sábado, julio 16, 2011

Konstantin Simonov: útil después de muerto (VI)

Tomado de http://eichikawa.com/




Simonov: útil después de muerto (VI)
julio16, 2011

Por Boris Figueroa

Konstantin Simonov vivió en las entrañas de la censura. Hacia 1948 su novela Humo de la patria recibió críticas del órgano partidista de agitación y propaganda Kultura i zhizn. Al darse cuenta de que Stalin estaba detrás, Simonov abandono para siempre aquella obra. El comisario de turno, Andrei Zhdanov, instó a que terminara su obra de teatro sobre la pareja de científicos Nina Kliueva y Grigori Roskin, quienes buscaban la cura del cáncer y fueron acusados por Stalin de servilismo a Occidente. Stalin mismo había tenido la ocurrencia de llevar a escena este caso y Simonov concluyó a paso forzado el drama Sombra ajena, que abordaba con rudeza cómo los caprichos de un microbiólogo empujaron a traicionar la patria. Remitió el manuscrito a Zhdanov y la respuesta fue un telefonazo de Stalin: rescribir aquello para enfatizar el egoísmo de «ver la investigación como propiedad personal» y mostrar la benevolencia del poder soviético. A este último efecto debía finalizar con el perdón al científico y el permiso para que continuara su investigación. «Cómo hacerlo es cosa tuya», remachó Stalin. Simonov consiguió hacerlo y el drama vio la luz en la revista Znamya. Al ser propuesto para el Premio Stalin, el secretariado de la Unión de Escritores Soviéticos (UES) adujo que el final era débil y tan liberal que lindaba con la capitulación política. Alguien debió susurrar que se trataba del liberalismo de Stalin: la obra de Simonov acabó siendo premiada.

(Konstatin Simonov)

En reunión conjunta del Buró Político y el secretario de la UES para conceder el mismo premio en 1952, la novela Stepan Razin, de Stepan Zlobin, tropezó con que Georgy Malenkov alegaba que el autor se había portado mal en la guerra, al dejarse capturar por los alemanes. Todo el mundo sabía que no era así, pero sobrevino el silencio. Stalin se levantó para recorrer el salón por entre los asientos al tiempo que preguntaba en voz alta: ¿Lo perdonamos o no? Nadie se atrevió a responder. A la tercera Stalin se dio respuesta a sí mismo: «Vamos a perdonarlo». Zlobin se llevó el premio y Simonov, la desagradable impresión de que nadie tenía pantalones para impedir que Stalin fijara el destino de los demás. Hasta cierto punto Simonov era igualito.

Desde su altura como editor de Novy Mir decidió no publicar un poema de Boris Pasternak, que ya había aceptado, porque el autor pidió adelanto en el pago. Así mismo se negó en redondo a prestar ayuda a su profesor de los tiempos del Instituto Gorky de Literatura, el poeta Vladimir Lugovskoi, porque este había sufrido colapso nervioso al principiar la guerra y pasó el resto de la contienda en Tashkent sin pelear. Simonov había entrado a la UES por recomendación de Lugovskoi, luego de que Simonov publicara con éxito el poema Batalla en el hielo (1938) y a pesar de que el director del instituto consideraba que sólo servía para enseñar, ejercer el periodismo o dar tijera como editor. En el instituto Simonov vestía jacket de cuero al estilo bolchevique de la guerra civil y se entregó por completo al Komsomol. Le pusieron «culo de hierro» porque pasaba horas y horas sentado, escribiendo o leyendo.

Así y todo, el secretario de la UES, Vladimir Stavsky, le tumbó un viaje al Cáucaso (1937) por haber recitado en clase unos versos de Nikolai Gumilyov, quien había sido fusilado (1921) por contrarrevolucionario. A ese tenor Simonov echaría pa´lante (mayo 16, 1937) a su amigo Yevgeny Dolmatovsky por elitista y al reflexionar sobre la suerte que corrieron en aquel entonces sus tías Sonia (fusilada) y Dolly (fallecida en el Gulag), Simonov se atuvo a la máxima del terror rojo: «No se puede hacer tortilla sin romper huevos».

