viernes, febrero 13, 2009

EL AGUA / EL MEGALÓMANO

EL AGUA.


Por Juan Vives.

Componente indispensable de la vida, sin la cual nada es posible y que en Cuba hace tragicamente defecto. En todas las provincias cubanas se sufre de la falta del precioso liquido, hasta el punto que Raúl Castro en uno de sus primeros discursos se la pasó a hablar de los problemas del agua potable en las provincias orientales. Eufemismo como si fuera el agua lo que faltara.

En la Habana la situación es dramática, existen barrios enteros en los que desde hace más de trenta años solamente reciben el precioso liquido mediante camiones cisternas (pipas), a donde la población tiene que acudir con cuanto recipiente pueden para optener algunos litros preciosos para sobrevivir.

En 50 años de revolución no se han efectuado los más mínimos trabajos en los sistemas del acueducto de la capital cubana, como tampoco en el resto de la isla.

El famoso »maleconazo» que lanzó a la calle a barrios enteros de la Habana metropolitana, fue que durante semanas los camiones de distribución de agua no llegaban a la población que estaba desesperada, mientras que los hoteles de turismo tenían un tren de pipas de agua que revertían noche y día el agua a las sisternas de los hoteles.

En lugares como la Habana Vieja, el acueducto de Alvear que data de la época de la colonia nunca ha sido modernizado desde hace decenios sus conductos tallados en la piedra están secos y sirven de hogar a las ratas y cuantos bichos se pueda imaginar.

Es una situación intolerable para una capital con casi dos millones de habitantes, que algunos calculan que se trata de mas de dos millones y medio.

Primero le achacan el problema a las sequías después de temporales y varios ciclones con las represas desbordando de agua, callan el tema y la realidad es que los energúmenos que desgobiernan en la isla nunca se han preocupado del pueblo.

En los pocos lugares en donde a veces llega el agua algunas horas por semana, ésta es impropia al consumo. Los aparatos automáticos que servían a dosificar las dosis de cloro hace rato se rompieron y ahora echan cloro «como dios pintó a Perico». A golpes de pala de cloro, a veces el agua está infecta y otras veces el fuerte olor a cloro la hace no potable.

Mientras tanto algo que no saben los cubanos de a pié.

En el Comité Central del partido, desde 1970 se consume agua mineral importada de Francia. Las pricipales marcas de agua mineral francesas son las que consumen los miembros de la élite comunista cubana.

Es realmente burlarse del pueblo cubano que esos señores de la nomenklatura en la sede del Comité Central y del Minfar tomen aguas minerales francesas, mientras el pueblo tiene que correr detrás de los camiones para carga algunas latas de agua.

Que le pregunten a Raúl Castro por qué armaba sus escándalos cuando no tenía Perrier para tomar con su whisky en la interminables aperitivos entre generales.

Antes en la Habana el pueblo tomaba la famosa agua mineral efervescente La Cotorra, ahora la nomenklatura toma Perrier.

Como pueden observar en Cuba teoricamente todos son iguales, pero en realidad algunos son más iguales que otros...
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EL MEGALOMANO


Por Juan Vives.

La megalomanía puede considerarse como una enfermedad del espíritu, como una enfermedad mental que destruye y marca la personalidad del individuo en lo más profundo de su ser.

El megalómano quiere convertirse en el centro del mundo en el que vive, quiere dominar todos los que lo rodean y ser protagonista principal de su egocentrismo enfermizo.

Poco a poco se construye un universo en el cual es el epicentro y aparta a todos los que rechacen su dictadura del espíritu del cuerpo y su demoniaca manía de ser jefe en todo; que los seres cercanos, lejanos o a su alcance le obedezcan y lo alaben como si fuera un dios viviente.

Tiene necesidad imperiosa que se fabrique un culto a la personalidad en torno a su persona. Necesita de una mitología que beatifique su personalidad... Quiere controlar la vida de los seres sobre los cuales manda. Quiere hasta saber los más íntimos detalles, quiere saber no solamente sus pensamientos, quiere saber hasta lo que sueñan.

Los que no le obedzcan ciegamente son condenados al olvido o al ostracismo en el mejor de los casos.

Rapidamente entra en la face del delirio de persecusión, sospecha que los más mínimos gestos son un atentado contra su vida y comienza la orgía de sangre en la que asesina a todos sobre los cuales recaen sus infundadas sospechas; asesina, condena al ostracismo, exila, destruye las familias y se transforma en un tirano con el único objetivo de mantener su poder...

Llegando a viejo sin fuerzas, enfermo y con la pérdida de la razón, intenta por los últimos subterfugios de mantener el mito fabricado en torno a su persona y quiere luchar contra la muerte tomándose por un Dios eterno del Olimpo.

Bueno sepan que cualquier similitud con un personaje de una isla lejana del Caribe es pura coincidencia…