Luis Cino sobre el documento ¨El Camino del Pueblo¨: El camino de los tantos documentos
Por Luis Cino
Ojala nos hubiéramos equivocado los escépticos. No hubo tiempo para aplaudir el aparente y parcial consenso que logró inicialmente El camino del pueblo. El aumento de las discrepancias y las disputas entre opositores, firmantes o no, ha superado nuestras peores expectativas. Hasta de “proclama socialista” han tildado al documento. Y es de suponer que a continuación seguirá el regateo de méritos políticos y la habitual sarta de insultos y descalificaciones mutuas.
¿Recuerdan aquellas asambleas para conceder los apartamentos luego de una caterva de años de trabajo de sol a sol en la microbrigada? En todo caso, en aquellas asambleas tumultuarias, los mandantes del partido único y sus esquiroles del sindicato imponían cierto orden. Aunque fuera a la cañona. En las rencillas entre opositores, no hay modo ni Dios que imponga no digo orden, sino un poco de sensatez…
Desgraciadamente, se repite la película que hemos visto tantas veces. Los egos se inflan y a pocos se le ocurre buscar los puntos de concordancia o el modo de complementar los proyectos entre sí. O sencillamente apartarse y callarse la boca si no se está de acuerdo plenamente con todos y cada uno de los puntos.
Parece imposible lograr consensos mínimos entre los líderes opositores cubanos. Más bien lo que se consigue es una olla de grillos. Por cierto, para nada democrática.
Los intentos de conciliar a los principales líderes opositores cubanos en un proyecto común, recuerda aquellos súper-grupos de rock (Cream, Blind Faith, Asia) formados por superestrellas, que se frustraban luego del primer disco por los marcados personalismos, la improvisación y los más extravagantes caprichos y vanidades. O para ponerlo en un contexto nacional, a los duelos entre los reguetoneros Misha, Insurrecto, El Chacal y Baby Lores.
A sólo semanas de redactarse, “El camino del pueblo” ya va en vías de convertirse en otro documento opositor más para los anales de la lucha por la democracia. Ni siquiera será el último, porque ya se anuncia la próxima celebración de otra reunión en El Roque, Matanzas, de líderes opositores y ex presos políticos (¿sacarán bien las cuentas de la cantidad de ex prisioneros esta vez a la hora de las invitaciones?), de donde -¿qué duda cabe?- saldrá otro documento opositor. Y entonces, los que no estén de acuerdo letra por letra, sacarán otro mamotreto. Y así hasta el infinito.
Como siempre digo en estas deprimentes y frecuentes circunstancias, los jefazos de la Seguridad del Estado, que va y hasta metieron su mano peluda en algún que otro documento opositor, estarán ahí, atentos a la bronca entre Oswaldo Payá y el doctor Oscar Elías Biscet y los que se sumen a uno u otro bando o a los que francotiroteen por cuenta propia. Los segurosos estarán muertos de risa, como dicen en mi barrio: “echándose el prisma”…
luicino2004@yahoo.com
Tomado de http://www.circulocinico.com
Firmas y opiniones
Por Luis Cino
Hace un año, en medio de una avalancha de cartas y contracartas, aconsejé a algunos opositores que quiero y respeto que tuvieran mucho cuidado con lo que firmaran. Desde entonces, son pocos los que se me acercan con documentos para recabar mi firma. Parece que he cogido fama de paranoico y de tipo difícil a la hora de poner mi nombre en un papel, con la mala letra que tengo y la fea firmita que me sale. ¿Saben? Después de todo eso es bueno. Me ahorra inconvenientes y disgustos.
Sin embargo, son varios los que me han pedido últimamente mi opinión sobre “El camino del pueblo”, el más reciente documento opositor. No sé por qué algunos se empeñan siempre en preguntarme mi opinión, si saben que no aspiro a ser analista político ni mucho menos líder de opinión. ¡Líbreme Dios! Siempre he dejado claro –especialmente a ciertos personajes que permanentemente sienten amenazado su protagonismo por cualquiera que piense con cabeza propia y comulgue cuando y cómo le dé la gana- que soy sólo un tipo que escribe y punto.
