jueves, octubre 18, 2012

Fernando Dámaso desde Cuba sobre las mentiras del Castrismo: Malas y buenas matemáticas

Nota del Bloguista

 En mi ensayo titulado   UNA PRIMERA APROXIMACIÓN A LA REPÚBLICA (1902-1958)  publicado en el año 2002 y en mi artículo Breve estudio comparativo de las muertes, prisiones y presos durante las dictaduras de Fulgencio Batista y de Fidel y Raúl Castro publicado en el número 42 de la Revista Hispano Cubana muestro algunas de  esas,  y otras,  malas matemáticas del Castrismo.
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Tomado de http://www.diariodecuba.com


Malas y buenas matemáticas

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20.000 muertos durante Batista, 100.000 prostitutas, 70 millones de indios masacrados en América… ¿Son creíbles las cifras castristas?
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Por Fernando Dámaso
La Habana17-10-2012

Las autoridades cubanas siempre han tenido dificultad con las matemáticas. En fecha tan temprana como enero de 1959, se dio como cifra oficial de muertos durante los siete años de la dictadura de Batista la de veinte mil, cuando en realidad, por ambas partes, no superaron las dos mil víctimas; exactamente, según especialistas, fueron 1.857 con nombres y apellidos: las restantes 18.143 nunca existieron. La cifra oficial nunca ha sido corregida y se continúa utilizando, tal vez por aquello de que "una mentira muchas veces repetida se convierte en verdad".

A finales de la década del 60, se planteó que existían las condiciones objetivas para producir, en una zafra, 10 millones de toneladas de azúcar. Nunca se alcanzó la cifra y, a partir de entonces, cada año las zafras fueron menores, hasta prácticamente desaparecer la industria azucarera, con ridículas producciones de poco más del millón de toneladas anuales.

En la década del 80 se planteó que, antes de 1959, en Cuba había 100 mil prostitutas, incluyendo entre éstas, de manera irresponsable, a quienes trabajaban en bares, cafeterías, restaurantes y hasta tiendas y otros establecimientos comerciales, cuando en realidad, en 1958, 11 mil personas vivían de la prostitución, teniendo en cuenta prostitutas, dueños de casas de cita, burdeles, bares, matronas, proxenetas, personal de servicio y limpieza y hasta policías corruptos. Un índice muy bajo para 6 millones de habitantes.

También por esa década se dijo que la colonización española en América había exterminado a 70 millones de indios, cuando las cifras dadas por los especialistas más serios sitúan la cantidad de habitantes en América, desde Alaska hasta la Patagonia, en no más de 35 millones. Si se tiene en cuenta que en esa época España tenía una población de 5 millones de habitantes, y a América solo vinieron unos cientos, no se entiende cómo, aunque estuvieran armados con arcabuces y caballos, los españoles pudieron realizar tal exterminio.

Continuamente se repite que, antes de 1959, la economía cubana estaba en manos extranjeras, principalmente norteamericanas. En realidad, entre los 551 propietarios más importantes, 65 eran españoles, 24 norteamericanos, tres franceses, dos italianos, un mexicano, un jamaicano, un hondureño, un ruso, un venezolano, un británico, un canadiense y un austriaco, para un total de 102. Los restantes 449 eran cubanos. Además, la mayoría de los extranjeros estaban asentados en Cuba y habían constituido familias cubanas.

También, desde hace años, se achaca al denominado "bloqueo" (en realidad embargo) la pérdida de billones de dólares por la economía cubana —cifra que nadie sabe de dónde salió, como no sean sus inventores—, cuando en realidad estas pérdidas, de ser ciertas, corresponden más a los planes fracasados e inventos improductivos, puestos en práctica durante más de cincuenta años de experimentos económicos y sociales.

Los anteriores ejemplos, tan solo un botón de muestra, son más que suficientes para demostrar que las autoridades siempre han estado peleadas con las matemáticas. Al contrario, hay cifras que, por conveniencia política, se callan y no se divulgan: la cantidad de suicidios anuales, el número de crímenes y otros actos violentos que se cometen, los robos y otros atentados a la propiedad individual, la emigración interna por motivos económicos, la emigración externa, tanto por motivos económicos como políticos y sociales, etcétera.

Tampoco, por intereses políticos, se dice que, en 1958, Cuba ocupaba el cuarto lugar mundial en el consumo de carne de res per cápita (0,9 vaca por habitante) y que, en Iberoamérica, era el segundo país con menor mortalidad infantil (33,4 por cada mil nacidos), poseía el segundo más bajo índice de analfabetismo (23,6%), era el mejor país en cuanto a médicos per cápita (uno por cada 957 habitantes), poseía el mayor porcentaje de viviendas electrificadas (82,9%) y de viviendas con baño propio (79,9%). Además, también en Iberoamérica, era el segundo país en el consumo calórico per cápita (2870), el de más automóviles (uno por cada 40 habitantes), el de más electrodomésticos por habitante (un radio por cada 6,5 habitantes, un televisor por cada 25 habitantes), el de más kilómetros de líneas férreas por kilometro cuadrado y el segundo en entradas per cápita, la producción industrial abarcaba más de 10 mil artículos diferentes y existían 65 mil establecimientos comerciales (uno por cada mil habitantes). Por si fuera poco, ocupaba el lugar 29 entre las mayores economías del mundo.

Como se ve, las matemáticas pueden ser malas o buenas: todo radica en la honestidad de quien las utiliza y los objetivos que persigue.