Lic. María del Carmen Carro: A PASO MARTIANO CON ORLANDO FONDEVILLA SUÁREZY “SIN TREGUAS”
Septiembre 6 de 2012
Ese cubano que caminaba a paso martiano y anticastrista, era Orlando Fondevilla.
Hacia poco tiempo, un amigo y colega de trabajo, Raúl Fernández Hidalgo, me había presentado a Fondevilla. Los tres nos encontrábamos unidos en la misma Organización opositora y que dirigía María Valdés Rosado. El Movimiento Demócrata Cristiano. Nos encontrábamos unidos en una gran tarea contestataria, a principios de los años 90. Años muy difíciles. No éramos muchos los que nos atrevíamos a marcarnos públicamente y ser perseguidos con especial ensañamiento.
Orlando Fondevilla (foto) era y es un gran profesional. Su lenguaje era exacto, con muchos matices martianos. Su discurso estaba impregnado de esa madera que pocos llevan. “El patriotismo”. Yo, una profunda estudiosa de la obra martiana, estaba conforme con los pasos que había seleccionado. Hacer oposición a Castro, en una“lucha sin treguas”, como el propio O. Fondevilla ratifica casi 20 años después en su reciente artículo, donde reafirma su posición. En contra del Diálogo. “Y sin medias tintas”
No siempre en cada persona que conocemos en este andar y andar anticastrista, encontramos posiciones firmes y este Fondevilla que hoy nos expone sus convicciones porque no aprueba el diálogo con los Castro, es el mismo con el que me encontraba en cada reunión de la calle Enamorado del capitalino reparto de Santo Suárez, en casa de Mariano. O el Fondevilla que nos acompañaba en aquella pequeña representación que conformábamos Raúl Fernández, (el teacher) y yo para tener encuentros con Monseñor Baladrón. Obispo Católico.
Nos dirigíamos a la Iglesia Católica. La posición de la Iglesia no estaba vendida, ni era de coqueteos como casi podemos asegurar en la actualidad.
La Iglesia Católica en Cuba, por aquellos años jugó un papel importantísimo para los que decidíamos hacer Oposición. Los sacerdotes nos escuchaban. Trataban de prevenirnos los peligros que corríamos y en más de una oportunidad nos alertaron cuando se preparaban para detenernos. Muchos fueron los padres Franciscanos que nos brindaron ayuda cristiana.
Aquel 15 de agosto de 1994, estaba presente en la Parroquia de Guanabacoa, el pequeño grupito del Demócrata Cristiano. En aquella popular explosión popular que se produjo dentro de la parroquia, cuando el pueblo exigió oraciones por las víctimas del Remolcador 13 de marzo. Pocos nos conocían, pero la Seguridad si conocía de nuestra presencia, No habían celulares, ni llamadas directas a Miami, ni a cualquier otra Organización anticastrista fuera de Cuba. Estábamos totalmente desprotegidos. Nos enfrentamos, sin rendirnos ni solicitar Diálogo, alguno.
Para atreverse a asegurar que el Diálogo es una vía moderna, pacífica y decente, es necesario que se reconozca primero que en la Cuba de los Castro hace ya 53 años que se perdió la decencia.
Un Gobierno que educa por más de medio siglo a su pueblo bajo las consignas.-“Al que a a hierro mata, a hierro muere”. Lo ratifica Raúl Castro en cada discurso, en que enérgicamente habla en contra del “imperialismo Yanqui” o se dirige a los más jóvenes y niños para impregnarles todo una radical postura Socialista, cuando les repite una y otra vez. “nacimos para vencer y no para ser vencidos”. “O si vienen, quedan”, en ese famoso tema de una invasión imperialista en que el pueblo luchará hasta la última gota de sangre.
¿Qué piensan o que resumen los dialogueros, que esto quiere decir?
-¿Por qué los dialogueros no hacen referencia en sus afanadas solicitudes a los artículos agregados a la Constitución de 1976, en la Pre-reforma de 1992, donde legalizan el accionar de las Brígadas de Respuesta Rápida?
“El pueblo armado, con piedras, con palos, a como dé lugar defenderá su Revolución”.
