sábado, abril 25, 2009

MARÍA VALVERDE

MARÍA VALVERDE

Por Luís Cino


Arroyo Naranjo, La Habana, abril 23 de 2009 (SDP) Siento angustia y lo que es peor, impotencia, cada vez que leo los mensajes desesperados que envía la española María Valverde Cerezo a un mundo egoísta que no tiene interés en escuchar nada que perturbe su tranquilidad.

María lleva, con todo lo que ello implica, 40 años de hospital en hospital. En ese tiempo la han sometido a 30 operaciones quirúrgicas. Según denuncia, ha sufrido “atrocidades que no podéis ni imaginar”.

Hace tres meses se puso muy mal. Fue ocho veces a Urgencias, pero tuvo que esperar dos meses por la cita del especialista. Tiene que esperar un año o más que le hagan las pruebas en el Hospital Reina Sofía, de Córdoba, para saber si tiene cáncer. De lo contrario, para que le hicieran las pruebas, tendría que ingresar ahora. Ella lo considera absurdo y se niega a ser hospitalizada. Ha visto casos de personas que para una prueba han estado ingresadas 15 ó 20 días

En sus correos electrónicos llenos de errores ortográficos y desamparo, María dice que no teme al cáncer sino a lo que puedan hacerle en el hospital. Si tiene que morir, prefiere que sea en lucha por todos los enfermos en el mundo que enfrentan similares pesadillas. Su página web es: http://www.injusticiasmedicas.com/

María Valverde choca con un muro de deshumanización, indiferencia y crueldad más duro que el hierro. Nadie quiere escucharla. Su caso no tiene el glamour y el impacto mediático de los chismes de Amy Winehouse o la premiación de los Oscar. Los ojos están puestos en las vidrieras y las pasarelas. No es noticia nueva que finalmente se impuso la frivolidad, el más enfermizo individualismo y la manía de no pensar, menos que nada, en “los problemas de los otros”. Si se trata de sufrir, más vale hacerlo ante la pantalla y con las palomitas de maíz a mano.

María llamó a mi puerta y no sé que puedo hacer por ella que no sea hablar de su caso. Tratar de que alguien oiga. Sé que es difícil. Igual pudiera hablar de niños palestinos huérfanos en los campos de refugiados, enfermos de SIDA en Zimbabwe, selvas arrasadas y tribus indígenas despojadas de sus tierras en la Amazonia, de la situación dantesca de los prisioneros de conciencia en las cárceles cubanas, de Regla Mercedes y sus dos hijos que fueron desalojados en Arroyo Naranjo, el municipio habanero donde vivo. Nadie escuchará. Ni siquiera me escribirán del Hospital Reina Sofía para decirme que todo es mentira y que María está loca. Ojala fuera así. Lo dudo. Hoy sé que todos los horrores son posibles y caben en el planeta.

De todos modos escribo sobre María Valverde. Espero no perder el tiempo. Ojala sirva de algo. Al menos, alivia mi conciencia.
luicino2004@yahoo.com