Cuba de los Castro: . Capitalismo salvaje
Esto que se narra es algo muy viejo y hay historias peores. Conocí hace casi dos décadas a choferes que en determinadas bases de camiones del Estado, las únicas existentes en Cuba, le decían a un chofer que quería trabajar en esa base, que reconstruyera un camión o ¨una rastra¨ que ellos le iban a dar un chásis o un vehículo totalmente desbaratado; ese chofer sacando dinero de su bolsillo y mediante sus relaciones personales para ¨resolver¨ las piezas necesarias en diferentes rastros, bases de camiones o comprándosela ¨por encargo¨ a ladrones, iba reconstruyendo el vehículo cuyo chasis le había dado la base de transporte. Después de tener ya terminada la reconstrucción y reparación del vehículo, en la base le daban la plaza de chofer pero a los pocos meses lo despedían del trabajo y le daban el vehículo a otro chofer, ya fuera por amistad o por haber comprado la plaza dando dinero por ¨debajo de la mesa¨ que era lo más frecuente, pues como dice la muy vieja canción de los Van Van: ¨ya nadie quiere a nadie¨.
En la República cubana de antes de 1959 habían leyes y sindicatos que protegían más al trabajador que en el ¨paraiso¨ Castro-Comunista que se instauró a partir del 1959; año a partir del cual se abolió el derecho del trabajador a la huelga. Los tribunales laborales han estado durante varias décadas plegados a las autoridades políticas y a la administración tanto a nivel de base como en las instancias superiores .
Tomado de http://lamalaletra.wordpress.com
Capitalismo salvaje
Por Regina Coyula
16 diciembre 2011
Taxis desde el Hotel Cohiba. Foto de Internet
Para aquellos que duden que aquí las cosas se van a poner peor, les anuncio que los primeros en instaurar el modelo chino son algunos en el emergente sector privado. Obligados a pagar altos impuestos por la licencia, más el salario y las prestaciones de los empleados, aprietan al de abajo. Empleados sin salario fijo, cobran un % de la facturación. De esa forma el neo empresario nunca pierde, al que no le guste, puede irse y siempre habrá otro desesperado.
Para mi asombro, cuando ya pensaba que el posteo estaba, supe que en el sector estatal también hay algo muy parecido. En los nuevos taxis que ruedan por la ciudad, identificables por su blanco y amarillo, los choferes deben tributar diariamente una cantidad fija, además de correr con los gastos de mantenimiento y combustible; de incumplir más de dos veces dicha entrega, el taxi es entregado a otro chofer de una larga lista de espera.
Leyes no escritas del nuevo escenario laboral, ausencia de un sindicato que vele por los intereses del menos favorecido, me hacen recordar que, hace muchos años, se dijo que se hacía una revolución porque no sucedieran cosas como éstas.
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Regina Coyula, La Habana 1956. Licenciada en Historia. Entre 1972 y 1989 trabajé en la Dirección de Contrainteligencia del Ministerio del Interior. Posteriormente he fungido (o fingido) como chofer, masajista, profesora, artesana y vendedora. Soy una pésima ama de casa, no obstante llevo veinte años "gobernando" a mi marido y a mi hijo. reginacoyula@gmail.com
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