sábado, febrero 14, 2009

TOCAR LA LIBERTAD

Tocar la libertad



Por Zoé Valdés

El 1 de febrero, en la Puerta del Sol, en Madrid, toqué la libertad, la que construimos con la verdad los que respetamos la democracia, poco a poco, con el apoyo de todos, dentro y fuera de Cuba.

La manifestación convocada por Asociación Española Cuba en Transición (organización de jóvenes españoles), por la Asociación Iberoamericanos por la Libertad, fue una convocatoria abierta al pensamiento libre y a diversas tendencias políticas. Respondieron positivamente las organizaciones cubanas en el exilio, el Partido Popular Español, especialmente doña Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, la Asociación Colegas (gays y lesbianas, bisexuales y tran-

sexuales), organizaciones latinoamericanas, venezolanos y colombianos, miamenses de paso, Convergencia y Unión, Ciutadans, la presidenta del Partido Unión, Progreso y Democracia (de centroizquierda), Rosa Diez, el vicepresidente de UPyD, Miquel Buesa, amenazado por ETA. Personas de izquierda, como la escritora Rosa Montero, firmaron posteriormente el Manifiesto en mi blog www.zoevaldes.wordpress.com, y Alejandro Sanz, Jaime Bayly e intelectuales franceses de pensamiento diverso.

Llegué a Madrid el día anterior. En la televisión vi que los comunistas españoles habían hecho una contramanifestación. Participaron militantes del PS.

A las 10 y 30 a.m. me encontraba en la Puerta del Sol, bajo una intensa nevada. Fueron llegando los ''camaradas'' infiltrados, con sus provocaciones pacotilleras. La candanga no muy diferente de los que escriben desde sus poltronas, que no pasan más allá de Hialeah (con todo mi respeto por esta ciudad), infamias y calumnias, sin corroborar la información, sin haber estado allí.

A las doce en punto empezó la manifestación. Un presentador hizo un discurso sobre la situación en la isla. Dos jóvenes cubanos leyeron artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, uno de ellos enmascarado, por temor a la represión contra su familia. Tony Guedes, médico cubano, hizo un recuento de los fracasos de la dictadura castrista. La gente respondía con comentarios voceados contra la dictadura. La Puerta del Sol repleta, llena de paraguas y de banderas cubanas, venezolanas, españolas... Se escuchó una canción compuesta para ese día por una persona que quiso ocultar su identidad, cubano también. Coreamos a Marisela Verena.

En el público se hallaban presos políticos, Berta Antúnez, Raúl Rivero, Blanca Reyes, y doña Esperanza Aguirre (que ha aceptado la investigación sobre la trama de espionaje de la que se le acusa; advierto, es mejor no hablar cuando se ignora todo de la política española, de cómo se llevan las investigaciones en ese tipo de acusaciones; por favor, existe internet, muchos vivimos en Europa, no sólo estamos informados, participamos de la política europea, como es mi caso), así como Mayor Oreja, también del PP.

Carlos Alberto y Linda Montaner recién arribaban de Miami. Exiliados históricos, como siempre presentes desde hace décadas, cientos de jóvenes exiliados a cara descubierta, otros con la bufanda tapándole la mitad del rostro, las cabezas enfundadas en gorras, la cara oculta por máscaras, por temor a represalias. El colmo de una dictadura es que sus exiliados tengan que enmascararse para manifestarse.

Al leer el Manifiesto recordé a nuestros muertos, a los desaparecidos y perseguidos, a Lydia Cabrera, a Guillermo Cabrera Infante, a Reinaldo Arenas, a Guillermo Rosales, a Carlos Victoria. Leí frente a miles de personas amantes de la libertad, de ideas diferentes. Toqué nuestra libertad. Me dije que también podemos. Los que me conocen y conocen mi obra saben que esta es una lucha para la que nunca me he disfrazado, y que la empecé en Cuba, desde el ICAIC, y mucho antes. No permitiré jamás que mi compromiso con la libertad sea pisoteado; en ello me va la vida, la de mis padres, la de mi familia, la de mi hija.

