por supuesto, a estas alturas, solamente un idiota esperaría algo que no fuera bajeza e hijeputez de los miserables países "latinos." O sea, no es que la Kirchner sorprenda a nadie con su mezquindad, pero se pudiera esperar que cuidara un poquito mejor su imagen. Desde luego, a una mujer que se casa con un bizco con antecedentes terroristas no se le puede pedir mucho.

 

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