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http://www.ecured.cu/index.php/Konstantin_Simonov

Síntesis biográfica

Símonov nació en Petrogrado. Su madre era la princesa Obolénskaya, perteneciente a una familia rukírida. Su padre, un oficial del ejército del zar, abandonó Rusia después de la revolución de 1917. Falleció en Polonia después de 1921. Su esposa Alexandra permaneció en Rusia con Konstantín, y a principios de la década de 1920 contrajo matrimonio con Alexander Ivanischev, un oficial del Ejército Rojo y veterano de la Primera Guerra Mundial. Konstantín pasó varios años de niño en Riazán mientras su padrastro trabajaba de instructor en la escuela militar de la ciudad. Más tarde se mudaron a Saratov, donde el niño pasaría el resto de su infancia. Después de terminar su educación básica de siete años de duración en 1930, ingresó en la escuela de oficios para aprender el trabajo de tornero. En 1931, su familia se mudó a Moscú y Simonov, después de completar el curso de ingeniería de precisión en la escuela de oficios, comenzó a trabajar en una fábrica, donde permaneció hasta 1935. Durante esos mismos años comenzó a escribir poemas. En 1936 fueron publicados sus primeros poemas en los periódicos Joven guardia y Octubre. En 1938, después de haber completado un curso en el Instituto de Literatura Maxim Gorky, Simonov ingresó en un curso de posgrado en el Instituto de Historia, Filosofía y Literatura de Moscú (IFLI), pero fue enviado como corresponsal de guerra a la campaña de Jaljin Gol en Mongolia y no regresó al instituto hasta el año siguiente.
Durante la guerra

(Konstatin Simonov)

En 1940 escribió su primera obra de teatro, La historia de un amor, llevada al escenario en Leningrado; en 1941 escribió la segunda, Un muchacho de nuestra ciudad. Pasó un año en el curso para corresponsales de guerra de la academia político-militar, y obtuvo el rango de servicio de oficial de intendencia de segundo grado. A comienzos de la guerra ingresó al periódico Krasnaya Zvezda para trabajar como corresponsal de guerra. En 1942 fue ascendido a comisario de batallas principal, en 1943 a teniente coronel, y después de la guerra a coronel. La mayor parte de sus reportes de guerra fueron publicados en el periódico para el que trabajaba. Durante estos años, escribió las obras de teatro Personas rusas, Espérame, Así será, el relato corto Días y noches y dos libros de poemas: Contigo o sin tí y Guerra. Como corresponsal de guerra, estuvo un tiempo en cada uno de los frentes; sirvió en Rumania, Bulgaria, Yugoslavia, Polonia y Alemania y presenció la Batalla de Berlín. Sus reportes completos fueron publicados después de la guerra, con los títulos Cartas desde Chechoslovaquia, Amistad eslava, Cuaderno yugoslavo y Desde el mar Negro y el mar de Barents. Notas de un corresponsal de guerra.
Después de la guerra

Después de la guerra, sirvió durante tres años en numerosas misiones en el extranjero: en Japón, Estados Unidos y en China. Entre 1958 y 1960 vivió en Tashkent como el corresponsal de Pravda en las repúblicas de Asia Central. Su primera novela, Camaradas armados, apareció en 1952, y su novela más larga, Los vivos y los muertos, en 1959. En 1961, su obra El cuarto fue representada en el teatro Contemporáneo. Entre 1963 y 1964 escribió la novela Ellos no nacen como soldados. Entre 1970 y 1971 escribió una continuación, a la que tituló El último verano. Fue editor en jefe del periódico Novy Mir; desde 1950 hasta 1953, fue editor en jefe del Literaturnaya Gazeta desde 1946 hasta 1959 y entre 1967 y 1979 fue secretario de la Unión de Escritores Soviéticos.
Obras

Sus obras han sido llevadas al Cine como:

Muchacho de nuestra ciudad (1942)
Espérame (1943)
En el nombre de la patria (1943)
Días y noches (1945)
La pregunta rusa (1947)
La guarnición inmortal (1956)
Los Normandos - Neman (1960)
Los vivos y los muertos (1964)
Retribución (1967)
Granada, Granada, Mi Granada (1967)

Documentales

El caso de Polunin (1970)
El cuarto (1972)
Veinte días sin guerra (1976)
De las notas de Lopakhin (1977)

Muerte

Konstantin Simonov falleció en 1979 en Moscú, a la edad de 64 años de edad.

1 Comments:

At 6:11 a. m., Blogger casasus said...

como pudiera obtener las obras de Konstantin Símonov,
en esoera de su amable Respuesta

casasus@charter.net

 

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