Los manifestantes no querían irse. No fue una manifestación del PP y de Esperanza Aguirre, ni de la extrema derecha. Fue una manifestación variopinta, gigante, de los demócratas cubanos, españoles y latinoamericanos, apoyada por Esperanza Aguirre y por el PP. El Partido Socialista y el gobierno de Zapatero pudieron habernos apoyado, no lo hicieron.

Unos muchachos dijeron que eran de izquierdas, que estaban allí en solidaridad con el pueblo cubano, que no todos eran iguales a los que gobiernan hoy España.

Ese domingo tocamos la libertad, con sentido común, con amor, unidos; ignorarlo, calumniar es de una total carencia de profesionalidad. La mayoría de los medios de comunicación reportaron a favor del acto. Mi papel fue sólo el de lectora del Manifiesto, honrada de hacerlo, lo haría mil veces. No entretuve a nadie, fue un discurso conciso y claro, nunca cobro ni cobraré nada por esto. No ando por el mundo de títere de nadie. No lo hice en Cuba, tampoco aquí. Si estaba allí es por el prestigio que me he ganado trabajando, no sólo desde mi silla de escritora, sino viajando como periodista, verificando la realidad de los que padecen vejaciones y torturas, en solidaridad con los pobres.

A Alejandro Armengol en su artículo El anticastrismo como diversión [Perspectiva, 9 de febrero] le parece sospechosa la presencia espontánea en el acto de un grupo de la derecha. Según él, descalifica el esfuerzo de los exiliados. A mí, en cambio, lo que me parece sospechosa es la coincidencia de Armengol con la posición de La Habana expresada por Prensa Latina y por el periodista de Granma (notable ''buenagente'', según sus ex compañeros) el franco-canadiense Jean Guy Allard.

También me parece altamente sospechoso ese extraño ataque a Esperanza Aguirre, en el momento en que el aparato castrista de desinformación intenta desacreditarla por su apoyo vehemente y desinteresado a la libertad de Cuba. Al señor Armengol le molesta que Aguirre, siendo ministra de Educación, solidaria con la oposición democrática, echó pie en tierra para que Guillermo Cabrera Infante obtuviera el Premio Cervantes. Le irrita que se ocupara de que Gastón Baquero pasara sus últimos días en la mejor residencia de ancianos del país, y luego, gestionara que la institución llevara el nombre del insigne poeta cubano. Al señor Armengol lo enfurece todo aquel que ayuda o enaltece a los desterrados y defiende a las víctimas. Allá él con su conciencia.

Escritora cubana.
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A pesar de las gélidas condiciones climatológicas cientos de cubanos exiliados en España, como los españoles amantes de la Libertad y la democracia, venezolanos y otros latinoamericanos que viven e...
A pesar de las gélidas condiciones climatológicas cientos de cubanos exiliados en España, como los españoles amantes de la Libertad y la democracia, venezolanos y otros latinoamericanos que viven en el país ibérico, se dieron cita en la Plaza La Puerta del Sol el 1ro de febrero del 2009 y protagonizaron una impresionate protesta contra el régimen comunista de Cuba.

A la concentración, convocada por la Asociación de Iberoamericanos por la Libertad y la Asociación Española Cuba en Transición bajo el lema "Cuba: medio siglo sin libertad'', acudieron representantes de las asociaciones de exiliados cubanos y dirigentes del Partido Popular (PP), el principal de la oposición en España.

La protesta también contó con el apoyo de otros partidos políticos como Unión, Progreso y Democracia (UPyD) y los catalanes de Convergencia i Unió (CiU).

A la manifestación no se sumó el gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que considera que la cuestión de Cuba se ha de enmarcar en una "política de Estado'' dirigida por el gobierno, según informaron fuentes socialistas.

En Barcelona también tuvo lugar una marcha contra el régimen cubano frente a la sede del consulado de la isla.