CUBA: LA INSTITUCIONALIDAD
La institucionalidad
Por Luis Cino
LA HABANA, Cuba, marzo (www.cubanet.org) - A raíz de la reestructuración ministerial con tufillo a purga de principios de marzo, se quejaba el inefable Pascual Serrano, en rebelión.org, de “la disfunción entre el mensaje oficial y la reflexión del ex presidente”.
Según él, como resultado de la disfunción entre lo que dice el gobierno de sucesión y lo que reflexiona el compañero Fidel en Cuba Debate y Granma, “los amigos de Cuba nos encontramos sin fuerzas ni información para explicar la institucionalidad cubana”.
Suele suceder eso cuando alguien pretende explicar lo inexplicable. La institucionalidad cubana es algo tan inasible, relativo y abstracto como la felicidad. Cada cual, sin necesidad de palparla, la sueña y cuenta a su manera. Corín Tellado la pinta invariablemente de rosa pálido, para John Lennon era una pistola caliente. Para Cuquita, la felicidad es que Pepe duerma en su cama y sea buen padre, aunque sea adúltero empedernido y la muela a golpes cuando se emborracha.
Explicar la institucionalidad cubana, que llegó con acento moscovita en 1975 y tomó un segundo aire con la sucesión, es buscar la quinta pata del gato. Es algo que está (por muy solidarios que sean) más allá de las posibilidades reales de Pascual Serrano, Belén Gopegui y compañía.
El cambio de los ministros, que en cualquier país se traduce como una crisis política, en las circunstancias cubanas pudo ser más o menos constitucional. Después de todo, el general-presidente había anunciado desde meses antes que haría cambios en el gabinete. La reflexión del compañero Fidel, con los rayos del Olimpo que tronaron a Lage y Pérez Roque, fue la que aportó el elemento totalmente desconcertante.
Para colmar la copa, las cartas de renuncia y harakiri del ex vicepresidente y el ex canciller a sus cargos como parlamentarios, no fueron dirigidas a la Asamblea Nacional sino al presidente de los Consejos de Estado y de Ministros.
¿Y así pretenden Pascual Serrano y otros amigotes con resaca informar y dar explicaciones sobre la institucionalidad cubana? Por el momento, es mejor que se conformen con repetir que el gobierno de sucesión se rige por un mando organizado y compacto que dice aspirar a reforzar la institucionalidad.
Respecto a las reflexiones, ¿acaso no se preció siempre el Máximo Líder de la dualidad gobernante-opositor? Pues hoy, el compañero Fidel, desde Granma y Cuba Debate, es el Disidente en Jefe. Pueden preguntar a Ignacio Ramonet.
Ahora hay un nuevo gabinete con más vicepresidentes que ministros y demasiados generales. Mientras, el compañero Fidel (dicen) camina por Jaimanitas.
luicino2004@yahoo.com
1 Comments:
Ah, Pascual Serrano. Tan buena persona, casi un santo. Tan curiosamente preocupado por las cosas de Cuba (a donde viaja con gran frecuencia, y no dudo que lo disfrute en grande). Bueno, hay gente que justifica la barbarie islamofascista, así que tiene que haber un Pascual Serrano.
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