jueves, abril 11, 2013

Guillermo I. Martínez: Carta abierta a Beyoncé y Jay-Z sobre su viaje a Cuba. JAY Z "Open Letter"


 Nota del Bloguista

En este sitio se puede ver el rechazo  que  tenían aquellos músicos que actuaban en contra del boicot cultural contra la Sudáfrica racista. En el video es evidente el rechazo de los líderes sudafricano antiapartheid. ante los artistas que visitaban a la Sudafrica del apartheid.

En Cuba se descrimina  tanto desde un punto de vista racial como desde los puntos de vistas político como ideológico y por el origen naional. Sobre la descriminación racial en Cuba se habla, no con toda la crudeza que se merece,  en el artículo Para los negros en Cuba la Revolución no ha comenzado aún   de Roberto Zurbano,   un cubano negro  que en Cuba fue  recientemente expulsado de su puesto  de editor y director de  Casa de las Américas por haber escrito y publicado dicho artículo en el New York Times.

Tomado de http://www.ambulante.com.mx

Paul Simon regresa a Sudáfrica para reunirse con la banda con la que grabó el histórico álbum Graceland veinticinco años antes. Este reencuentro desentierra el turbulento nacimiento del disco. A pesar de su enorme éxito y de ser el primer ejemplo de una fusión de estilos africanos y estadounidenses, el álbum fue recibido con críticas acérrimas y una oposición tenaz. Simon fue acusado de romper el boicot cultural que la Organización de las Naciones Unidas impuso a Sudáfrica para presionar al régimen del apartheid. Under African Skies es una crónica precisa de un logro artístico sin paralelo y una profunda reflexión sobre el papel del artista en la sociedad.


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Tomado de http://www.martinoticias.com

 Carta abierta a Beyoncé y Jay-Z

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Esta es una carta abierta a Beyoncé y Jay-Z, los estelares músicos estadounidenses que fueron a Cuba a celebrar su quinto aniversario de boda.
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La cantante estadounidense Beyoncé (c) y su esposo, el rapero Jay-Z (i) salen hoy, jueves 4 de abril de 2013, del Hotel Saratoga en La Habana (Cuba), donde se hospedan junto a varios miembros de su familia, para celebrar los cinco años de su matrimonio. E

Por Guillermo I. Martínez
Especial para MartiNoticias
abril 10, 2013




No voy a cuestionar la legalidad de su viaje a Cuba. La ley americana es lo suficientemente vaga que es fácil convertir un viaje cultural en unas vacaciones. Uds. fueron a Cuba con una licencia para viajes que promueven el contacto de “persona a persona”. Las definiciones se las dejo al lector.

Debido a mi edad, no soy fanático de su música, pero tengo entendido que los críticos y los jóvenes dicen que son muy talentosos. Pero mi carta no es para hablar de su música sino de su insensibilidad a los derechos civiles y humanos de los negros en Cuba.

Me parece que su sensibilidad por los derechos civiles se quedó en Estados Unidos porque al menos que hayan hecho algo muy secreto por los negros disidentes en Cuba, aquí nadie se enteró.

No voy a contarles de mis sentimientos anti-castristas. Eso no importa. Lo que vale son los datos publicados por medios de prensa en Estados Unidos y lo que dicen las organizaciones de los derechos humanos en el mundo.

Beyoncé y Jay-Z:

¿En algún momento Uds. han indagado por Sonia Garro, una cubana negra que lleva más de un año en prisión porque exigió que se respetaran los derechos humanos y la libertad de expresión? Garro y su esposo, también negro, llevan más de un año presos, y todavía no se les ha acusado formalmente
de nada. ¿Les hubiera costado mucho trabajo preguntar por el bienestar de ellos?

(Sonia Garro y su esposo Ramón)

¿Por casualidad Uds. leyeron el artículo de opinión de Roberto Zurbano publicado por el New York Times el 23 de marzo? Zurbano un cubano negro era editor y director de la prestigiosa Casa de las Américas, la principal empresa gubernamental encargada de publicar libros en Cuba.  Pues bien, Zurbano perdió su puesto al publicar el artículo titulado: “Para los negros la Revolución Cubana no ha comenzado”.

Fidel y Raúl Castro cuidan mucho su imagen de “beneficiar a los negros” y por eso a Zurbano los zumbaron de su puesto.

