sábado, agosto 14, 2010

EL PROFETA FIDEL CASTRO, CASTRODAMUS, Y EL MARISCAL ZHUKOV

EL PROFETA Y EL MARISCAL ZHUKOV




Por Paulino Alfonso
Periodista independiente.
palest44@yahoo.com


Lawton, La Habana, 12 de agosto del 2010 (PD) En cualquier parte existen profetas, unos serios, otros disparatados, que surgieron por una necesidad personal o colectiva (como en nuestro caso).

Un rasgo distintivo de estos personajes es lo mesiánico de su carácter y discurso. Esto recordé cuando el viejo dictador regresó a la pantalla chica, con cautela primero, en entrevistas con su fan mayor, Randy Alonso y después con amigos, rodeado no por Joseito y sus pretorianos, sino por su familia. Pero ahora lo hace a diario. Incluso intervino en el “parlamento” ¿Por qué?

Como siempre, comenzaron las especulaciones: que si El Viejo vuelve, que si es un autogolpe, que si el ultra castrismo, bla, bla, bla… En mi criterio, esto no es más que agit-prop para levantar los ánimos de la izquierda caníbal, alicaída a partir de la imágenes de mujeres pateadas y de presos que recuerdan los campos de concentración nazis. Y ¿por que no?, volver a la escena… que todos tenemos un corazoncito.

¿Cuáles son los temas de Fidel Casiano en sus últimas comparecencias? Las armagenódicas profecías sobre una guerra en la que nadie cree, al extremo que el petróleo ha bajado más de 7 centavos en una semana y su tendencia es a la baja para septiembre / octubre.

Para rematar, fijó la fecha del fin de mundo para diciembre de 2010, a pesar de que los presidentes latinoamericanos reunidos en Argentina se congratulan por lo bien que les va económicamente y Piñera planea en 2011 inaugurar con Evo Morales la zona de acceso al Pacifico y todos esperan ver el mundial en Brasil en 2014.

Además, debo advertirle al profeta que si el níquel se pronostica a US$ 25,0 mil la tonelada para noviembre / enero, sería conveniente diferir el fin del mundo para marzo de 2012.

Hace 48 años el profeta creyó que los soviéticos no dejarían revisar sus barcos en altamar y para su amargura y la de su amigo el Gral. Gribkov, los yanquis revisaron todo cuanto quisieron. Por lo mismo, si hoy reciben la orden, los yanquis revisarán los barcos que se dirijan o salgan de Irán, traigan la bandera que traigan o vengan de donde vengan y tutti conttenti.

Si los ayatolas hablaran en serio, ya hubieran lanzado los cohetes, por lo que el profeta estaría contentísimo. Total, las ojivas con clavos de tungsteno de los Tridents no caerían sobre él ni sus miñones, como bien lo sabe a partir de su recién adquirida cultura de Internet, sino sobre los iraníes, culpables o inocentes.

De paso, esto daría para 10 o 12 comparecencias con que privar a nuestras agobiadas mujeres del “privilegio” de sentarse a las 9pm a ver una novela sentimental, después de 12 horas de fatiga para alimentar a su pobre familia.

Los Castro saben que lo que Cuba necesita los liquida, que si Obama les quita el embargo, los privan de su principal y único presupuesto político.

¿Quiere un ejemplo? Un castrista despechado le pidió al Aspirante y cito: “Lo que hay es que acabar de enrumbar el camino de los cambios necesarios, para poner a la economía en el carril del crecimiento”. ¿Saben lo que respondió al infeliz? Lo expulsó del partido por disidente.

¿Sinceramente alguien cree que con barberos, peluqueras, taxistas y organopónicos, Cuba va a alcanzar los cambios que den la prosperidad y borren el hambre y la ignominia en la que está sumida gracias al castrismo?

Este se sostiene solo por 3 motivos, cárcel, hambre y miedo, pero ya felizmente, se le acabó el camino, como al stalinismo en los 90, aunque Jaime Ortiga (perdón) Ortega y el ex -simio Hugo Chávez traten de impedirlo.

Algo ameno para el final. Vi la presentación del libro de Fidel Casiano, La Victoria Estratégica. Confieso que no fue el tema, sino el grosor del libro lo que me hizo reflexionar.

El Mariscal Georgui K. Zhukov necesitó solo 535 páginas de sus memorias para relatar su desempeño como Jefe del Ejercito Rojo, desde donde dirigió 11 millones de soldados, durante 4 años de guerra para derrotar un ejercito nazi de 10 millones de despiadados, pero eficientes soldados.

¿Qué puede haber en un libro de casi 1000 páginas que relata un evento que duró un mes e involucró a 300 guerrilleros y unos cuantos batallones de un ejército corrupto y peor entrenado como el batistiano?

Es mejor que Fidel Casiano siga como escritor y deje las profecías. Que recuerde a Diógenes el Cínico cuando dijo que es preferible consolarse que ahorcarse.

palest44@yahoo.com