jueves, mayo 27, 2010

María Félix…la Doña

María Félix…la Doña



Por Juan Vives

Hay encuentros en la vida que aunque breves y fortuitos nos marcan para siempre; ese es mi caso con La Doña, la mujer más linda de México, el ídolo de América Latina que hizo perder la cabeza de tantos hombres. Cuando la ví ya mayor, todavía se desprendía de su persona aquel extraño magnetismo, con los ojos más bellos que se puedan imaginar, brillantes y expresivos. Con humildad y respeto uno se puede presentar ante aquella Diosa de la belleza de nuestros pueblos,personalidad tallada en acero forjado al fuego de la vida.

Más de un cuarto de siglo después todavía recuerdo con emoción aquella tarde ,cuando bajó de su pedestal para « platicar » con aquel desconocido que era yo…t odavía esa conversación está grabada en mi memoria como uno de los encuentros más felices de mi existencia, imperecedero , para siempre.

A mediados de los ochenta, yo había ya publicado algunos libros en Francia, de gran estima y best sellers con múltiples traducciones, lo que me había dado la entrada en un mundo de la élite intelectual, que si realmente no me interesaba y estaba muy lejos de mis principios de vida, a veces tenía que encontrarlos por cuestiones comerciales o por necesidades de prensa en el mundo de la edición y publicación.

Había terminado el almuerzo en un restaurante de la Place Saint Sulpice ,que era y es un lugar de encuentro de la intelectualidad en el Barrio Latino,que era donde estaban ubicados mis editores, cuando se acercó a la mesa un señor que era amigo de uno de mis editores,Seghers.El tipo simpático,hablando correctamente el español y gran admirador de cuestiones equestres y propietario de caballos de pura sangre y negociante.

Pasamos algunos digestivos y me preguntó si tenía vehículo,cuando le respondí que no,me preguntó cuál era mi hotel,cuando le respondí que el Intercontinental,me dijo que el iba a la Place Vandome chez Cartier (el mayor joyero de París) para buscar una sortija que estaba en reparación de su esposa.

Como en París a ciertas horas es difícil encontrar taxi,acepté su oferta.

Yo nunca había entrado en la célebre joyería,la Meca del lujo mundial.Cuando pasamos la puerta que nos abrió un empleado uniformado con gorra de plato y todo,detrás entró una dama de cierta edad acompañada de un jóven que no tendría los 30 años.Los empleados vinieron casi todos a darle la bienvenida a la señora a la que trataban con gran deferencia..Ignoraron a todos los clientes pues había entrado algo sublime.Enseguida le trajeron una silla de terciopelo rojo que dispusieron delante de una de las vitrinas de exibición y el director vino inmediatamente a darle la bienvenida.

La persona que yo acompañaba,Geoge,me dijo-Mira es María Félix.

Me volví y sin pensarlo dos veces fui hasta donde estaba la señora y le dije-Que gran honor encontrar personalmente a Doña María.

- Tu no eres francés
- No, soy cubano
- Pues somos dos exilados por estas tierras

Así comenzó una larga conversación que duró más de una hora para mi gran placer.Al cabo de algunos minutos le pidio en español al director que me trajeran una silla,lo que tradujo al francés el joven que la acompañaba.Justify Full
-No, póngala frente a mi, le dijo a la persona que trajo la silla.Mientras que los vendedores se apartaron discretamente,entablamos una larga conversación,solamente su acompañante y George se quedaron de pie junto a nosotros.

Me habló de su gusto por la música cubana y me contó que en los lugares donde la conocían tocaban María Bonita de Agustín Lara cuando ella llegaba,que era casi como su himno nacional. Me habló de sus películas y cuando me preguntó cuál prefería,yo le respondí que Miércoles de Cenizas.Entonces me contó de su gran amistad con Arturo de Córdova,otras historias de otros actores mexicanos.

Entre tanto el director le trajo una enorme esmeralda en un « peresentoir » de terciopelo negro.De un gesto de la mano al mismo tiempo le dijo –plus tard-y continuó su convesrsación, conmigo.Estaba fascinado por aquella señora que con tanta amabilidad me hablaba de sus recuerdos y otras cosas.Después de más de una hora de conversación,me dijo que estaba algo fatigada y que regresaría a su casa.

Le tendí la mano para ayudarle a levantarse,ella tomó mi brazo y la acompañé hasta la puerta.Solamente entonces me percaté que estaba vestida de blanco con una cadena de oro y una cruz incrustada de rubíes y cosa extraña,calzaba mocasines indios.Comprendí cuando la ví alejarse hacia el auto que la esperaba,que caminaba con cierta dificultad.

El director vino y me dijo-Que extraño,ella nunca habla con nadie.

Por qué esta gran dama,Doña María Félix conversó largamente conmigo,un desconocido, quizás por hablar español,quizás por solidaridad o simpatía entre dos desterrados…en todo caso,fue un día para marcarlo con una piedra blanca en mi vida y uno de esas memorias que todavía un cuarto de siglo más tarde recuerdo con emoción.

1 Comments:

At 5:26 a. m., Blogger Mr. Barloe said...

Un verdadero privilegiado, gracias por compartir

 

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