Entonces, ¿en nombre de qué decencia están invocando un Diálogo, que solo serviría para decapitar la ya sufrida Patria?
A Orlando Fondevilla no lo conocí en Convenciones, ni en encuentros, ambos con trajes de gala, propios para personalidades que discuten y se encuentran para discutir lo ya discutido mil veces. En Congresos donde las sonrisas van de un lugar para otro, para por dentro ‘despalillarse unos a otros”
A Fondevilla, lo conocí en acciones propias de patriotas, de cubanos dignos. Con la camisa sudada, y la amenaza de los gendarmes a sus espaldas. En los días en que matar a un joven con balas de Ak 47, (Luis Quevedo Remolina) y entregar el cadáver a sus familiares con aquellas profundas y mortales heridas, pretendía controlar la ira que provoca un asesinato como ese. En días en que hundir un Remolcador con jóvenes, mujeres y niños pretendía convertirse en hecho “ocultado”. En días en que el maleconazo se lo atribuían a Organizaciones ‘calientes” y era de conocimiento (hasta cierto punto y no mas allá) de los gendarmes de la policia política. Nos reuníamos para “hacer”. No para dialogar con nadie.
Si los “dialogueros”, continúan en esta “incapaz proposición”, nosotros, los que conocemos el peligro que representa para la Dignidad Cubana dar la menor señal de que estamos tirando “Bandera blanca”; también, aunque nos cataloguen de “indecentes” continuaremos reafirmando y apoyando junto al gran amigo Orlando Fondevilla. El ¡No! a las medias tintas”.
Y como esta ya es una conversación infructuosa y que se alarga. Demuestren uno solo de sus avances en esta su petición –DIÁLOGO., “QUE NO POR MÁS DECENTE, ES MÁS HONROSA”. Si es que ése es el patrón para medir la decencia.
Publicado en Baracutey Cubano el martes, marzo 30, 2010
Por Armando de Armas
(Martí Noticias) - Orlando Fondevila, en La Habana, Cuba. Licenciado en Psicología y Profesor de Literatura Española y Latinoamericana. En 1990 se incorpora al periodismo independiente y al movimiento pro Derechos Humanos, por lo que es expulsado del trabajo, hostigado y detenido en innumerables ocasiones.
En 1997 se ve obligado al exilio en España y desde el primer día trabajó en la Fundación Hispano Cubana, en Madrid.
Ha publicado tres poemarios: Poesía desde el Paraíso, De Cosas Sagradas y Resaca de Nadas y Silencios. Además, decenas de ensayos y artículos suyos han aparecido en revistas y periódicos de Europa y Estados Unidos.
Armando de Armas entrevistó a Orlando Fondevila para MartíNoticias.
MN. ¿Cuáles son sus orígenes sociales? ¿Por qué decide correr el riesgo de actuar como disidente dentro de Cuba?
OF. Se dice medio en broma, medio en serio, que los cubanos exiliados siempre cuentan una historia de antepasados ilustres. Es decir, abolengos, deslumbrantes genealogías, por apellido o por condición pecuniaria. Un viejo chiste cuenta que se encuentran en New York un perro callejero cubano y un colega de otro país Sudamericano. El "saterry" cubano le dice al otro: "Aquí donde tú me vez, yo en Cuba era un pastor alemán".
Pues yo no. No tengo antepasados ilustres. Mi padre y mis abuelos maternos eran humildes campesinos gallegos semianalfabetos, que fueron a Cuba huyendo de la miseria. En Cuba vivieron mejor que lo que hubieran podido soñar en su terruño natal, aunque sin llegar a hacer fortuna. Así que viví mi niñez y adolescencia de acuerdo con esa condición. Además, mi padre murió cuando yo sólo contaba con apenas dos años. Así que viví en un hogar humilde. No obstante pude cursar estudios hasta el bachillerato, en magníficas instituciones públicas. Nada esencial me faltó. Guardo buenos recuerdos de aquellos años.
( Orlando Fondevila )
Muchos años después, un oficial de la Seguridad del Estado que me "atendía", fingiendo enfado e incomprensión, me espetó: ¿Pero qué le hemos hecho nosotros a usted, qué le hemos quitado? Mi respuesta, obvia: nada material me han quitado porque nada tenía. Me han quitado, al igual que a todos los cubanos, la libertad y la esperanza.
