jueves, mayo 24, 2012

El 20 de mayo y la Enmienda Platt. ENMIENDA PLATT Y REPÚBLICA

 Nota del Bloguista

José Martí escribió:

¨ La independencia de un pueblo consiste en el respeto que los poderes públicos demuestren a cada uno de sus hijos.¨

Para Martí la independencia no solamente no existía cuando una Metrópoli no respetaba los derechos de los habitantes de la Colonia; tampoco se era independiente cuando los poderes públicos de una nación, desempeñados por nacionales o por extranjeros, no demostraban respeto hacia cada uno de sus hijos. Observemos que ese respeto, según Martí, debía ser para cada uno de sus hijos y no para una parte, pues el concepto de pueblo para Martí no era sectario. Siguiendo ese concepto martiano de independencia, a partir del 1 de enero de 1959 y hasta el día de hoy, Cuba ha sidocomo República  menos independiente que nunca.

Sobre la Enmienda Platt  recomiendo mi artículo publicado en la revista Vitral titulado ENMIENDA PLATT Y  REPÚBLICA; no obstante en este post  añado un  fragmento al final del artículo de Ariel Pérez Lazo.
En el siguiente video  abordo  la  fecha del 20 de mayo de 1902,  su significado e importancia histórica. En  el video  leo un artículo  que escribí y leí en Cuba en conmemoración del Centenario de la República de Cuba en el año 2002. La lectura de mi artículo comienza desde el minuto 8:18 hasta el minuto 22:06.



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El 20 de mayo y la Enmienda Platt

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La Enmienda Platt fue solo un corolario de la Doctrina Monroe: dicha enmienda fue establecida para evitar que Cuba cayera bajo el dominio europeo
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Por Ariel Pérez Lazo
 Miami 

Acto de izar la bandera cubana el 20 de mayo de 1902. Observen la alegría al izarse la bandera cubana. Ambas fotos fue en El Castillo de los Tres Reyes del  Morro de La Habana

22/05/2012

El 20 de mayo de 2012 se conmemora el aniversario 110 de la independencia cubana. La pregunta que se impone frente a esta fecha es: ¿Por qué Cuba es el único país del mundo que no celebra su independencia? Este absurdo más de la vida nacional merece al menos un sobrio comentario.

No voy a profundizar en el clásico debate sobre la Enmienda Platt. Yo no creo que sobre el tema exista dentro de la Isla la opinión más certera, en todo caso prefiero asumir los criterios de Ramiro Guerra en El camino de la independencia que la visión corriente de la misma. Según Guerra, uno de nuestros más profundos historiadores, la Enmienda Platt fue solo un corolario de la Doctrina Monroe: dicha enmienda fue establecida para evitar que Cuba cayera bajo el dominio europeo (recordemos el intento de intervención alemana e inglesa en Venezuela en 1901) y para garantizar el respeto a las vidas y haciendas norteamericanas. Es por eso que Enrique José Varona escribió el 28 de abril de 1902:

“Dentro de breves días (…) habrá una república más en América. Cuba ascenderá definitivamente al rango de nación (…)

“Los Estados Unidos vinieron a Cuba como los campeones de nuestra independencia; y se retiran de Cuba dejando asegurada nuestra naciente república contra toda agresión externa. La noble idea por la que derramaron su sangre tantos mártires cubanos, ha florecido en la victoria también regada por sangre americana (…) el poder de los descendientes de Washington y Lincoln la ha hecho encarnar en la realidad, y arraigarse en nuestro suelo en la forma de las instituciones, bajo cuyo amparo nos organizamos para vivir la vida de la libertad y del derecho.” (De la colonia a la República)

Sabido es, a propósito del famoso derecho de intervención dado a los EEUU con dicha Enmienda, que la ocurrida en 1906 pudo haber sido evitada si ambos bandos contendientes en una de nuestras primeras guerras civiles republicanas, liberales y conservadores, no la hubiesen solicitado. Recuerdo como Leland H. Jenks ( disculpe el lector que cite de memoria ) en su obra Our cuban colony, escrito precisamente para demostrar la injerencia norteamericana en aquella primera república cubana, narraba los días trágicos previos a la segunda intervención, con el incidente de que el Congreso discutía la sucesión presidencial tras la renuncia del presidente Tomas Estrada Palma —había realizado un bochornoso fraude en las elecciones donde buscaba su reelección y cada uno de los posibles sucesores se apresuraron a negarse a sustituirlo, dejando el vacío de poder que permitió dicha intervención. Decia Jenks: “cualquiera que hubiera pasado delante del Congreso pudo haber sido nombrado presidente en aquella hora”.

