martes, julio 21, 2009

CUBA 1957: JUICIO DE LOS EXPEDICIONARIOS DEL GRANMA

Nota del Blogguista


Hace muy pocos días, el 17 de julio, se cumplieron los 50 años del Golpe de Estado mediático que le dió Fidel Castro al Presidente Manuel Urrutia Lleó. Manuel Urrutia Lleó había sido nombrado en 1958 por el Pacto de Caracas, pacto acordado por la mayoría de las organizaciones antibatistianas, como el Presidente provisional que gobernaría por breve tiempo hasta que se llamara a elecciones después de la victoria revolucionaria.

Fidel Castro se había opuesto, después de que su delegado lo había aceptado, al Pacto de Miami porque no lo nombraba como el jefe militar de ese pacto de lucha antibatistiana.El posterior Pacto de Caracas sí lo nombraba, entre otros acuerdos, en ese cargo, al igual que el retorno a la Constitución de 1940 ( que nunca se cumplió), el llamado a elecciones en un breve espacio de tiempo ( también incumplido después del triunfo, pues Fidel lanzaría la consigna: ¨ ¿ Elecciones para qué ? ¨) y el nombramiento de Urrutia como Presidente Presidencial, del cual se desembarazaría aproximadamente en menos de 7 meses.

La traducción del artículo de Manuel Márquez´Sterling es mía, así que sugiero que lean el artículo original en idioma inglés.
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Tomado de http://cuba1952-1959.blogspot.com

1957: JUICIO DE LOS EXPEDICIONARIOS DEL GRANMA


Calendario de Eventos de la Historia de Cuba: 10-14 de mayo, 1957


Por Manuel Márquez-Sterling


El juicio se celebró en el Tribunal de Urgencia de Santiago de Cuba; se juzgaban conjuntamente a los expedicionarios del Granma capturados y a los acusados en relación con el levantamiento de Santiago de Cuba el 30 de noviembre 1956. El juicio terminó con cuarenta rebeldes condenados a penas de prisión de uno a ocho años. Entre los condenados se encontraban veintidós miembros del M-26-7 que apoyaron y participaron en ese levantamiento de apoyo al desembarco del Granma . Los otros 111 acusados en el juicio fueron declarados inocentes y puestos en libertad.

Entre los acusados declarados inocentes y liberados estaba Frank País, el líder del M-26-7 en la provincia de Oriente. País también había sido el organizador y dirigente de la revuelta de Santiago, que había sido concebida como una táctica de distracción para que coincidiera con el desembarco del Granma. País siguió actuando como jefe organizador del M-26-7 después de su liberación.

Uno de los tres magistrados del Tribunal no estuvo de acuerdo con las sentencias de sus compañeros magistrados. El Magistrado Manuel Urrutia Lleó sostuvo la opinión de que todos los acusados deberían haber sido absueltos, sobre la base del inusual razonamiento jurídico de que la insurrección violenta era un derecho constitucionalmente protegido. Lo absurdo de la reclamación, y la arrogancia de un juez de primera instancia que ofrece esta extraordinaria y sin precedentes interpretación constitucional sugiere fuertemente que Urrutia estaba lejos de ser imparcial.

(Foto del tribunal: de izquierda a derecha los jueces Cutié, Urrutia y Segrera; foto de la colección de Latinoamerican Studies )

Seis meses más tarde, Urrutia se sumó al Gobierno Revolucionario en el exilio, siendo designado Presidente Provisional para tomar posesión de su cargo después del triunfo revolucionario. Por su propia cuenta, Urrutia pidió al M-26-7 que retrasara el anuncio hasta que tuviera el "tiempo para obtener mi jubilación, ya que yo no quería ser una carga financiera para la revolución." El gobierno de Batista aprobó su solicitud de jubilación el día después de haber sido en diciembre públicamente nombrado "Presidente Provisional" de Castro . Cinco días después Urrutia voló a Miami en un autoimpuesto exilio, donde celosamente cabildeó en nombre de la oposición revolucionaria contra Batista. Su cabildeo incluyó visitas a los EE.UU. del Departamento de Estado para exigir un embargo de armas contra el régimen de Batista.