Como tantos otros compatriotas estuve años rumiando mi oposición al régimen. Incluso alimentándola intelectualmente como podía. También como tantos otros vi la posibilidad de luchar a partir de la perestroika y la glasnot. Y junto a muchos otros tomé entonces la decisión. Se me hizo evidente que el riesgo de luchar por la libertad era, psicológica y emocionalmente, menor que el de permanecer más o menos callado. Esta lucha ha dado sentido a mis últimos veinticinco años de vida. De todas maneras siempre estaré en deuda con los miles de cubanos que se decidieron a pelear mucho antes, incluso, ellos sí, héroes, que pagaron su amor a la libertad con la vida o con largos años de cárcel.
MN. ¿Entre la poesía y el ensayo donde se mueve, discurre usted mejor?
OF. Nunca he tenido grandes pretensiones como escritor. Inquietudes siempre he tenido. Soy un ávido lector de poesía y en general de literatura. No con afanes eruditos, sino de enriquecimiento. Igualmente me he acercado con asiduidad a la filosofía, a la historia y a la psicología. Entender al hombre y entenderme. Conseguir, tal y como intento expresar en un poema, "Mi mundo aproximado".
En Cuba, desde adolescente, escribí mucha poesía. Nunca publiqué, porque acercarme a las instituciones "culturales" me pareció siempre una especie de prostitución. En Cuba hay que simular, hay que ocultarse para sobrevivir (mucho más en las primeras décadas de la instauración del infierno). Siempre pensé que era horrible manchar la propia vida con pequeñas concesiones cotidianas, pero que definitivamente la poesía no podía ser manchada. Por cierto, algunas páginas inéditas (e irrepetibles) fueron a parar a las gavetas de los "críticos" de la policía política.
( A la izquierda de Raúl Rivero, Orlando Fondevila, redactor de la Revista Hispano Cubana; Liduine Zumpolle, Cuba Futuro (Holanda) y Rafael Rubio, Asociación Española Cuba en Transición. Foto: Wenceslao Cruz.)
Inmerso ya en el combate sin tregua contra el castro-comunismo, he escrito decenas de ensayos y artículos. Siempre signados por el combate. La verdad es que si algunas posibilidades he tenido como poeta o ensayista, o articulista, tal vez las he sacrificado en aras del activismo político y patriótico. Y no me quejo, muy al contrario.
MN. ¿De José Julián Martí Pérez qué admira más: la poesía o la prosa, el amor crístico o el odio a quien oprime la patria?
OF. Soy un absoluto admirador de José Martí. Le he dedicado varios ensayos. No voy a repetirme. En nuestros días la figura y la obra de Martí sufren un doble acoso. Por un lado, el secuestro y la manipulación de su legado por parte de la tiranía; por otro, los embates de ciertos intelectuales enfermos de postmodernidad que amable o rabiosamente buscan deshacerse de sus valores, o, en su caso, "deconstruirlo" (lo que suena más chic y más intelectual). Pienso que los cubanos no podemos renunciar a Martí, no podemos desconocerle. Es nuestro máximo símbolo, y los símbolos son importantes. ¿Qué somos sin ellos? Por supuesto, estoy hablando del Martí hombre, del ser humano extraordinario que vivió con grandeza la época que le tocó vivir. No se trata entonces de endiosarle o de catequizar sus ideas, hijas siempre de un tiempo y de unas circunstancias. Lo que sí es trascendente es su ejemplo de amor y entrega. Su sentido ético. Y claro, el esplendor de su escritura.
Yo no hago, pues, disecciones en la personalidad de Martí. Le percibo una coherencia pocas veces conseguida entre ética y estética.
MN. ¿Por qué la libertad es cada vez más una acción en baja en la bolsa de valores de la postmodernidad?