¿Por casualidad Beyoncé, tuviste cinco minutos para ver si podías hablar con Berta Soler, negra y vocera de las Damas de Blanco, un grupo de mujeres que lleva 10 años marchando pacíficamente después de misa todos los domingos para pedirá la liberación de los presos políticos en Cuba?

Estas mujeres comenzaron sus protestas en abril del 2003, no sé si sabían que en esos días Cuba detuvo a 75 disidentes en lo que hoy se llama la “Primavera Negra”. Al principio eran un grupo pequeño de mujeres, muchas negras, que iban a misa en la Iglesia de Santa Rita en la Quinta Avenida y Calle 28 en lo que en una época se llamaba Miramar. Ellas protestaban por el arresto de sus maridos, padres e hijos. Muchos y muchas de ellas eran negros.

Hoy hay Damas de Blanco en todo el país. Y golpes de turbas gubernamentales para ellas a granel. No quieren que ellas marchen. Pero todas las semanas son más las mujeres que valientemente salen con un gladiolo en la mano a caminar pacíficamente por las calles cerca de distintos templos de la isla en señal de protesta. ¿Sabe algo Ud., Beyoncé, algo de estas mujeres?

Entiendo que periodistas como Damien Cave de The New York Times defiendan su derecho a viajar a la isla y que miren con desdeño a los exiliados que protestamos estas visitas turísticas (disculpe, quiero decir culturales) por el bien que hacen las mismas. Cave tiene razón los exiliados protestamos cada vez que vemos este tipo de insultos a la dignidad humana, como lo hacen los negros en Carolina del Sur cuando trataron de imponer la bandera de Sur durante la guerra civil en su insignia estatal.

Hasta la vocera del Partido Demócrata, la representante Debbie Wasserman Schultz ha protestado por su viaje. ¿No les dice nada esto?

Lo siento, mis muy respetados artistas, su hipocresía, sobrepasa mis capacidades de entender lo que hacen. ¿Cuál es la diferencia entre defender el derecho de los negros en Estados Unidos y de los mismos en Cuba?

Le agradecería, Beyoncé y Jay-Z si se tomaran unos minutos para explicarme su desprecio por los negros cubanos. Pueden hacerlo en forma directa o en una misiva a los negros en la isla a los cuales Uds. ni siquiera se molestaron en preguntar por ellos.

Guillermo I. Martínez reside en el sur de la Florida. Su dirección electrónica es: Guimar123@gmail.com. También pueden comunicarse por medio de Twitter a: @g_martinez123

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Para los negros en Cuba la Revolución no ha comenzado aún

Por Roberto Zurbano 
 La Habana

Publicado en marzo 23 de 2013

La últimas noticias salidas de Cuba se refieren a los cambios, aunque esto es más un sueño que una realidad para los afrocubanos como yo. A lo largo de la última década, han sido abolidas muchas prohibiciones ridículas para los cubanos que viven en la Isla, como dormir en un hotel, comprar un celular, vender una casa o un automóvil y viajar al extranjero. Estos gestos han sido celebrados como signos de aperturas y reforma, aunque en realidad solo son esfuerzos para normalizar la vida. La realidad es que en Cuba tu experiencia de estos cambios depende del color de tu piel.

El sector privado goza ahora en Cuba de cierto grado de liberalización económica, pero los negros no estamos en posición ventajosa para aprovecharnos de ello. Heredamos más de tres siglos de esclavitud durante la era colonial española. La exclusión racial continuó después de la independencia de Cuba en 1902, y medio siglo de Revolución desde 1959 ha sido incapaz de superarla.

En los primeros años de la década de los 90, después del fin de la Guerra Fría, Fidel Castro se embarcó en reformas económicas que continúa Raúl, su hermano y sucesor. Cuba había perdido su mayor benefactor, la Unión Soviética, y cayó en una profunda recesión que se conoció como el “periodo especial”. Había frecuentes apagones. El transporte público apenas funcionaba. La comida escaseaba. Para encauzar el descontento, el gobierno dividió la economía en dos sectores: uno para el negocio privado y las empresas de orientación extranjera, esencialmente autorizadas a negociar en dólares estadunidenses; y otro que continuaba el viejo orden socialista centrado en puestos gubernamentales de trabajo con un promedio de 20 dólares mensuales.  

