martes, enero 01, 2013

Nicolás Águila: El ‘esto’ cubano

 Nota del Bloguista
Los sujetos que no han querido hablar claro,  siempre se han  buscado metáforas y subterfugios.
En mis tiempos en Cuba, hace relativamente muy poco tiempo, al " esto"  se le llamaba " la cosa" . En los tiempos anteriores al Castrato se le llamaba "la malaga" .
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Tomado de http://lacomunidad.elpais.com/

El ‘esto’ cubano



Por Nicolás Águila
29 Dic 2012

Esto’ es un demostrativo neutro que se emplea para indicar un referente relacionado con la primera persona, o sea con el yo y su aquí y ahora. Pero el pronombre ‘esto’, que en la lingüística pragmática recibe el nombre de deíctico, en el contexto cubano escapa a la formalización de todo metalenguaje, tal como puede apreciarse en el siguiente ejemplo:

—¿Qué te parece esto?

—Esto no hay quien se lo meta.

En el minidiálogo anterior, los interlocutores no se están refiriendo a un plato de moringa oleifera. Hablan de algo que es abstracto, incorpóreo, intangible y, al mismo tiempo, omnipresente, omnisciente y omnipotente. Algo que no es Dios pero asume sus atributos más autoritarios. El esto queda así convertido en eso y en aquello, y abarca lo de aquí, lo de allí y lo de más allá. Rompe con el esquema deíctico de la pragmalingüística y se vuelve un pronombre tenebroso.

El demostrativo ‘esto’ tal vez se usara alguna vez en la Cuba de antes para referirse a la situación política, pero nunca con el énfasis y la insistencia de estos 54 años. Es en el castrato cuando el ‘esto’ cubano ha ampliado su campo semántico con un haz de connotaciones orwellianas que lo desborda y modifica, incorporando todo el espanto de una realidad que reduce el ser humano a un repertorio codificado de actos reflejos. Al punto de que el ‘esto’ cubano, más que designar lo que rodea el aquí y ahora de la primera persona, tritura al yo y su miserable circunstancia.

‘Esto’ no es entonces una categoría gramatical, ni es el dedo índice apuntando al suelo. Esto es la nada total del todo totalitario. Y es también la nada vacía que te envuelve, te aprieta, te zarandea, te revienta y te asfixia. Es algo que te desespera, te marea y te zumba en los oídos. Que te enloquece y te pone a subir por las paredes. Esto es además una dolencia crónica donde convergen síntomas tan diversos y molestos como disnea, hormigueo, neuralgia, taquicardia, cefalea, ansiedad, depresión, incontinencia y claustrofobia. Un salto en el estómago, una bolita que te sube y que te baja, unas ganas tremendas de gritar y un deseo irresistible de montarse en una balsa o tirarse uno por el balcón.

Esto solamente les puede gustar a los estoicos o a los que padecen el síndrome de Estocolmo. Porque esto es el colmo cuando el rehén ya no sólo se siente protegido y fascinado por su secuestrador, sino que llega a la fase del delirio y lo aplaude a rabiar. 
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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS

YO CREO QUE YA NO DEBE HABLARSE DEL SINDROME DE ESTOCOLMO SI NO DEL SINDROME DE LA HABANA COMO DIJERA ALGUIEN POR AHI,PORQUE FIJATE QUE TODAVIA SALEN DE CUBA Y TU LOS OYES HABLANDO DE LAS BONDADES DEL CASTRATO Y SALIERON PRECISAMENTE PORQUE YA NO PODIAN VIVIR ALLI.

1 Comments:

At 4:58 p. m., Anonymous Anónimo said...

YO CREO QUE YA NO DEBE HABLARSE DEL SINDROME DE ESTOCOLMO SI NO DEL SINDROME DE LA HABANA COMO DIJERA ALGUIEN POR AHI,PORQUE FIJATE QUE TODAVIA SALEN DE CUBA Y TU LOS OYES HABLANDO DE LAS BONDADES DEL CASTRATO Y SALIERON PRECISAMENTE PORQUE YA NO PODIAN VIVIR ALLI.

 

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