OF. Ante todo, ¿qué es la postmodernidad? Una mirada general pareciera indicar que se trata de una especie de caos, de reino impreciso y anárquico, de ruptura sin solución de continuidad con cualquier tipo de cosmovisión. No hay verdades. No hay valores. La libertad concebida como un totum revolutum donde todo cabe, donde todo es válido. Así en el arte, en todas las manifestaciones de la cultura, en la filosofía, en la ética, en la política.
Pero cuidado. Todo esto es engañoso. Lo cierto es que en el fondo, los grandes relatos de la modernidad desvalorizados han sido sustituidos por ripios que, curiosamente, conservan de alguna manera, confusamente, tal vez lo peor de estos. Y para más inri, al menos en lo filosófico, lo ético y lo político- social son derivados confusos y maltrechos de uno de esos relatos (el más pernicioso): el marxismo. De ahí el predominio cultural que observamos de la izquierda. Y esto pare monstruos: multiculturalismo, ecologismo radical, esa mezcla incomprensible de anarquismo rabioso y colectivismo que prolifera en las sociedades "postmodernas". Así en lo que llamamos Occidente. Enfrente (y dentro de nosotros) avanza el horror.
Sí, la libertad es un valor en baja.
( Orlando Fondevila con un grupo de amigos en una manifestación patriótica en Madrid por la libertad de Cuba )
MN. ¿Cómo define la felicidad? ¿Es usted un hombre feliz?
OF. Y ¿qué es la felicidad? Pienso que no es el menudeo de cosas placenteras como se cree frecuentemente. ¿Salud, dinero y amor? Qué duda cabe que todos estos factores pueden contribuir a experimentar eso que llamamos felicidad. Sin embargo, a mi juicio una comprensión más madura de la felicidad debe tener en cuenta el sentimiento de satisfacción con uno mismo, el sentido del propio proyecto de vida, y por qué no, la experiencia de de ser un hombre libre. Además, y no menos importante en mi caso, la experiencia de vivir reconciliado con Dios. Puedo decir que en los últimos veinticinco años de mi vida, al margen de avatares, me he sentido feliz. Felicidad que sería completa si pudiera alcanzar a ver que mi patria sea feliz.
MN. ¿Qué función realiza usted en la Fundación Hispano Cubana en Madrid?
OF. Desde hace 13 años trabajo en la Fundación Hispano Cubana. Se trata de un hermoso proyecto que pretende vincular lo mejor de España a la causa de la libertad y los derechos de los cubanos.
Creo que en buena medida hemos cumplido con nuestros fines. En términos concretos soy redactor de la Revista Hispano Cubana, que ha buscado siempre ser un medio para dar voz a los cubanos demócratas dentro y fuera de Cuba, así como a españoles comprometidos con la solidaridad efectiva con esa causa. Eso sí, la Revista Hispano Cubana siempre ha sido y siempre será una voz clara, firme y en ningún caso ambigua en defensa de la libertad en Cuba.
Además de mi responsabilidad como redactor, yo soy, ante todo, un militante, un activista de esta causa.
MN. ¿Trabaja actualmente en algún libro?
OF. Estoy trabajando para la publicación de dos libros. Uno, con una selección de ensayos y artículos. Otro, una antología personal de mi poesía. Por supuesto, sin pretensiones.
MN. ¿Qué recuerda de su niñez en el habanero Cerro?
OF. Del Cerro recuerdo el maravilloso mundo de mi niñez, con mis primeros amigos y mi familia. La camaradería del barrio. La mata de mangos del patio de la casa. Mi inolvidable perro Canelo. Mi escuelita primaria pública con sus fabulosos maestros. El ambiente cubano (perdón por el chovinismo), que en mis posteriores andanzas por el mundo no he visto nada comparable.
MN. ¿Regresaría a vivir a una Cuba en libertad?
OF. Por supuesto que regresaría a Cuba. Ojalá pueda hacerlo con fuerzas para poder ayudar a su reconstrucción.
MN. Y, de regresar: ¿Qué le gustaría hacer en esa nueva Cuba?
OF. Regresaría para colaborar, modestamente, en lo que pudiera. Para estar con mi pueblo hasta el final.
1 Comments:
NO PUEDO CREER QUE ESTA MUJER ESPIA SIGA ENGANANDO A ;LA HUMANIDAD CON SUS ESCRITOS
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