Es cierto que los cubanos tienen aún una fuerte red de seguridad: la mayoría no paga alquiler, y la educación y la salud son gratuitas. Pero la divergencia económica creó dos realidades contrastantes que persisten hoy en día. La primera es la de los cubanos blancos, que han equilibrado sus recursos, para entrar en la nueva economía de mercado y cosechar los beneficios de un socialismo supuestamente más abierto. La otra realidad es la de la pluralidad negra, que fue testigo de la desaparición de la utopía socialista en los  sectores más desprovistos de la Isla.

La mayor parte de las remesas del exterior —principalmente del área de Miami, centro neurálgico de la comunidad de exiliados mayormente blancos— va a cubanos blancos. Tienden a vivir en mejores casas, que pueden ser convertidas fácilmente en restoranes o alojamientos con desayuno —el modo más común de negocio privado en Cuba—. Los cubanos negros tienen menos propiedades y dinero, y además han tenido que lidiar con el racismo imperante. Era frecuente no hace mucho que los administradores de hoteles, por ejemplo, contrataran solo empleomanía blanca para no ofender la supuesta sensibilidad de su clientela europea.

Este tipo de racismo escandaloso se ha vuelto socialmente menos aceptable, pero los negros son aún tristemente poco representados en el turismo —probablemente el sector más lucrativo de la economía—, y es mucho menos  probable que posean sus propios negocios que los blancos. Raúl Castro ha reconocido la persistencia del racismo, y ha tenido éxito en algunas áreas (hay más maestros y diputados negros en la asamblea nacional), pero falta mucho por hacer para enfrentar la desigualdad estructural y el prejuicio racial que aún excluye a los afrocubanos de los beneficios de la liberalización.

El racismo en Cuba ha sido ocultado y reforzado en parte porque no se habla de él. El gobierno no ha permitido que el prejuicio racial sea debatido y confrontado política o culturalmente, pretendiendo a menudo, en ocasiones, que no existe. Antes de la década del 90, los cubanos negros sufrían una parálisis de movilidad económica mientras, paradójicamente, el gobierno decretaba el fin del racismo en los espectáculos y publicaciones. Cuestionar la extensión del progreso racial equivalía a un acto contrarrevolucionario. Esto hizo casi imposible señalar lo obvio: el racismo está vivo y  saludable.  

Si los años 60, la primera década después de la Revolución, significaron oportunidad para todos, las décadas que siguieron demostraron que no todo el mundo podía tener acceso al beneficio de tales oportunidades. Es cierto que la década de los 80 produjo una generación de profesionales negros, como médicos y maestros, pero estas ganancias disminuyeron en la década de los 90, cuando los negros fueron excluidos de sectores lucrativos como la hotelería. Ahora, en el siglo XXI, se hace muy visible que la población negra está poco representada en universidades y en espacios de poder económico y político, y sobrerrepresentada en la economía subterránea, en la esfera criminal y en los barrios marginales.

Raúl Castro ha anunciado que cesará en la presidencia en 2018. Espero que para entonces, en Cuba el movimiento antirracista habrá crecido, tanto legal como logísticamente, de modo que pueda traer soluciones que durante tanto tiempo han sido prometidas y esperadas por cubanos negros.

Un primer paso importante sería lograr finalmente un conteo oficial de afrocubanos. La población negra de Cuba es mucho mayor que los números espurios  de los recientes censos. El número de negros en la calle subraya obviamente el fraude numérico que nos coloca con menos de un quinto de la población. Muchas personas olvidan que en Cuba una gota de sangre blanca puede —aunque solo en el papel— hacer un mestizo o una persona blanca de alguien que en la realidad social no cae en ninguna de estas categorías. Aquí, los matices que gobiernan el color de la piel son una tragicomedia que oculta conflictos raciales de larga existencia.

El fin del gobierno de los Castro significará el fin de una era en la política cubana. No es realista esperar un presidente negro, dada la insuficiente conciencia racial en la Isla. Pero cuando Raúl Castro deje el puesto, Cuba será un lugar muy distinto. Solo podemos esperar que mujeres, negros y jóvenes serán capaces de ayudar a guiar a la nación hacia una mejor equidad de oportunidad y al logro de ciudadanía plena para cubanos de todos los colores.

Traducido del español por Kristina Cordero.

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JAY Z  "Open Letter"



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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS
 
Todo se reduce a dos cosas: hipocresía y mezquindad.
 
Realidad
 

1 Comments:

At 8:12 p. m., Anonymous Realidad said...

Todo se reduce a dos cosas: hipocresía y mezquindad.

 

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