Cabe señalar que las acciones de Urrutia demuestran que en el odiado régimen de Batista los tribunales funcionaban independientemente desde el punto de vista jurídico, donde los opositores al régimen eran libres de viajar dentro o fuera del país, y donde los ingresos y los bienes de los opositores, incluso los salarios y las pensiones -no eran incautados por el gobierno, incluso para aquellos que públicamente participaban activamente en los esfuerzos para derrocar violentamente al régimen. Esto desmiente a los revolucionarios que afirmaban estridentemente de que el régimen era tiránicamente represivo e intransigente con el cual no se podía negociar

En flagrante violación de las disposiciones constitucionales para la sucesión presidencial, Urrutia fue nombrado Presidente por Castro cuando Batista huyó de Cuba. Esto no sería la primera ni la última indicación de la proclividad de Urrutia de seguir la regla de los hombres y no la de la ley . Su presidencia estuvo marcada por la arbitrariedad y el despotismo, incluyendo rencor , mezquindad y extravagancias al promulgar decretos, producto de sus aberrantes opiniones jurídicas, para saldar viejas cuentas, y lesionar a los que no compartían sus opiniones políticas. Al igual que muchos otros nombramientos iniciales de Castro en el nuevo régimen, el mandato de Urrutia duró poco y terminó ignominiosamente.

Como Urrutia descubrió personalmente en su breve presidencia de seis meses, a diferencia de Batista, Castro no toleraría nada salvo absoluta lealtad y celo, tampoco permitía que cualquier persona sospechosa de disentir permaneciera en su puesto de trabajo y su propiedad-y menos aún recibir las pensiones gubernamentales. En cambio, el régimen de Castro daba prisión o pena de muerte por fusilamiento a los que no estuvieran a la altura de esa expectativa. Urrutia en julio de 1959 consideró que tuvo suerte de haber escapado de Cuba con su vida, incluso a costa de haber perdido todo lo que tenía, incluyendo su pensión.


extract from the graphical version of the Cuba 1952-1959 History Timeline
by Manuel Márquez-Sterling
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Un fragmento de una vesión oficialista Castrista de esos sucesos es la siguiente:

Tomado de http://www.kaosenlared.net

El lunes 13 de julio el presidente Urrutia ofrece una entrevista en su despacho de Palacio. Uno de los puntos más importantes de la entrevista se refirió a la traición de Díaz Lanz y las declaraciones de este en los Estados Unidos. En su respuesta empleó las mismas armas utilizadas por el enemigo contra la Revolución: el anticomunismo, atacó al comunismo, al periódico Hoy, y no asumió una actitud de defensa a la Revolución ante las declaraciones de Díaz Lanz.

LA RENUNCIA DE FIDEL

Los pronunciamientos públicos del 13 de julio, del presidente Urrutia provocan incertidumbre en el pueblo y estimulan las embestidas de la prensa reaccionaria. Había que tomar una decisión para que la Revolución marchara con la intensidad requerida. Ante la amenaza, la altura ética y de defensa de los principios de Fidel, lo llevan a lo que llamó la única alternativa: su renuncia al cargo de Primer Ministro.

En las primeras horas de la madrugada del viernes 17 de julio, Fidel informa de su decisión al director del periódico Revolución para hacerlo público a través de ese medio de prensa. En la primera página del periódico de ese día, aparece un titular de dos palabras: RENUNCIA FIDEL. Inmediatamente debajo del subtítulo: "Explicará hoy al pueblo los motivos de su decisión".

Cuba entera dice: No acepto esa renuncia. Desde las primeras horas de esa dramática mañana del 17 de julio, en la medida que el pueblo y sus organizaciones conocen la noticia, el país se estremece. La reacción del pueblo es unánime en defensa de Fidel. Las guaguas llevan letreros que dicen: "Fuera los traidores del gobierno". El pueblo se congrega en los alrededores del Palacio Presidencial, portan carteles en los que se lee: "Fidel: Contigo hasta la muerte". "Que se vaya el otro".

