Conmemora Huber Matos con revelación de grabación conmemora aniversario de su rompimiento con Fidel Castro
(Radio Martí)- Hoy en Miami, amigos y simpatizantes de Húber Matos se reunieron en el hogar del legendario comandante cubano para escuchar la grabación que hiciera hace 50 años, en la madrugada del 21 de octubre de 1959, cuando presintió que ese sería el último día de su existencia.
La cinta fue conservada y sacada clandestinamente de Cuba poco después que Matos fuese arrestado por agentes del régimen comunista de Fidel Castro. El mensaje reafirma su lealtad a los principios democráticos.
En conversación con el diario The Miami Herald, el comandante de 91 años de edad dijo que tiene el compromiso de regresar a la isla y que la memoria es fundamental para salvar el futuro de Cuba.
Habló sobre las anécdotas que rodearon sus días de gloria y su decepción del poder revolucionario. Recordó su antagonismo con Fidel Castro y el tremendo celo que sentía el gobernante por la popularidad de Camilo Cienfuegos, quien desapareció en octubre de 1959.
Tras el arresto de Húber Matos, el legendario comandante pasó 20 años en las cárceles de los hermanos Castro, hasta que fue enviado en 1979 a Costa Rica. Luego se radicó en Miami, donde fundó la organización Cuba Independiente y Democrática, CID.
Audio
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Grabación que hizo Huber Matos después de enviar una carta a Fidel denunciando la traición a los ideales democráticos de la Revolución.
PARA OIR LA GRABACIÓN DE OCTUBRE DEL COMANDANTE HUBERT MATOS HACER CLICK AQUÍ
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Jorge A. Pomar
Jorge A. Pomar ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Conmemora Huber Matos con revelación de grabación ...":
Útil y valiente, Pedro Pablo, el descorrimiento de cortinas que vienes haciendo a propósito de las declaraciones de Huber Matos.
Pese a cierta admiración y pena por su persona, considero un hecho evidente que el triunfo del castrismo se debió más bien al rol legitimador de jóvenes de clase media "idealistas" (léase socialistas) adoctrinados a pulso desde la adolescencia en institutos y universidades.
Al igual que José Antonio Echeverría, Frank País, Eloy Gutiérrez Menoyo, Carlos Franqui, Renato Guitar Díaz Lanz, Pedro Luis Boitel, René Ramos Latour, Faure Chaumón, Abel Santamaría, Rolando Cubelas, etcétera, amén de socialistas y bellacos políticos, Huber Matos y Camilo Cienfuegos eran todos, si no celosos practicantes, al menos partidarios acérrimos de la violencia revolucionaria desde antes del golpe batistiano del 10 de marzo.
O sea, entusiastas herederos de las sanguinarias tácticas de acción y sabotaje aplicadas por el ABC y otras falanges terroristas contra el Machadato durante la Revolución del 33 so pretexto de la corrupción, la prórroga de poderes y los estragos del crack del 29.
Sin hablar de los gánsteres profesionales del "bonche" universitario, de la inmensa mayoría de la intelectualidad, del grueso influyente de la prensa burguesa, de los tribunos populistas republicanos, del torpe y demagógico liderazgo de los partidos Ortodoxo y Auténtico, de los cambiacasacas culteranos del Partido Socialista Popular, de la duplicidad de las mal llamadas "clases vivas", de la credulidad de un populacho engoado desde el kindergarten por el imaginario revanchista de la Generación del 98, de la complacencia de Washington...
La clave de nuestra desgracia nacional hay que ir a buscarla en la vasta coincidencia de ideales antisistémicos entre "buenos" y "malos".
De otro modo, habría sido absolutamente imposible que a la postre acabase imponiéndose la perversidad de la insignificante minoría totalitaria encabezada por los hermanos Castro y sus secuaces.
El resto, letal aún a día de hoy para la unidad de principios y la capacidad de convocatoria del movimiento opositor, lo ponen la mala conciencia de los perdedores y la común vocación de eufemizar el papel doloso que en verdad jugaron ambos bandos en el trágico hundimiento de la Segunda República.
De ahí, por ejemplo, la trascendencia historiográfica de que, si bien con sus naturales reticencias egocéntricas, un veterano del desastre como Conte Agüero recién empiece a contarnos su versión personal de los hechos en el blog Nuevo Acción...
Saludos,
Jorge A. Pomar
3 Comments:
Útil y valiente, Pedro Pablo, el descorrimiento de cortinas que vienes haciendo a propósito de las declaraciones de Huber Matos.
Pese a cierta admiración y pena por su persona, considero un hecho evidente que el triunfo del castrismo se debió más bien al rol legitimador de jóvenes de clase media "idealistas" (léase socialistas) adoctrinados a pulso desde la adolescencia en institutos y universidades.
Al igual que José Antonio Echeverría, Frank País, Eloy Gutiérrez Menoyo, Carlos Franqui, Renato Guitar Díaz Lanz, Pedro Luis Boitel, René Ramos Latour, Faure Chaumón, Abel Santamaría, Rolando Cubelas, etcétera, amén de socialistas y bellacos políticos, Huber Matos y Camilo Cienfuegos eran todos, si no celosos practicantes, al menos partidarios acérrimos de la violencia revolucionaria desde antes del golpe batistiano del 10 de marzo.
O sea, entusiastas herederos de las sanguinarias tácticas de acción y sabotaje aplicadas por el ABC y otras falanges terroristas contra el Machadato durante la Revolución del 33 so pretexto de la corrupción, la prórroga de poderes y los estragos del crack del 29.
Sin hablar de los gánsteres profesionales del "bonche" universitario, de la inmensa mayoría de la intelectualidad, del grueso influyente de la prensa burguesa, de los tribunos populistas republicanos, del torpe y demagógico liderazgo de los partidos Ortodoxo y Auténtico, de los cambiacasacas culteranos del Partido Socialista Popular, de la duplicidad de las mal llamadas "clases vivas", de la credulidad de un populacho engoado desde el kindergarten por el imaginario revanchista de la Generación del 98, de la complacencia de Washington...
La clave de nuestra desgracia nacional hay que ir a buscarla en la vasta coincidencia de ideales antisistémicos entre "buenos" y "malos".
De otro modo, habría sido absolutamente imposible que a la postre acabase imponiéndose la perversidad de la insignificante minoría totalitaria encabezada por los hermanos Castro y sus secuaces.
El resto, letal aún a día de hoy para la unidad de principios y la capacidad de convocatoria del movimiento opositor, lo ponen la mala conciencia de los perdedores y la común vocación de eufemizar el papel doloso que en verdad jugaron ambos bandos en el trágico hundimiento de la Segunda República.
De ahí, por ejemplo, la trascendencia historiográfica de que, si bien con sus naturales reticencias egocéntricas, un veterano del desastre como Conte Agüero recién empiece a contarnos su versión personal de los hechos en el blog Nuevo Acción...
Saludos,
Jorge A. Pomar
Brother, no se oye la grabación de HM de oct 59. N
Gracias N por alertarme. El Nuevo Herald había cambiado el enlace. Ya está rectificado el error.
Un abrazo
PP
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