HOSTIGAMIENTOS A LAS DAMAS DE BLANCO: CRIMINALIZAR LA DIFERENCIA
CRIMINALIZAR LA DIFERENCIA
Por Juan González Febles
Periodista independiente.
jgonzafebster@gmail.com
El cerco se mantuvo desde horas tempranas de la mañana y concluyó en un tenso crepúsculo cerca de las 7PM del pasado domingo 25 de abril. A lo largo de esas angustiosas horas, las hordas de elementos antisociales traídas a la escena por la policía de seguridad del estado, ofendieron a las Damas de Blanco con las obscenidades más sucias y procaces, sacadas de su estercolero de origen.
La policía de Seguridad del Estado que olvidó sus funciones nominales de proteger la seguridad nacional y la integridad del estado, en la actualidad se ocupa en reprimir el pensamiento y la actuación libre de los cubanos. La policía de Seguridad del Estado del régimen militar cubano, degeneró en cuerpo represivo consagrado a intimidar y reprimir civiles pacíficos. En el caso que nos ocupa y contra las Damas de Blanco, usó ómnibus desviados del transporte público y otros recibidos por donaciones de ONG internacionales seudo humanitarias, financiadas algunas con dinero no declarado de la nación cubana. Los ómnibus, fueron usados para traer turbas al lugar de los hechos.
(Teniente coronel Ernesto Samper )
En ningún caso el régimen militar ha conseguido probar de forma consistente un actuar violento en ninguno de sus encarcelados. Tampoco una vinculación con un gobierno extranjero que se vaya más allá de la vinculación sostenida con el gobierno cubano, por los comités que financia para promover sus campañas internacionales.
En términos de manipulación mediática, el régimen militar de forma indirecta ha permitido que la represión ordenada contra las Damas de Blanco y la sociedad civil en su conjunto, disponga de rostros para que la indignación nacional e internacional encuentre cauce y rostros sobre los que descargar las culpas en el presente y en un eventual e incierto futuro.
Entre los nuevos rostros, se destaca el teniente coronel Ernesto Samper, “jefe” del muy promocionado departamento 21 de la policía de Seguridad del Estado y algunos miembros de la nómina de este departamento, destacados en el maltrato tanto de las mujeres de blanco, como de activistas pro democracia. Los nuevos actores mediáticos fueron captados en pleno ejercicio represivo por las cámaras de las prensas actuantes o el omnisciente satélite Google del que no logran sustraerse.
Deudores de un entreguismo y un desprecio antonomástico por la vida y la dignidad humana, amén de un odio y un desapego terminal por la cubanía y los valores que esta entraña, la misma élite que hace décadas se preparaba irresponsablemente para quemar a Cuba y los cubanos en una hoguera nuclear, que convirtió en letra constitucional el apego al imperio soviético, hoy se niega a negociar con los cubanos el destino de la nación o la más trivial de las decisiones.
Este régimen pretende discutir con la Unión Europea o con Washington, lo que debe, respetuosamente a los cubanos.
La élite geriátrica envió al publicitado teniente coronel Samper a “negociar” con la Sra. Laura Pollán, los nuevos términos que la élite geriátrica demanda y pretende imponer a las Damas de Blanco para sus desplazamientos por las calles de La Habana. Las mismas proclamadas “propiedad” del Sr. Fidel Castro. Lo insólito del caso es, que se envíe a un policía a discutir un asunto político, en que el pobre hombre carece absolutamente de poder de decisión.
¿Por qué no fue un representante de la fiscalía o un miembro autorizado del gobernante y único partido comunista? ¿Por qué no, cualquier otro miembro civil de lo que pretende ser un gobierno legalmente constituido que respeta sus leyes?
El régimen militar cubano, siempre buscará criminalizar la diferencia y la disidencia. Eludirá cualquier interlocutor interno a quién procurará satanizar. A la menor oportunidad, responderá en su estilo habitual de cárcel, golpiza y muerte. En Cuba, la política oficial criminaliza la diferencia y niega identidad y derecho a los cubanos.
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