Finalmente con los Catorce Puntos de Wilson, escritos para enfrentar el imperialismo alemán en la Primera Guerra Mundial, la idea de limitar la soberanía de los pequeños estados quedó afectada (algo que en su tiempo notara el entonces congresista cubano Fernando Ortiz) y los medios diplomáticos sustituyeron poco a poco a la intervención norteamericana directa para evitar guerras civiles que amenazaran las inversiones norteamericanas y extranjeras.

Si pesar de estas evidentes fallas de la teoría de que el 20 de mayo de 1902 no hubo independencia, aceptáramos que Cuba no la alcanzó a causa de la entrada en vigor de la Enmienda Platt: ¿Cuál es entonces la fecha en qué debemos celebrarla? La Enmienda Platt fue abolida el 29 de mayo de 1934. ¿Por qué no se ha escogido la fecha de su abolición como la de independencia a raíz de la revolución de 1930, (calificada por los historiadores cubanos como antiimperialista) o tras la revolución de 1959? Aquí se descubre el verdadero sentido del problema. Si el motivo para no celebrar el 20 de mayo fuera la Enmienda Platt, se celebraría el día de su derogación.

Como la historiografía oficial (no la de algunos académicos inquietos) supone que luego de la abolición de la Enmienda los EE.UU aplicaron un nuevo mecanismo de dominación neocolonial: la posible suspensión de la cuota azucarera, se presupone que hasta el 1 de enero de 1959 no fuimos realmente independientes. De hecho, el 1 de enero es la única fecha asociada con la soberanía nacional (esta vez los mambises entraron en Santiago de Cuba, decía enardecido Fidel Castro en 1959, cuando la gran masa del pueblo lo tenía como líder nacional) que se celebra en Cuba.

Evidentemente es el 1 de enero la fecha que quiere aparecer como sustitución de la del 20 de mayo: es el mejor modo de fijar en la conciencia colectiva la idea de que la revolución de 1959 significó la independencia de Cuba. Es este uno de los rasgos que emparenta ideológicamente a la revolución de 1959 con lo ocurrido en Europa Oriental, donde cada país del otrora bloque soviético hizo tabula rasa de sus tradiciones, haciendo prácticamente comenzar la historia nacional en la fecha en que ocurrió el fin del régimen capitalista. Si bien Cuba conservó su bandera y no vio incorporado el término socialista a su nombre oficial, como la mayoría de aquellas naciones este-europeas, el 20 de mayo fue borrado como celebración.

La doctora Ana Cairo en su libro 20 de mayo: ¿fecha gloriosa? considera que el 10 de octubre sustituyó a la fecha tradicional de celebración de la independencia. Sin embargo, el 10 de octubre no es festejado por el pueblo de Cuba. El aparente sustituto del 20 de mayo no arraigó en la conciencia nacional pues lógicamente ese día Cuba inició la primera de sus tres guerras pero no se alcanzó la independencia. Es hora de que los cubanos volvamos a tener una fiesta nacional.

© cubaencuentro.com

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Tomado de http://www.vitral.org/vitral/vitral48/cent.htm

ENMIENDA PLATT Y REPÚBLICA


(Fragmento)

Sabiduría vs imposición

La República nació con su independencia y soberanía limitadas en cuanto a principios se refiere; eso es un hecho innegable en nuestra historia. Los cubanos más preclaros se decidieron por la opción de aceptar por el momento la mencionada enmienda ante la alternativa de la ocupación indefinida de Cuba por las tropas norteamericanas y que la misma pudiera desencadenar una inútil guerra de guerrillas contra el Gobierno Interventor norteamericano que destruyera, más aun, al ya devastado país. El Mayor General Calixto García después de concluida la Guerra Hispano Cubana Norteamericana había dicho:
"Yo creo que los Estados Unidos no faltarán a su palabra empeñada; pero si así fuera siempre habría tiempo para morir, ya que no para vencer" ( Rodríguez, 44 y 45)
La sabia estrategia planteada desde los mismos inicios de la República por Don Juan Gualberto Gómez, y otros patriotas, y que está expuesta en las siguientes palabras, demostró ser la más adecuada para la joven república.
"Declaración solemne del propósito de que mientras ese tratado esté vigente, será escrupulosa y lealmente observado por el pueblo cubano y por su gobierno; sin perjuicio de que el Gobierno de la República de Cuba aproveche cualquier oportunidad favorable que pueda presentarse en el porvenir para influir cerca del Gobierno de los Estados Unidos, a fin de obtener por mutuo acuerdo, la modificación de aquellas cláusulas del Tratado en que el pueblo cubano encuentra limitada su independencia y mermada su soberanía." (Ibarra, 245)
Los contenidos más lesivos de la Enmienda Platt en contra de la plena soberanía cubana fueron abrogados en 1934.