Los estudiantes comienzan a concentrarse en la Universidad de La Habana. En la histórica Colina se oyen gritos de "Fidel no puede renunciar". "Aquí lo que hay es que meterle mano a los cobardes".

El pueblo se moviliza. Está intranquilo. Todos quieren que regrese Fidel. Los dirigentes de las principales organizaciones piden calma para esperar las declaraciones del líder máximo de la Revolución.

En horas tempranas de la mañana, el Partido Socialista Popular y el Ejecutivo Nacional del Directorio Revolucionario "13 de Marzo" hacen sendos llamamientos al país en pleno pidiéndole a Fidel que no renuncie.

Como muestra de confianza en Fidel y en la Revolución, desde Yaguajay ese día 17, parte una columna de campesinos a caballo hacia La Habana para estar presentes en el acto por el 26 de Julio. Al frente de la columna campesina marchan los comandantes Camilo Cienfuegos, Félix Torres y Orestes Guerra, y otros oficiales del Ejército Rebelde.

A las 8 de la noche, inicia Fidel sus declaraciones a través de la televisión y lo primero que aclara es que el pueblo no debe preocuparse en absoluto por el destino de la Revolución, pues él no veía razones para esa preocupación, y que le parecía verdaderamente negativo que el destino de una nación pueda depender de hombres.

Explica que renunciar a un cargo no quiere decir renunciar a la Revolución ni al cumplimiento del deber, y que desde cualquier lugar donde nos encontremos, desde un cargo importante hasta uno insignificante no tenemos otra razón de existir y de ser que defender esta obra que estamos haciendo. Y reitera:

"No he dado ni daré un solo paso en mi vida que no tienda única y exclusivamente a servir a esta causa que con tanta lealtad y tanto interés hemos venido defendiendo". [...]

"A la Revolución no renuncio; ni renunciaré jamás" (p. 55)

Y de inmediato da a conocer que la renuncia obedece a la imposibilidad de continuar ejerciendo el cargo en las actuales circunstancias, dadas las dificultades con el Presidente de la República.

Fidel argumenta en detalle todas las actitudes, errores y algunas de las dificultades que se venían presentando con el presidente Urrutia. Asimismo, insiste que ya las diferencias son insalvables y explica que Urrutia había elaborado el mismo plan de Díaz Lanz.

En su intervención el Jefe de la Revolución se refiere a la entrevista que ofreció Urrutia el pasado lunes 13 de julio, y exclama:

"Yo quiero que se me diga si no tenía que ser realmente alarmante para nuestro pueblo, desalentador para nuestro pueblo que una mañana cualquiera por los cables internacionales nos encontrásemos una andanada de imputaciones procedentes, nada menos que del Presidente de la República. Esta era la situación el martes. El Consejo de Ministros no hallaba qué hacer para encontrar la solución, porque era evidente que conjuntamente con sus declaraciones del lunes desató el resto de la campaña." (...)

Y en el mismo momento en que personalmente al Premier lo están acusando de comunista, aparece un editorial que dice Urrutia y el Comunismo (Fidel lee). "El Presidente de la República, doctor Manuel Urrutia, ha hablado con energía y sin remilgos"... porque parece que soy yo el de los remilgos... respecto a la infiltración comunista en Cuba y los peligros que ello representa para nuestro país. Sus palabras merecen ser transcritas por su trascendencia. "Creo que los comunistas le hacen un daño terrible a Cuba y declaro aquí a plena responsabilidad que quieren crearle un segundo frente a la Revolución. Por eso es por lo que he dicho siempre que rechazo el apoyo de los comunistas y creo que los verdaderos revolucionarios cubanos deben rechazarlo abiertamente". (p. 75)

Fidel insiste que él no puede acudir a la fuerza ni puede acudir al pueblo, que él se conforma con haber venido a prevenir al pueblo de esta situación y alertarlo, advirtiéndole del peligro de una traición, porque considera que la acción de Urrutia no es un acto de buena fe ni un acto equivocado: es un acto premeditado, es un acto de traición, de traición que no se ha llegado a consumar. A estas alturas de su intervención, llega la noticia al estudio de televisión de que Urrutia ha renunciado.Justify Full