viernes, agosto 21, 2009

CHE GUEVARA Y CORTÁZAR

CHE GUEVARA Y CORTÁZAR

Por Luis Cino



Arroyo Naranjo, La Habana, agosto 20 de 2009 (SDP) En el cuento Reunión, Che Guevara relata en primera persona el desembarco del yate Granma por Las Coloradas en diciembre de 1956 y cómo Fidel Castro y los demás sobrevivientes lograron llegar azarosamente a la Sierra Maestra. Sólo que el relato no fue escrito por Guevara sino por Julio Cortázar.

A la muerte de Guevara en Bolivia, en octubre de 1967, Cortázar dijo en un poema que el Che era un hermano que nunca vio, que iba por los montes mientras él dormía.
El escritor trató de caminar a la sombra de su compatriota revolucionario y le tomó prestada la voz para en Reunión (un cuento de su libro de 1964 “Todos los fuegos”) irrumpir por primera y única vez en el tema de las guerrillas. No le interesaba el tema y no hubiera escrito sobre el mismo en Buenos Aires o en sus primeros años en París. Pero luego, entre un viaje y otro a La Habana, a la sombra de la Torre Eiffel, se comprometió totalmente con la revolución de Fidel Castro.

Para la época en que se retractó de su postura inicial frente al Caso Padilla en cartas lacrimosas a los comisarios culturales cubanos, Cortázar se dejó la barba y empezó a fumar tabaco para lograr, en un raro caso de ósmosis, un increíble parecido físico con Che Guevara. Adicionalmente, rompió con sus colegas del boom latinoamericano que no le eran ideológicamente afines.

En Reunión, aunque el Che sólo se menciona una vez, hacia el final del relato, en voz del jefe rebelde Luís –Fidel Castro- es evidente que es Guevara quien narra la historia. Parece sentirse su voz arrogante y su jadeo de asmático pertinaz. Pero si el escritor argentino hubiera intentado cederle la autoría del cuento, su coterráneo guerrillero la hubiera rechazado con desdén. Che Guevara, jacobinamente incorrupto, era demasiado orgulloso para plagiar. Después de todo, “El cachorro asesinado”, aunque cruel, es un cuento técnicamente mucho mejor escrito que “Reunión”. Che Guevara tenía madera de escritor, pero su principal vocación, entre varias, fue la violencia revolucionaria.

Guevara, a pesar del parecido físico, el tabaco, la voz prestada y el acento porteño, instintivamente hubiera desconfiado de Julio Cortázar. Su afinidad con la revolución de Fidel Castro no lo eximía del pecado original de todos los intelectuales, según Ché Guevara: no ser lo suficientemente revolucionarios. En definitiva, como mismo prefería las milongas de Atahualpa Yupanqui al saxofón de Charlie Parker que amaba Cortázar, eligió el tableteo de las ametralladoras antes que el teclear de la máquina de escribir.

Pero Julio Cortázar creía que era su deber con la revolución cubana escribir algo como “Reunión”. Prefirió imitar la voz de Che Guevara y seguir la estrella que brillaba en su boina guerrillera. Brillaba demasiado como para confundirla con Marte o Mercurio. Vaya usted a saber si en vez de una estrella o un planeta, era simplemente un aerolito.



luicino2004@yahoo.com