OK. Eso no quiere decir que no tenga derecho a opinar. Ni la Seguridad del Estado ha logrado privarme de ese derecho. ¡Y miren que lo han intentado! Tal vez, si no viviera bajo una dictadura, no haría periodismo, sino que escribiría ficción y entonces nadie tendría necesariamente que conocer lo que pienso acerca de ciertos asuntos políticos. Desgraciadamente, la vida es como es y no como uno quisiera que fuera. Por tanto, por si a alguien le interesa, aquí va mi opinión.
“El camino del pueblo” me inspira ciertas reservas por su lenguaje populista como para complacer a todos y la excesiva ingenuidad respecto a la posibilidad de desmontar la dictadura desde sus mismas leyes. Lo cual no quiere decir de ningún modo que uno renuncie a la posibilidad de la lucha por los mínimos resquicios legales que deja “la legalidad revolucionaria”. Pero no es como para hacerse demasiadas ilusiones y creernos que la disidencia interna, aun sin acabar de salir del ghetto, está en posición de dictar condiciones al régimen.
Por mucho que en el documento se esmeren en dorarles la píldora, no veo el motivo por el que los mandamases del régimen estuvieran desesperados por morder el anzuelo y unirse a los opositores en una comisión nacional para cambiar las leyes que les han permitido el control totalitario de la sociedad y gestionar la transición a la democracia. No creo que estén tan desesperados por suicidarse como clase política con poderes absolutos mientras no sientan al pueblo rugir en las calles. Y no es este el caso.
No obstante, es muy alentador que “El camino del pueblo” haya logrado reunir a muchos de los más importantes opositores cubanos. Ojala sea un paso decisivo en el camino de la unidad de la oposición civilista. Pero como conozco bien a muchos de los firmantes, me temo que algunos pronto empiecen a disentir de algunos puntos y hasta de las comas, o a decir que no leyeron bien el texto o no están conformes con que su firma aparezca más arriba, más abajo o junto a la de fulano o mengana.
Ojala no se repita la película que hemos visto tantas veces y “El camino del pueblo” no se convierta en otro documento opositor más para los anales de la lucha por la democracia.
Aunque nadie me ha invitado, no tendría inconveniente en firmar. No estoy seguro si para hacerlo basta entrar a info@contodosloscubanos.com o si es requisito imprescindible ser líder político. Si no firmo, no me muero por eso. Parafraseando a aquel viejo bolerón, total, ya yo estoy cansado de tanto firmar.
luicino2004@yahoo.com
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Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Luis Cino sobre el documento ¨El Camino del Pueblo...":
"Por mucho que en el documento se esmeren en dorarles la píldora, no veo el motivo por el que los mandamases del régimen estuvieran desesperados por morder el anzuelo..." Desde luego que no lo van a morder, pero ¿es el "anzuelo" para los octogenarios que gobiernan o para muchos otros que saben que lo que hay no sirve y que tendrán que enfrentar los que viene después? Por otra parte, el anzuelo puede ser para la comunidad internacional a la que se le presenta un plan muy conciliador, "razonable", que los octogenarios van a rechazar, de seguro, pagando un precio alto adverso en la "lucha de ideas". Quizás Biscet no vio esto, y los exiliados menos todavía. No por eso hay que decir que el documento sea perfecto.
1 Comments:
"Por mucho que en el documento se esmeren en dorarles la píldora, no veo el motivo por el que los mandamases del régimen estuvieran desesperados por morder el anzuelo..." Desde luego que no lo van a morder, pero ¿es el "anzuelo" para los octogenarios que gobiernan o para muchos otros que saben que lo que hay no sirve y que tendrán que enfrentar los que viene después? Por otra parte, el anzuelo puede ser para la comunidad internacional a la que se le presenta un plan muy conciliador, "razonable", que los octogenarios van a rechazar, de seguro, pagando un precio alto adverso en la "lucha de ideas". Quizás Biscet no vio esto, y los exiliados menos todavía. No por eso hay que decir que el documento sea perfecto.
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