miércoles, noviembre 25, 2009

CUBA: EN BUSCA DE LA HONRADEZ Y LA TRANSPARENCIA

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Por Jorge Olivera Castillo
Sindical Press
22 de noviembre de 2009

La Habana – www.PayoLibre.com – Yaima Puig Meneses invita desde las páginas del diario Granma a una misión imposible. Cree que dentro de la tupida madeja de hipocresías y otras posturas condicionadas por el miedo, podrían existir partículas de sinceridad.

Ella trata de alumbrar con su cobertura periodística una realidad que lacera el espíritu de la nación, pero sólo consigue un destello que apenas roza las inconmensurables penumbras de la doble moral.

En su punto de mira está la sociedad cubana actual lastrada de fenómenos que se contraponen a ese país modelo que propagandistas, viejos y noveles, suelen vender como piezas auténticas en el mercado de la información.

Las exhortaciones en relación a abandonar la mentira, las opiniones hechas a la medida de las conveniencias del momento, las discrepancias disfrazadas con irreprochables asentimientos, no pasan de ser un intento por establecer el espacio para un tipo de crítica que termina en el abismo de la indiferencia.

¿Quiénes se van a atrever a dar rienda suelta a sus verdaderos criterios, sin que existan las garantías para que no sean interpretados como excesivos o en el peor de los casos clasificadas en el registro contrarrevolucionario?

¿Cuántos cubanos no han perdido su empleo o sufrido algún tipo de represalias, en los últimos 50 años, por ponerle voz o letras a lo que le dicta su conciencia?

Discrepar ha sido para miles de coterráneos el ticket para adentrarse en algunos de los círculos del infierno. Es más, actualmente se contabilizan varias decenas de prisioneros que purgan largas sanciones por realizar observaciones críticas de la situación política, económica y social del país.

Ahí están los sucesos de la primavera del 2003 para probar que la opinión libre en Cuba es todavía una asignatura pendiente. Las condenas impuestas a los 75 implicados en la referida causa, superaron los 1.400 años. Aunque hayan usado y usen un sinfín de coartadas para camuflar los reales motivos para aplicar este tipo de medidas extremas, se sabe que expresarse con espontaneidad dentro de la Isla, podría costar bien caro.

No creo que lo escrito por Yaima haya sido una actitud de valentía y plena disposición en poner en perspectiva un asunto tan delicado. Para eso, lo primordial radicaría en solicitar el desmontaje del estado policíaco con sus trampas y prohibiciones.

El ambiente creado a través del férreo ejercicio del poder durante un tiempo tan extenso, no ayuda a contemplar otro escenario que no sea el de la suspicacia y el temor a la hora de sacar del anonimato cualquier idea que se aparte de la línea oficial.

A modo de conclusión cito uno de los párrafos del artículo publicado, el 16 de noviembre en la página 2 del Granma.

“Lamentablemente, hay quiénes, luego de mostrar conformidad con algún comentario en público, hablan horrores y denigran de lo mismo que momentos antes alababan, tan pronto voltean el rostro”.

Yaima, ése es el instinto de conservación. La mayoría del pueblo cubano no es hipócrita gratuitamente. Las circunstancias determinan sus actitudes. Acuérdate del nazismo y el estalinismo.

oliverajorge75@yahoo.com