Balance controversial de la Enmienda Platt

El balance de la Enmienda Platt es muy controversial. Considero que sus consecuencias deben analizarse desde al menos dos perspectivas o ángulos diferentes. Una primera perspectiva nos dice que la mencionada enmienda:
1) Propició el aumento significativo de las inversiones extranjeras en un país totalmente destruido necesitado de las mismas. La mencionada enmienda garantizaba, en cierto medida, el ambiente de paz necesario para el desarrollo de las inversiones en el país.
2) Contribuyó grandemente para que no sucedieran en Cuba, largas y sangrientas guerras fratricidas similares a la ocurrida durante y después de la independencia en muchas repúblicas hispanoamericanas y en Haití, o como la ocurrida en los propios Estados Unidos con la guerra de Secesión.
3) Limitó significativamente la posibilidad de una agresión extracontinental por parte de las potencias europeas como la efectuada por Alemania, con la ayuda de Inglaterra, a Venezuela en 1901 mediante los bombardeos a La Guaira, Maracaibo y Puerto Cabello, por ésta no pagar las deudas adquiridas con un poderoso consorcio alemán. Anteriormente, en 1897, la marina alemana ya había realizado demostraciones de fuerza en Haití.
Una segunda perspectiva de la Enmienda Platt nos dice que:
1) Limitó en cierta medida, en cuanto a principios se refiere, la soberanía de Cuba, otorgándole a la república desde un punto de vista formal, una independencia restringida.
2) Creó una mentalidad de Patronato en ciertos segmentos del pueblo cubano mediante la cual, se esperaba que los norteamericanos fueran los que resolvieran nuestros problemas políticos. En otros segmentos de la población cubana, creó o acentuó un sentimiento nacionalista antinorteamericano.
La enmienda Platt nos privó de gozar de una independencia y soberanía total, pero también nos evitó grandes desastres y sufrimientos.

Manuel Sanguily como Ministro de Estado (responsabilidad que corresponde a la de Canciller o Ministro de Relaciones Exteriores en nuestros días) del gobierno de José Miguel Gómez, en su discurso en el teatro Polyteama, a poco más de una década de la imposición de la Enmienda Platt, expresó:
"Mantendrá el Gobierno las relaciones más cordiales en el orden diplomático y de los negocios, con las naciones amigas entre nosotros dignamente representadas, y sobre todo cultivará los grandes y vitales intereses que en franca y afectuosa correspondencia nos ligan a los Estados Unidos, no ya solo en consideración a las ventajas que deriva de ellos nuestra economía, sino por los incomparables servicios que el pueblo y el Gobierno americanos han prestado a la causa de la justicia, de la civilización y de nuestra nacional soberanía.
Y no os sorprenda esta sincera manifestación de quien siempre ha vivido inquieto y receloso en el temor de los grandes y los fuertes. Dos veces -una, por la ceguedad de nuestra vieja y orgullosa Metrópoli; otra por la ceguedad de enconos fratricidas-, vinieron aquí los americanos traídos por su fortuna o llamados por nuestras discordias, y siempre se retiraron de nuestro territorio, haciéndonos el doble beneficio de construir dos veces la república, y dejándonos en el corazón atribulado, desengaños y escarmientos; más en ambas ocasiones, motivos superiores de admiración y de gratitud por esa magnánima conducta que jamás en la historia habían observado los pueblos fuertes y triunfantes con los débiles, conturbados y decaídos" (
Ibarra, 312)

He escogido esas palabras de Manuel Sanguily en el teatro Polyteama, y no las de otro cualquier patriota o ciudadano, por la posición vertical que siempre mantuvo Sanguily en su quehacer político:

Sanguily se opuso en un primer momento, como ya expresamos, a la imposición de la Enmienda Platt. Posteriormente, y ya en la República como miembro del Senado cubano, se opuso a la venta de tierras cubanas a capital norteamericano. En ese cargo de Secretario de Estado del Gobierno de José Miguel Gómez, se opuso de palabra y de hecho a la injerencia norteamericana en Méjico cuando el derrocamiento del presidente Francisco I. Madero y su sustitución por Victoriano Huerta, actitud que suscitó desavenencias con el gobierno norteamericano. Sanguily fue en su momento, él más fuerte y decidido opositor en el Senado cubano a la aprobación en 1903 del Tratado de Reciprocidad Comercial con los Estados Unidos (TRC). La verticalidad de Sanguily llegó hasta el punto de acusar públicamente de corrupto al gobierno de José Miguel Gómez (1909-1913), pese a pertenecer a su gabinete como Secretario de Estado.

