Nuevamente el show del embargo
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En cuanto a los daños ocasionados, lo correcto sería que se evaluaran los irreparables desastres causados por un régimen que durante 53 años ha destruido hasta las bases de la nación
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Por Oscar Espinosa Chepe
La Habana
25/09/2012
Las autoridades cubanas, como acostumbran desde hace años, lanzaron una campaña contra el embargo de Estados Unidos, aprovechando el comienzo de las sesiones de alto nivel de la Asamblea de Naciones Unidas. El desgastado guión empezó con una conferencia de prensa de Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores, en La Habana, el 20 de septiembre. Lo único que puede señalarse como nuevo es que ahora se evalúan los perjuicios acumulados a la economía en un billón sesenta y seis mil millones de dólares, una cifra que no se sabe de dónde sale ni cómo se calculó.
Por supuesto, el Ministro omitió que Estados Unidos es uno de los principales socios comerciales de bienes de Cuba, y que de acuerdo con los anuarios estadísticos nacionales en el período 2001-2010 suministró más de 4,1 miles de millones de dólares en alimentos, lo que lo convirtió en el principal proveedor de ese rubro en el período. También olvidó mencionar que gracias a las medidas de flexibilización del presidente Obama, llegan anualmente alrededor de 400 mil integrantes de la comunidad cubana en ese país, que dejan amplias ayudas a sus familias y amigos, así como que sus remesas constituyen el 85,0 % en uno de los principales renglones de ingresos divisas a Cuba. A esto se añade la flexibilización en el envío directo de paquetes y dinero con ayuda familiar. Todo ello prueba la falacia de que durante la Administración Obama se ha acrecentado el embargo.
Si el Gobierno cubano no compra medicamentos es por su insolvencia financiera perenne. Por otra parte, los demás países del mundo están dispuestos a vender a Cuba todos los productos que requiera —incluso artículos de procedencia norteamericana—, por supuesto siempre que pague, lo que constituye el verdadero problema de la Mayor de las Antillas, convertida en un Estado parásito.
En cuanto a los daños ocasionados por el embargo, lo correcto sería que se evaluaran los irreparables desastres causados por un régimen que durante 53 años ha destruido hasta las bases de la nación. Habría que preguntarse cuánto ha costado al país la destrucción de la industria azucarera, columna vertebral de su economía; o de la ganadería vacuna, otra de las riquezas nacionales devastada al punto que no es capaz de garantizar un litro de leche a los niños después de cumplidos los 7 años, o un pedazo de carne que muchos cubanos apenas conocen. Debería considerarse la destrucción de la producción cafetalera, cacaotera; y el hecho de que un país eminentemente agrícola hoy importe el 80,0 % de los alimentos, incluidos algunos tan elementales como la yuca (mandioca) para abastecer al turismo, como ha señalado recientemente la prensa oficial.
¿Acaso el embargo norteamericano tendrá culpa de la mala calidad de las construcciones, que inmediatamente después de terminadas se filtran y tienen muchos problemas? ¿Serán culpables las administraciones estadounidenses de que los cubanos no tengamos acceso a Internet y por esa vía al conocimiento humano? ¿Estados Unidos es culpable de la continua descapitalización de Cuba, y de que se invierta la mitad de lo destinado por los países latinoamericanos, hundiéndose progresivamente en el atraso? ¿Puede culparse a factores externos que en las principales ciudades del interior la población tenga que moverse en carretones y coches tirados por caballos, y que los campesinos solo tengan acceso a la vieja azada y la yunta de bueyes? ¿Factores externos han provocado la destrucción de gran parte de la infraestructura vial y el fondo habitacional, o es culpable de la insignificante construcción de viviendas que provoca el hacinamiento de generaciones de cubanos; que el 50-60,0 % del agua bombeada se pierda por el mal estado de las conductoras y el deficiente estado de las redes hidráulicas en las viviendas, mientras que el sistema electro-energético nacional da señales de colapso, con obsoletas plantas termoeléctricas de procedencia soviética y checoslovacas, la mayoría con más 40 años de explotación sin el mantenimiento adecuado, y algunas utilizando petróleo con alto contenido de azufre?
¿Será por una conjura del imperialismo que el sistema de salud se está cayendo a pedazos y, como denunciaron recientemente médicos cubanos, el Hospital Calixto García se encuentra en situación calamitosa y solo 10 de sus 30 salas de operaciones pueden malamente funcionar, al mismo tiempo que otro “logro” de la revolución, la educación, se caracteriza por la caída en barrena de la calidad de las clases impartidas? ¿Acaso es por un siniestro programa de la CIA que Cuba tendrá una estructura poblacional insostenible, con más del 34,0 % de la población con más de 60 años en 2035, según estudios de la Oficina Nacional de Estadísticas? Se podría mencionar muchas calamidades más debidoa a decisiones absolutamente irracionales tomadas en el curso de los últimos 53 años, que han costado a la nación miles y miles de millones de dólares, como las deformadoras escuelas en el campo, el Cordón de La Habana, la Ofensiva Revolucionaria de 1968, la Zafra de los 10 Millones, los trabajadores sociales, los maestros emergentes e integrales, y muchísimos desvaríos más, que parecen proyectos destinados a acabar con el país.
¿Es una conjura internacional la fragmentación de la sociedad cubana, con la separación de las familias y el desgarramiento personal al tener que abandonar la patria? ¿A quién culpar por la creciente marginalización de la sociedad, el crecimiento galopante de la corrupción a todos los niveles, el quinto lugar mundial por la población penal por habitantes, la instauración de nuevos códigos morales y éticos que todo lo justifican en aras de sobrevivir en esta jungla en que se ha convertido Cuba? Todo eso ha repercutido en la mayor pérdida de valores de todos los tiempos.
Está claro que cuando el presidente Raúl Castro reconoció que el país encuentra ante el precipicio, conocía muchos de esos problemas, pero sus compromisos con el pasado parecen no permitirle la toma de medidas efectivas para rectificar, al menos en algo, todo el daño provocado a la nación, que no guardan ninguna relación con factores externos. Se espera que la resolución relativa al embargo se vote en la Asamblea General de la ONU el 13 de noviembre, con seguridad nuevamente se condenará. Nunca hemos apoyado el embargo, que ha sido utilizado por el Gobierno cubano para justificar todos sus fracasos e imponer la represión. No obstante, solo condenar el embargo es una decisión que no toma en cuenta el aspecto más importante de la realidad cubana, que es el bloqueo impuesto por las autoridades al pueblo para el despliegue de sus potencialidades y el disfrute de sus derechos. Por ello consideramos que sería justo que la resolución a aprobarse, al mismo tiempo que condene el embargo norteamericano, demande al Gobierno cubano dar los siguientes pasos:
Promover la libertad de los cubanos, el respeto a los derechos humanos y realizar verdaderas reformas económicas, que les permitan desplegar sus capacidades creativas;
La ratificación por la Asamblea Nacional del Poder Popular del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, suscritos por el gobierno el 10 de diciembre de 2008.
Los países democráticos harían una gran contribución al pueblo cubano, si una resolución balanceada fuera aprobada en el actual período de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
© cubaencuentro.com
1 Comments:
y chepe no estaba muy grave en una sala de terapia como resultado de la cirrosis que permitio su temprana licencia extrapenal?
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