Por Rev. Martín Añorga: VENEZUELA: BALAS Y VOTOS
octubre 2012
Las elecciones en Venezuela son una interrogante porque Chávez no cree en la democracia y no puede admitir el veredicto de la mayoría en su contra. En el año 1992 intentó derrocar al presidente constitucional Carlos Andrés Pérez (1922-2010) por medio de un golpe de estado. Protegido por las generosidades de la democracia, al igual, que sucediera con Fidel Castro, obtuvo su libertad dos años después de haber sido encarcelado.
Esta vez los venezolanos se han unido en oposición alrededor de una joven figura carismática y valiente y confían en que no habrá fuerza capaz de escamotearles el triunfo. Henrique Capriles aventaja a Chávez en edad, salud, inteligencia, preparación y popularidad; pero carece de balas frente a los votos. Frente a él Chávez amenaza con sacar a la calle la Guardia Civil, grupos civiles armados, cubanos importados de Cuba expertos en dominar motines y turbas que siguen una línea de violencia premeditada.
Basta leer los titulares de la prensa para que nos demos cuenta del cuadro venezolano. ”Violencia y juego sucio en Campaña de Chávez”, enuncia un rotativo. Otro proclama en primera página, “Revelan Plan Militar en Venezuela” y simplemente para citar uno más, en un periódico español (ABC) el sensacional titular dice que ”Chávez no entregará el poder porque en Venezuela no hay regreso”. Admiramos a Capriles por su heroísmo y valentía, aunque tememos por su seguridad a manos de los testaferros del chavismo, que después de trece años en el poder se creen dueños absolutos del mismo.
Hemos leído artículos de orientación chavista en los que se pone de ejemplo el proceso electoral venezolano del año 2006 en el que según la prensa acudió a las urnas el 74% del electorado, y en el que emergió vencedor Hugo Chávez con el 63% de los votos, derrotando fácilmente a Manuel Rosales, su más cercano contendor. Afirmó posteriormente el gobierno que ”la elección fue certificada como legítima y libre por la Organización de Estados Americanos (OEA)”. Usar este ejemplo en relación con las elecciones del próximo domingo es desproporcional.
En cuanto al pueblo hay que tener en cuenta el historial de Chávez como mandatario. Hoy día prestigiosas revistas internacionales colocan a Venezuela entre los países más peligrosos y pobres de América. Según la Prensa Asociada, “el descenso en la pobreza acompañado por el empeoramiento de la infraestructura refleja lo que los detractores de Chávez describen como su incapacidad para hacer frente a las causas de los muchos males del país”.
Para mí es admirable el patriotismo de los venezolanos que entre nosotros viven que han ido en nutridos grupos a Nueva Orleans a cumplir con el deber del voto. Quizás la cantidad no haga sustancial diferencia, pero el hecho en sí habla muy alto de la oposición del pueblo de Bolívar al desgobierno de Chávez, quien debe tener cuidado al tomar cualquier acción bélica porque probablemente tenga que enfrentarse a una inesperada y poderosa rebelión. No es posible creer que todos los hijos de Venezuela sigan a un líder enemigo de América y enloquecido de poder.
Chávez cree que cuenta con la alianza del pendenciero presidente de Bolivia, Evo Morales, y que su aliado Rafael Correa, del Ecuador, no lo abandonaría. Probablemente piense que el alcoholizado Daniel Ortega se ponga a sus pies; pero lo cierto es que ninguno de estos tres truhanes metería las manos en el fuego en que se queme su socio Chávez.
Otro aspecto en la política de Chávez es el de su alianza con Irán, país al que respalda en sus intentos de fabricar la bomba atómica y del que se declara aliado. Mahamoud Ahmadinejad, enemigo jurado de Israel, jefe del territorio islámico más extenso de la región, ha reiterado su disposición de destruir a Israel si se presentare un conflicto bélico. En estos momentos en que Siria está al involucrase en un encuentro con Israel y que ha anunciado que destruirá las bases militares estadounidenses, la pregunta que nos hacemos es que decisión tomará Chávez. Su país es el más fuertemente armado del continente y el mandatario se vería en medio de alternativas muy serias y comprometedoras. Probablemente se verá circunstancialmente obligado a echar su suerte con los países que ataquen a Israel y crearía un conflicto bélico contra los Estados Unidos, algo jamás sucedido en América. Ciertamente Venezuela no es tan solo un país peligroso, sino que tiene además un presidente que está loco por medir sus fuerzas con “el imperio del Norte” como él lo llama., Proclamarlo de nuevo como presidente sería colgar una bomba de tiempo sobre los destinos de nuestros pueblos; de aquí que el más serio problema al que se enfrentarían los venezolanos es que quiera quedarse en el poder a toda costa, retando la razón, la paz y la justicia en su propia nación. Ya, en estos términos el asunto no se limita a contar votos, sino a enfrentar las balas a los votos.
Hay que tener en cuenta que hoy tenemos a un Chávez desgastado, incumplidor de promesas y enfermo, enfrentándose a una oposición unida y a un candidato de simpatía popular y probada capacidad económica y-política. ¿Se comportará igual el “bolivariano” perdiendo que ganando?
Una característica muy definida en el caso de Chávez es que no ha anunciado jamás a un probable sucesor. Si es cierto que se halla enfermo –y de eso no caben dudas actualmente- lo más lógico es que prepare un sucesor; pero una característica de los totalitarios comunistas es la de creerse inmortales e insustituibles. Cuando Castro llegó a la increíble conclusión de que no podía continuar llevando las riendas del poder en Cuba, no propuso un proceso eleccionario sino que escogió a su hermano Raúl para que ocupara su puesto. El poder hereditario es propio de regímenes arcaicos y obsoletos; pero los comunistas lo han entronizado, sino ya por la fuerza militar, por medio de una malvada astucia. Chávez tiene miedo de que la muerte lo sorprenda en el poder ejecutivo y que quede abierta la posibilidad pública de un sucesor. Debe tener en su mente malévola la idea de a quien legar el mandato, sin importarle para nada ni la oposición ni la negativa del pueblo, o tendrá engañados a varios de sus subordinados que con la esperanza de llegar al poder se le someten con vileza y cobardía.
Desde el año 1999 ocupa el poder en la tierra de Bolívar, usando la estratagema de enmendar la Constitución del país, legalizando la indefinida reelección consecutiva. Estas elecciones del próximo domingo serán probablemente un capítulo más del fraude y la fuerza en contra del derecho legítimo del pueblo a expresar su decisión mediante el voto.
Todos estaremos pendientes el próximo domingo de lo que suceda en Venezuela y rogamos a Dios que en el querido país de Bolívar reinen la paz y la concordia. Y que se abra para todos un nuevo camino de esperanza y redención. ¡Queremos oír la voz libre de los votos, no el ruido asesino de las balas!
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