El fundamento de la preocupación norteamericana por nuestra estabilidad republicana iba desde los más excelsos y enaltecedores sentimientos humanos de solidaridad, hasta la más fría y calculada preocupación por sus inversiones económicas y su seguridad nacional. En ese amplio espectro, es donde debemos situar los móviles que tuvieron las numerosas personalidades norteamericanas que intervinieron en la confección, aprobación y aplicación de la Enmienda Platt.

Un caso concreto de la aplicación de la Enmienda Platt

Por otra parte, debemos admitir que en general, en el caso cubano, los gobiernos norteamericanos no se inclinaron en hacer un uso indiscriminado o exagerado de la prerrogativa que les daba la Enmienda Platt. El proceder del presidente Teodoro Roosevelt durante "la guerrita de agosto" de 1906 así lo atestigua, pues tanto el presidente Estrada Palma como los alzados contra él, pidieron la intervención norteamericana y fue el presidente Roosevelt el que trató de que la misma no se produjera. La carta de Roosevelt al embajador cubano Gonzalo de Quesada del 14 de septiembre de 1906 y su telegrama a Estrada Palma del 25 de septiembre de ese mismo año así lo muestran. Algunos fragmentos de la mencionada carta son:

" Solemnemente conjuro a todos los patriotas cubanos a unirse estrechamente para que olviden sus diferencias, todas sus ambiciones personales, y recuerden que el único medio de conservar la independencia de su república es evitar, a todo trance, que surja la necesidad de una intervención exterior para salvarla de la anarquía y de la guerra civil.
Espero ardientemente que estas palabras de apelación, pronunciadas en nombre del pueblo americano, por el amigo más firme de Cuba y el mejor intencionado hacia ella que pueda existir en el Mundo, serán interpretadas rectamente, meditadas seriamente y que se procederá de acuerdo con ellas, en la seguridad de que, si así se hiciere, la independencia permanente de Cuba y su éxito como República se asegurarán.
" (Pichardo, 283)
En el telegrama de Roosevelt a Estrada Palma del 25 de septiembre, éste le escribe en un tono invocatorio y suplicante:
" Bajo su gobierno y durante cuatro años, ha sido Cuba República independiente. Yo le conjuro, en bien de su propia fama de justo, a que no se conduzca de tal suerte que la responsabilidad por la muerte de la República, si tal cosa sucediere, pueda ser arrojada sobre su nombre. Le suplico proceda de manera tal, que aparezca que Ud. por lo menos, se ha sacrificado por su país y que lo deja aún libre cuando abandone su cargo." (Pichardo, 285)


Estrada Palma permaneció intransigente y convocó al Congreso para renunciar pese a que los sublevados no pedían su renuncia. Se creó una comisión para convencerlo que retirara la renuncia pero el resultado fue negativo. No pudieron obtener arreglo alguno con Estrada Palma, el cual, para colmo, le pidió al Vicepresidente que también renunciara, dejando así acéfala a la república.
El país quedó sin presidente y con una sublevación en sus entrañas que deseaba también la intervención extranjera. La intervención se produjo y como la anterior intervención militar, no hubo oposición armada a la misma.
El Subsecretario de Estado Bacon, según el historiador Howard Hill, citado por Ibarra, le dijo contrito a Taft:
" Me avergonzaré de mirar a mister Root a la cara. Esta intervención es contraria a su política y a todo lo que él ha estado predicando en América del Sur" (Ibarra, 294)
Elihu Root, el padre de la Enmienda Platt, era en ese momento Secretario de Estado.
Según algunos historiadores cubanos de nuestros días, la renuencia del gobierno norteamericano a intervenir se debió a que podía afectarse la imagen del nuevo modelo neocolonial que se estaba experimentando en Cuba y que deseaba llevar a otros países latinoamericanos. Considero que esa explicación no es compatible con la imagen del gobierno cuyo presidente públicamente dio a conocer la política del Gran Garrote y de las Cañoneras. Esta ocasión no fue la única en la que el gobierno de los E.U. invocó la Enmienda Platt para intervenir en Cuba, pero sí fue la única en la que la intervención verdaderamente se llevó a cabo; las otras invocaciones (algunas veces precedidas de intentos por reconciliar a las partes cubanas beligerantes) se limitaron a amagos de intervención y a algún que otro desembarco en determinadas regiones lejanas del país, cercanas a la Base de Guantánamo o dentro de ella y en Santiago de Cuba, las cuales ayudaron a que se apaciguaran los ánimos de los cubanos que contendían entre sí. El artículo tercero de la Enmienda Platt se aplicó, o estuvo a punto de aplicarse, solamente en momentos en los que se habían producido enfrentamientos armados en el país y el gobierno democráticamente elegido había perdido o estaba perdiendo ostensiblemente el control del país. Esta situación se puede ilustrar también con el siguiente fragmento de la nota del Secretario de Estado norteamericano P.S. Knox, el 16 de enero de 1912, al Presidente José Miguel Gómez: "evitaran una situación peligrosa que pudiera obligar al Gobierno de los Estados Unidos, contra sus propios deseos, a considerar las medidas que debe tomar en función de sus obligaciones con respecto a las relaciones con Cuba"(Alzugaray, 29).
El artículo tercero de la Enmienda Platt nunca se aplicó cuando los objetivos políticos, sociales, obreros y de la mujer se buscaban pacíficamente. La anterior república cubana, pese a los defectos, deficiencias y males que tuvo, ocupó comparativamente una posición privilegiada en América Latina en cuanto a las conquistas políticas, sociales, laborales y de la mujer que en ella se alcanzaron.
No conozco que en esas intervenciones o amagos se haya producido algún enfrentamiento armado entre las fuerzas norteamericanas y alguna fuerza cubana.

