Zoé Valdés sobre las muertes del líder opositor Oswaldo Payá y Harold Cepero: ¿SE SABRÁ LA VERDAD ALGUNA VEZ?
Por Zoé Valdés
Es muy probable que haya que esperar a que los sobrevivientes del accidente que le costó la vista a Oswaldo Payá Sardiñas y Harold Cepero estén fuera de Cuba para conocer la verdad. O tal vez esa verdad no se sepa nunca, como ha ocurrido en otros casos. ¿Se supo alguna vez lo que sucedió con Yohana Villavicencio? No.
Las contradicciones estriban en que la familia, sobre todo la hija de Payá, Rosa María Payá, afirma que las informaciones que posee de que el auto donde iba su padre fue impactado en tres ocasiones, hasta que consiguieron sacarlo de la carretera, fueron dadas a través del móvil por los dos sobrevivientes. No creo que en ese instante ninguno de ellos fuera a mentir, ni a sobrevalorar lo ocurrido, cuya tragedia, nadie lo discutirá, es de gran magnitud. O sea, que lo que se dijo en el primer momento, seguramente sea lo más cercano a la verdad.
El otro dato importante es que se sabe por las informaciones obtenidas en la medida en que los hechos se iban desvelando que mientras que los demás fueron conducidos rápidamente al hospital, por el contrario a Payá, malherido, lo subieron a un camión y lo desaparecieron. ¿El mismo camión que los impactó? Payá llegó al hospital mucho después, entretanto estuvo desaparecido, como ya dije, en el camión, y murió al llegar al hospital.
Tercer dato. No es serio afirmar que el auto impactó contra un árbol y al mismo tiempo contradecirse y declarar que el chofer (el español), no vio una luz del semáforo y al llevársela perdió el control, y entonces el automóvil cayó por un terraplén. ¿En qué quedamos, contra un árbol, resbaló hacia un terraplén?
¿Cómo es posible, además, que sobrevivieran los extranjeros, y los cubanos murieran? ¿No iban los extranjeros en el asiento delantero? Sospecho que los extranjeros sobrevivieron únicamente para servirle a las autoridades castristas las declaraciones que ellos intentarán sacarle. Gracias a esas declaraciones es muy probable que salvaran y salvarán sus vidas por mucho tiempo, pero que recuerden que estarán obstruyendo la investigación y echando más sombras sobre la verdadera causa del accidente; o sea ocultarán la verdad.
En cuanto al aval de Elizardo Sánchez, que según él mismo mandó a dos de los suyos al lugar del accidente, y vieron un árbol abollado y ya dieron por cerrado el caso. Me parece tan estúpido que la prensa tome en cuenta una investigación hecha por dos personas que no son especialistas de nada, pero sobre todo que la prensa tome como referencia, todavía a estas alturas, la versión que avala al régimen de los Castro por un señor que fue condecorado con una de las distinciones más importantes del MININT y por la DSE por ser uno de sus colaboradores, y que todavía el mundo lo trata como uno de los voceros principales de la disidencia. Hay que tener gandinga. A mí la versión de Elizardo Sánchez no me brinda ninguna credibilidad, ni ésa ni ninguna, pero mucho menos ésa.
En cuanto a la versión que den los sobrevivientes en Cuba, a las autoridades castristas, tampoco me valen. Como ya no me valen tampoco las que den fuera. Porque ahí ya está viciado el tema. No creo que ninguno de ellos se atreva a desmentir una declaración que ya dieron a los castristas, aunque luego declaren que lo hicieron para salvar el pellejo, lo que sería de una cobardía total.
Es una pena que Payá y Cepero hayan puesto sus vidas en manos de un joven peppero y de un sueco, que por lo que ve sigue haciéndose el sueco. Pero Payá y Cepero tenían la urgencia, que se comprende por demás, de que los extranjeros sean siempre testigos del horror. Sin comprender que para lo que los cubanos significa la vida, para la mayoría de los extranjeros no pasa de ser una aventura vacacional.
En cuanto al apresurado post de Rui Ferrera en su blog, donde destaca que el español ha aceptado toda la responsabilidad, bueno, ¿cuándo se ha visto que en un asunto como éste un periodista sentencie antes que los investigadores y los jueces? Este Rui Ferreira es un periodista curioso, siempre está como apurado en todo. Lo noté cuando fui a las oficinas del periódico El Mundo en Miami, tenía un apuro por sentarse a ver de qué iba lo que yo estaba haciendo allí… Y al punto, el saludito familiar, típico…
Nota: Sí, perdón, había olvidado lo siguiente. Ya un mes antes a Payá le habían chocado el auto en el que iba. Sin contar las numerosas amenazas de muerte que había recibido durante décadas.(En la foto de la izquierda el VW de Payá, como quedó volcado, en un accidente provocado hace un mes)
No olvidar tampoco la falsa foto del accidente publicada por un sitio oficialista cubano. La burlita del agentón Serpa Maceira en la red. el anuncio, nada banal, en la página de Granma. Y quedan cositas pendientes todavía.
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