DECLARACIÓN SOBRE EL CCPDH ESCRITA POR RENÉ GÓMEZ MANZANO
DECLARACIÓN SOBRE EL CCPDH
El pasado 12 de febrero, la Junta Directiva del Comité Cubano Pro Derechos Humanos (CCPDH) emitió una nota de prensa que, entre otras cosas, dice: “La Junta Directiva recién acordó elegir —entre más de 20 propuestas— al abogado, activista y periodista Dr. René Gómez Manzano como Secretario General del CCPDH en la isla. La proposición fue hecha por Félix Fleites Posada, jurídico de dicha organización. El acuerdo fue tomado por unanimidad…”. Al pie aparecen las firmas de los once integrantes del mencionado órgano de dirección, así como de cinco líderes residentes en otros tantos países europeos.
( Dr. René Gómez Manzano )
Esa información constituyó el colofón de un breve proceso que para mí comenzó en enero de este propio año al recibir un mensaje electrónico de mi fraterno colega Dr. Félix Fleitas Posada, quien me expresó que el mencionado cargo se encontraba vacante y que existía consenso para que yo lo ocupara, por lo que me consultaba al respecto.
Debo expresar que en todo momento he sentido el mayor respeto por el CCPDH, que tiene el indudable mérito histórico de haber iniciado la actual etapa de lucha pacífica contra el régimen comunista. Nunca he pertenecido a esa prestigiosa organización, aunque tuve el honor de visitar asiduamente y considerarme amigo de ese gran cubano que se llamó Gustavo Arcos Bergnes, quien, al marcharse del país la generalidad de los dirigentes históricos del Comité, asumió la ardua tarea de encabezarlo dentro de Cuba. En la medida de mis posibilidades, colaboré modestamente con él y apoyé iniciativas suyas (aunque siempre —insisto— desde fuera de las filas del CCPDH).
Durante mi más reciente permanencia en prisión (que terminó en febrero de 2007), conocí del lamentable deceso de Don Gustavo. Al salir en libertad y reincorporarme de lleno a la lucha pacífica en pro de la democratización de Cuba, no tuve conocimiento de que el Comité Cubano Pro Derechos Humanos siguiese trabajando. Al menos, durante esos dos años no escuché nada en ese sentido de labios de alguna persona residente en Cuba ni por Radio Martí, aunque debo reconocer que la interferencia que realiza el régimen totalitario para obstaculizar el acceso de sus súbditos a información independiente, me impide oír muchos programas. (Aclaro que con esto no estoy afirmando que el CCPDH no realizase ninguna actividad dentro de Cuba, sino sólo que yo ignoraba de la existencia de las que hubiese.)
En resumen: yo estaba convencido de que con la muerte de Gustavo Arcos Bergnes se había interrumpido el trabajo del CCPDH en nuestra Patria. Esto explica que, antes de aceptar el cargo que se me ofrecía, yo no intentase acercarme a miembros de esa organización que quedasen en Cuba. En adición a lo anterior sólo debo repetir que en todo momento se me habló de que existía unanimidad en la propuesta de designarme como Secretario General del Comité.
Después de mi nombramiento, concurrí a visitar a la señora Teresita de Paz, la distinguida viuda del Sr. Arcos Bergnes, con el fin de expresarle que el trabajo que pensaba realizar yo en esa nueva actividad lo consideraba simplemente como un homenaje a su ilustre esposo. Grande fue mi sorpresa al expresarme ella que, a solicitud hecha por el propio Gustavo en su lecho de muerte, ella había continuado el trabajo del CCPDH con la ayuda de varias personas más, aunque sin asumir título alguno, así como que acababa de enterarse de la noticia por mí. Por supuesto, le manifesté en el acto que, en esas condiciones, yo bajo ningún concepto entraría a ejercer las funciones de Secretario General, y que así lo haría saber a quienes me habían nombrado. Días después supe que también en las provincias centrales de la Isla existe otro grupo encabezado por el Sr. Segundo Rey Cabrera, quien sí expresa estar ocupando el mismo cargo antes mencionado.
Ante esa situación, hablé por teléfono con el presidente del Comité, profesor Ricardo Bofill Pagés, y me comuniqué vía internet con el miembro de la Junta Directiva, Dr. Félix Fleitas Posada (el único cuyo correo electrónico conozco). Les reiteré que en esas condiciones yo no podía entrar a desempeñar el puesto para el que ellos y sus compañeros me habían designado. A petición del Sr. Bofill, acepté un compás de espera para darle tiempo de aclarar la situación; por otra parte, animado del propósito de no ser obstáculo en el logro de una solución satisfactoria del asunto, en la comunicación a mi colega Fleitas le expresé que ponía mi nombramiento a disposición de los mismos que lo habían hecho. Durante los días decursados desde entonces he respetado el compás de espera que se me pidió, y me he abstenido de utilizar el título que los mencionados compatriotas me otorgaron: desde ese momento en adelante nadie puede exhibir un documento ni una declaración emitidos por mí como supuesto Secretario General del CCPDH.
( Gustavo Arcos Bergnes )
Empero, ahora surge una situación nueva, pues en el popular programa “Contacto Cuba” transmitido por Radio Martí el pasado lunes 2 (más concretamente: en el comentario que pone término a la emisión), se escuchó la voz del profesor Bofill Pagés, encomiando la labor del mencionado Sr. Rey Cabrera como Secretario General del Comité Cubano Pro Derechos Humanos.
