REFRESCANDO LA MEMORIA SOBRE LA INEFICIENCIA DE LA AGRICULTURA ESTATAL CASTRISTA
Tomado de http://www.nuevoaccion.com
REFRESCANDO LA MEMORIA
Por Jesús Marzo Fernández
Aunque parezca increíble, en pleno siglo XXI, siglo que se viene caracterizando por la aplicación popular de la alta tecnología en los medios de comunicación, los celulares se han convertido en minicomputadoras capaces de realizar funciones solo imaginables en el mundo de la ciencia ficción. Igual en los autos, las ofertas que se incluyen eran impredecibles hace 4 o 5 años atrás. La tv digital con todos sus aditamentos hace imprescindible el estudio de extensos manuales para conocer, aunque sea de forma primitiva, los servicios que te puede dar un simple televisor.
En la esfera internacional, solo se habla de armas altamente sofisticadas, capacidades en vías de desarrollo para la construcción armas nucleares, escudos antimisiles. Y de la Internet, ni hablar el mundo casi en su totalidad se encuentre interconectado en tiempo real.
En este contexto, uno escucha que países como Venezuela ya tienen sus propios satélites de comunicación y que lanza a la calle hasta un auto de ultima generación con el Centauro, y en este mundo, aunque Ud. no lo crea, el periódico cubano GRANMA lanza la opción para el necesitado desarrollo agrícola y la urgente producción de alimentos, la incorporación inmediata de la agricultura: BUEYES para la tracción animal en las labores agrícolas. Volver al siglo XIX incluso a periodos anteriores a la revolución industrial iniciada por los ingleses con la maquina de vapor.
Es bueno recordarle al insigne periodista del periódico GRANMA, Juan Varela Pérez, más conocido por sus labores de confidente del gobierno, que por sus artículos lo siguiente: Durante decenas de años Cuba estuvo recibiendo, del extinto campo socialista, entre 15-20 mil tractores por año, con el objetivo de garantizar una producción de alimentos a fin de erradicar el cruel sistema de racionamiento (aun vigente) que representaba una imagen muy negativa al régimen social.
En 1986 se realizó, a petición de la extinta URRS, un estudio sobre la mecanización de la Agricultura cubana. Los resultados fueron bochornosos y mandados a desaparecer. La agricultura cubana tenía un equipamiento que estaba entre los 3 países más desarrollados del mundo. Tenía un tractor por cada 13 has. cultivables. Solamente era superada por Suecia y Holanda. El gran problema era, la explotación de los equipos. En Suecia y Holanda los equipos laboraban como promedio entre 6-6.20 horas diarias, en Cuba, la explotación no llegaba siquiera a 1 hora diaria. Los tractores en Cuba se utilizaban más como transporte que como equipos de trabajo. Eran utilizados como transporte personal, traslado de mercancías, incluso para movimiento de población, con incorporación de carretas intermunicipios. Incluso los dirigentes lo utilizaban para moverse hacia sus casas; y como si esto fuera poco, un deficiente mantenimiento y un sistema de reparaciones ineficiente totalmente limitaban una explotación adecuada.
PERO LA IDEA DE LOS BUEYES NO ES NUEVA, NI DE VARELA PÉREZ, ES DE FIDEL CASTRO.
A principios de los 90 cuando la extinta URSS empieza a disminuir las entregas de petróleo (que en aquel entonces era de 13 millones de tn., unos 80 millones de barriles), siempre había navegando un barco hacia Cuba, me desempeñaba como jefe de ganadería de la Junta Central de Planificación, recibí la orden directa de Castro:
En 18 meses, entregar a los Ministerios de la Agricultura y del Azúcar 200 mil toros para incorporarlos de inmediato a labores agrícolas.
Los resultados de esta brillante y heroica medida
fueron los siguientes: Desapareció para siempre la carne de res de la dieta del cubano, las granjas receptoras de las animales no tenían aperos de labranza para la tracción animal, no había los famosos yugos (que se les pone en la cabeza), no había ni sogas etc.
No había boyeros, nadie quería, ni sabían, manejar bueyes. Esa cultura ya había desparecido. Aunque se crearon escuelas emergentes de boyeros, los jóvenes campesinos acostumbrados al tractor, se negaron al retroceso y hubo una deserción laboral casi total en esta actividad.
PERO LO MÁS IMPORTANTE : AUNQUE PAREZCA INCREÍBLE, NADIE SE ACORDÓ QUE PARA QUE EL BUEY TRABAJARA NECESITABA COMER, QUE HABÍA QUE SEMBRAR PASTOS PARA LA ALIMENTACIÓN DE LOS BUEYES.
A finales de 1993 ya no existía ni uno de estos toros en las granjas estatales. Se los fueron comiendo en los comedores obreros.
Juan Varela Pérez recuerde esta historia que Ud. la conoce muy bien. Y diga la verdad: Que los bueyes que hay en Cuba pertenecen al sector campesino privado, que siempre se le negó al campesino el acceso a la compra de equipos agrícolas, fertilizantes, hierbicidas, pesticidas, hasta los aperos mas elementales para las labores agrícolas.
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