BARACUTEY CUBANO

El sábado 13 de noviembre al anochecer, fue liberado sin condición de destierro el primero entre los trece prisioneros de conciencia, miembros del Grupo de los 75, que se negaron a partir hacia España. Tocó al economista Arnaldo Ramos Lauzarique ser el primero en la charada de las excarcelaciones negociadas por el ex canciller español Moratinos, el cardenal Ortega y el presidente Raúl Castro, que no concluyeron necesariamente en destierro.

José Daniel García Ferrer aceptó salir hacia España y de forma casi simultánea, el gobierno militar concedió licencia extrapenal a Ramos Lauzarique. Muchos se sienten optimistas con esta primera excarcelación que no contempla destierro.

Once prisioneros de conciencia miembros del Grupo de los 75, permanecen atascados por la soberbia irracional o el cálculo oportunista de un régimen negado a reconocer su fracaso. Los compromisos contraídos con la iglesia y con el gobierno español, permanecen suspendidos en el limbo de la conveniencia o en las brumas del azar y el capricho. El compromiso de liberación para el resto de los prisioneros políticos cubanos, permanece colgado de la próxima necesidad política del régimen o el próximo trueque.

Anda en el ambiente el nuevo congreso del gobernante y único partido a celebrarse en abril de 2011. Según el presidente, en cinco años el régimen militar hará lo que no ha hecho en cincuenta. ¿Quién podría creer algo así? Quizás la mejor garantía con que cuenta el general, será que ni él ni el Comandante en retiro, disponen de buenas probabilidades, (biológicamente hablando) de asistir al siguiente para responsabilizarse con el escache de tal congreso.

Entre las expectativas que ganan espacio, se encuentra en prioritaria condición la eventual autorización para la compraventa legal de casas, cuartos y otros inmuebles con fines habitacionales. Será una pequeña curita con mercurocromo para la herida sangrante y abierta que representa el siempre insoluble problema de la vivienda.

Con los plazos vencidos para el cumplimiento de los compromisos contraídos con el gobierno español y con la iglesia católica, en términos de excarcelar de forma incondicional, presos políticos cubanos, el régimen militar no cambia o lo hace para peor.

PD