Desde luego que esa declaración pública, hecha tres semanas después de la nota de prensa con mi nombramiento cuya lista de firmantes encabeza el propio Ricardo Bofill, determina que yo tenga que considerar concluido el compás de espera al que accedí a pedido de él.
Como quiera que no abrigo ansias protagónicas y deseo que mi persona no sea motivo de disensiones intestinas en el seno de la organización primada de la disidencia interna (como las que lamentablemente se han producido en algunas otras), deseo dejar bien claros los siguientes puntos:
* No tengo motivos para expresar dudas sobre que la generalidad de quienes acordaron mi designación y firmaron la nota de prensa actuaron de buena fe. A todos los que han obrado de este modo les reitero mi agradecimiento por la distinción a mí concedida.
* Acepté de inicio el nombramiento que se me ofreció sólo porque se me expresó que había unanimidad en que yo ocupara el cargo de Secretario General del Comité Cubano Pro Derechos Humanos.
* Deploro que, al considerar que existía ese consenso, no se haya tomado en cuenta a los que de un modo u otro han mantenido levantada la bandera del CCPDH dentro de Cuba, que son —como es obvio— los miembros de esa organización que se enfrentan directamente al régimen totalitario comunista.
* Dejo bien claro que no pertenezco al mencionado Comité, y por consiguiente, no puedo ser considerado como ocupante de alguno de los cargos de dirección del mismo.
* Mantengo incólume mi postura de oposición al régimen totalitario que sufre Cuba, lo que seguiré haciendo como abogado y periodista independiente, sin otro título que el que por voluntad de mis colegas he ostentado durante lustros: Presidente de la Corriente Agramontista.
* En el desempeño de mi actividad ulterior, continuaré ateniéndome a los criterios de respeto a mí mismo y a los demás, seriedad, coherencia y honestidad que han informado siempre mi labor.
* Reitero mi respeto por Doña Teresita de Paz, viuda de Arcos, así como por la memoria de su ilustre esposo.
* Dejo constancia de que si han decursado 48 horas desde que decidí emitir la presente Declaración hasta el momento, ello se debe solamente a la arbitraria política del régimen castrista, que con el propósito de mantener el control totalitario de la sociedad, limita el acceso de los cubanos a internet. Si hubiera contado antes con esa posibilidad, antes hubiese emitido este documento.
La Habana, 4 de marzo de 2009.
René Gómez Manzano
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Comentario
De sobra lo sé por experiencia propia y ajena. Pero, con esta incualificable farsa que alguien le ha montado al Dr. René Gómez Manzano queda por enésima demostrado que insidias, mezquindad (algunos se comportan como en una de aquellas aperreadas Asambleas de Reparto de Efectos Electrodomésticos) y sed de protagonismo barato siguen siendo el talón de Aquiles de la oposición interna.
Esa pugna entre solemnes nulidades, esa lucha intestina por la representatividad en el exterior, es el punto de apoyo más eficaz por donde la Seguridad del Estado inserta su palanca diversionista en las filas disidentes.
René Gómez Manzano ha actuado con absoluta modestia, corrección y largueza de miras. Nadie más prestigioso que él para llenar el vacío dejado por Gustavo Arcos al frente de la CCPDH.
Pero hete aquí que de repente, como dioses de la máquina, surgen una brumosa viuda y un Dr. Segundo Rey Cabrera, flamante titular provincial.
Para colmo, Ricardo Bofill reconoce tácitamente a Rey Cabrera como secretario general. ¿Nueva decisión de la Junta Directiva, bluff o señal de desbarajuste general?
René, repito, ha actuado con rectitud, veracidad y largueza de miras. Los enredos y dobleces son de otros. Un abrazo, respeto y admiración para él desde Colonia.
El Abicú
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De sobra lo sé por experiencia propia y ajena. Pero, con esta incualificable farsa que alguien le ha montado al Dr. René Gómez Manzano queda por enésima demostrado que insidias, mezquindad (algunos se comportan como en una de aquellas aperreadas Asambleas de Reparto de Efectos Electrodomésticos) y sed de protagonismo barato siguen siendo el talón de Aquiles de la oposición interna.
Esa pugna entre solemnes nulidades, esa lucha intestina por la representatividad en el exterior, es el punto de apoyo más eficaz por donde la Seguridad del Estado inserta su palanca diversionista en las filas disidentes.
René Gómez Manzano ha actuado con absoluta modestia, corrección y largueza de miras. Nadie más prestigioso que él para llenar el vacío dejado por Gustavo Arcos al frente de la CCPDH.
Pero hete aquí que de repente, como dioses de la máquina, surgen una brumosa viuda y un Dr. Segundo Rey Cabrera, flamante titular provincial.
Para colmo, Ricardo Bofill reconoce tácitamente a Rey Cabrera como secretario general. ¿Nueva decisión de la Junta Directiva, bluff o señal de desbarajuste general?
René, repito, ha actuado con rectitud, veracidad y largueza de miras. Los enredos y dobleces son de otros. Un abrazo, respeto y admiración para él desde Colonia.
El Abicú
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