BARACUTEY CUBANO

Por José Daniel Ferrer García
prisionero de conciencia

1 de noviembre de 2009

Prisión Provincial de Las Tunas, Cuba – www.PayoLibre.com – No clasificará como arma de exterminio en masa, pero por sus características bien podríamos llamarla. Es la preferida en las prisiones, donde los adversarios se encuentran separados por rejas o carecen de arma blanca o de un objeto contundente. Es fácil de obtener dada la ininterrumpida producción de las materias primas. Basta con añejar una mezcla que expelen los intestinos y la uretra.

Esta asquerosa e infamante arma ofrece a quien la emplea la seguridad de que la pena no pasará de unos días en celda de castigo, salvo cuando el receptor es un carcelero, en cuyo caso el emisor recibirá una brutal golpiza y hasta le pueden hacer tragar del producto excrementicio, como ha ocurrido en ocasiones.

Hacia varios meses que no resultaba víctima de los daños colaterales de uno de estos ataques. Es una de las ventajas, si es que así puede llamársele, que me garantiza el completo aislamiento en el que he pasado la mayor parte del tiempo.

Cuando confinan a un reo cerca de mí es porque no tienen otro lugar donde meterlo. Eso pasó el martes 13 de octubre, cuando a la dirección del penal no le quedó otra alternativa que mandar para el área de castigo, por unos días, para guardar la forma, a uno de sus más agresivos instrumentos, quien cuchillo en mano, hizo comer heces fecales a 3 compañeros de cautiverio, porque, según dice, incitaron a otro recluso 2 días antes para que le arrojaran cierta cantidad de la pestilente liga. Lo ubicaron a 3 celdas de la mía.

En la mañana del viernes 16, otro de sus enemigos, por rivalidad y cuentas viejas, aprovechó la incapacidad y negligencia de los guardias y le sorprendió con el arma que nos ocupa. El hedor era insoportable. No pude comer en casi todo el día.

Como el agredido mantiene muy buenas relaciones con la mayoría de los carceleros, los dos que se encontraban en el área de aislamiento le dejaron la puerta abierta mientras que se bañaba y lavaba todo lo que resultó afectado. Por increíble que parezca, los custodios se retiraron dejándolo en el pasillo solo con otro preso que participaba de la limpieza, oportunidad que empleó para tomar desquite, arrojando también su repugnante mezcla contra el que acababa de atacarle y sobre quien lo hizo 7 días antes.

Según los contendientes la guerra acaba de comenzar. De momento el teatro de operaciones no será cercano a la minúscula celda donde tengo que permanecer las 24 horas del día. Los adversarios fueron trasladados, ayer lunes (19 de octubre), a distintos destacamentos. Ya no corre mortal peligro la modesta reserva de detergente que poseo, pero sí, desgraciadamente, las vidas de estos jóvenes presidiarios.

Estas guerras, muchas veces causan la muerte de uno o más de los implicados y en su curso generalmente involucran a otros ajenos al conflicto.

*José Daniel Ferrer García fue condenado a 25 años de prisión con el Grupo de los 75, es miembro del Movimiento Cristiano Liberación y gestor del Proyecto Varela.

Centro de Información del Consejo de Relatores de Derechos Humanos de Cuba.