LA VIDA EN EL LIMBO DE LOS LIBROS INTOCABLES
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Tomado de http://www.elmundo.es
La vida en el limbo de los libros intocables
( Fragmento )
Por Raúl Rivero
>Jueves
Delito por no seguir ese compás
Para ser aceptados por el régimen como escritores auténticos y dignos de la ciudadanía cubana, algunos autores contemporáneos tienen que haber nacido en la isla y, como requisito indispensable, morir muy lejos.
Es el caso del poeta Gastón Baquero, hijo de un pueblo del norte de oriente llamado Banes y muerto en Madrid, convertido en un pobre señor gordo y herido/ que lleva mariposas en los hombros.Así pasa también con Guillermo Cabrera Infante, el hombre que salvó La Habana y se la llevó en la cabeza y en sus libros para Londres y que, ahora, después de negarlo durante medio siglo, la dictadura desliza en antologías y le perdona su batalla a favor de la libertad.
Este es uno de los temas que Rafael Rojas, el lúcido ensayista cubano exiliado, trata en su nuevo libro El estante vacío, de Anagrama.
Es uno de los asuntos en medio de una aproximación polémica a varios temas relacionados con la literatura y la política en Cuba. Hay una investigación real sobre lo que se lee y no se lee en ese país y un balance de las relaciones entre escritores e ideólogos.
El libro de Rojas, ameno y riguroso, es imprescindible para comprender cuál ha sido la recepción en aquél país de autores fundamentales de la izquierda en el siglo XX y el destino de los escritores cubanos que se consideran enemigos de la nación por la burocracia del Partido Comunista.
«Rafael Rojas», escribe Christopher Domínguez en Letras Libres, «es un protagonista decidido a que el intelectual cubano con su tragedia y su disidencia, retome su lugar en el dominio de la lengua».
El autor ha publicado, además, Isla sin fin, Tumbas sin sosiego y Motivos de Anteo.
El estante vacío incluye una nota titulada 70 libros no leídos en la que Rojas recuerda que en su país no sólo hay escritores que no pueden ser editados, sino intelectuales que no pueden ser mencionados o citados en las publicaciones literarias y académicas.
Entre los 70 libros cubanos publicados en el exilio y prohibidos por el régimen, aparecen obras de Guillermo Cabrera Infante, Severo Sarduy, Lydia Cabrera, Reynaldo Arenas, Calvert Casey, Manuel Moreno Fraginals, Leví Marrero y Carlos Victoria.
*******************
Colaborador en los principales medios de América y de Europa
Por Raúl Rivero
>Jueves
Delito por no seguir ese compás
Para ser aceptados por el régimen como escritores auténticos y dignos de la ciudadanía cubana, algunos autores contemporáneos tienen que haber nacido en la isla y, como requisito indispensable, morir muy lejos.Es el caso del poeta Gastón Baquero, hijo de un pueblo del norte de oriente llamado Banes y muerto en Madrid, convertido en un pobre señor gordo y herido/ que lleva mariposas en los hombros.Así pasa también con Guillermo Cabrera Infante, el hombre que salvó La Habana y se la llevó en la cabeza y en sus libros para Londres y que, ahora, después de negarlo durante medio siglo, la dictadura desliza en antologías y le perdona su batalla a favor de la libertad.
Este es uno de los temas que Rafael Rojas, el lúcido ensayista cubano exiliado, trata en su nuevo libro El estante vacío, de Anagrama.
Es uno de los asuntos en medio de una aproximación polémica a varios temas relacionados con la literatura y la política en Cuba. Hay una investigación real sobre lo que se lee y no se lee en ese país y un balance de las relaciones entre escritores e ideólogos.
El libro de Rojas, ameno y riguroso, es imprescindible para comprender cuál ha sido la recepción en aquél país de autores fundamentales de la izquierda en el siglo XX y el destino de los escritores cubanos que se consideran enemigos de la nación por la burocracia del Partido Comunista.
«Rafael Rojas», escribe Christopher Domínguez en Letras Libres, «es un protagonista decidido a que el intelectual cubano con su tragedia y su disidencia, retome su lugar en el dominio de la lengua».
El autor ha publicado, además, Isla sin fin, Tumbas sin sosiego y Motivos de Anteo.
El estante vacío incluye una nota titulada 70 libros no leídos en la que Rojas recuerda que en su país no sólo hay escritores que no pueden ser editados, sino intelectuales que no pueden ser mencionados o citados en las publicaciones literarias y académicas.
Entre los 70 libros cubanos publicados en el exilio y prohibidos por el régimen, aparecen obras de Guillermo Cabrera Infante, Severo Sarduy, Lydia Cabrera, Reynaldo Arenas, Calvert Casey, Manuel Moreno Fraginals, Leví Marrero y Carlos Victoria.
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Colaborador en los principales medios de América y de Europa
posted by PPAC @ 3/24/2009 06:50:00 p. m.
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