Un hecho polémico no sujeto a esquemas
La intervención norteamericana en los asuntos cubanos en las postrimerías del antepasado siglo XIX y en los inicios del pasado siglo XX ha sido un hecho histórico muy polémico de nuestra historia. Para que se tenga una idea de lo controvertida que ha sido la apreciación cubana sobre la intervención norteamericana después de finalizada la guerra de independencia contra España diré, que en contra de todo esquema simplista, podemos encontrar desde burgueses cubanos admiradores de los E.U. opinar duramente en contra de ella, hasta a un destacado político de izquierda defender, en cierta medida y en la década del 40, la presencia norteamericana en los primeros años de independencia de España, pues esta aceleraba el desarrollo del capitalismo en Cuba y con ello, según la filosofía marxista clásica, la instauración del socialismo en Cuba.
La Enmienda Platt no fue abrogada en 1934 por poseer la república cubana en esa fecha, un gobierno fuerte que respondiera a los intereses del gobierno norteamericano, pues todos sabemos lo convulsa que fue en nuestro país la década del 30 del pasado siglo XX; tampoco se abrogó por ser una demanda del sentimiento nacionalista antinorteamericano que había en determinados estratos de la población cubana de los años veinte y treinta (también existían sentimientos antiespañol, antijudio, antihaitiano, antijamaicano, etc), sentimiento que después de 1940 y hasta 1959 disminuyó grandemente (Domínguez, 244). Fueron varios los factores que motivaron esa decisión entre los que, por supuesto, también se encontraban esa corriente y ese sentimiento nacionalista, pero no se pueden obviar tampoco: el trabajo paciente, tenaz y sabio de nuestros diplomáticos, las relaciones de amistad entre Cuba y Estados Unidos, la política del Buen Vecino de Franklyn D. Roosevelt, y finalmente, la percepción norteamericana de los cambios que se habían producido en las relaciones internacionales de las otras potencias con los países de nuestro continente.
Por último, deseo observar que el nuevo tratado sobre las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos que se firmó en esos años, nunca tuvo en su haber, un período norteamericano de ocupación de nuestro país pese a la inestabilidad política y de oposición armada que presentaron algunos gobiernos cubanos antes del primero de enero de 1959.
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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS

José González ha dejado un nuevo comentario en su entrada "El 20 de mayo y la Enmienda Platt. ENMIENDA PLATT ...":

Pablo, este es un gran articulo. Uno de los mejores que he leido entre tantos excelentes que posteas. ¡Es como si hubieras deshuesado al pollo sin usar las manos..!!!

saludos
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Comentario del Bloguista

Gracias José, pero no se  con  cual a cual artículo te refieres, aunque la última parte del comentario tal parece que es a mi artículo Enmienda Platt y República.

Un abrazo
Pedro Pablo

2 Comments:

At 2:25 a. m., Blogger José González said...

Pablo, este es un gran articulo. Uno de los mejores que he leido entre tantos excelentes que posteas. ¡Es como si hubieras deshuesado al pollo sin usar las manos..!!!

saludos

 
At 12:58 a. m., Blogger José González said...

Pablo, por supuesto que es a la ultima parte a la que me refiero, o sea, tu articulo.
Cuando yo sea presidente de Cuba, te pongo de Ministro de Educacion..!!!
Aseguramos el futuro de los cubanos..!! Al menos tu lo haces...jajaajaaa...

saludos

 

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