domingo, septiembre 22, 2013

Humor de Esteban Fernández: DE 1492 A 1944


 DE 1492 A 1944


Por Esteban Fernández

No, no estoy loco, no son visiones ni alucinaciones. Creo que deben ser simplemente pesadillas. Y en ellas puedo ver la vida más reciente y la que comenzó en 1492. El lapso intermedio entre esas dos vidas está envuelto en una nebulosa y sólo recibo unos cortos destellos como el gran esfuerzo que tuve que hacer para poder escuchar una discusión entre Gómez, Maceo y Martí en La Mejorana.

La cuestión es que en el letargo más recurrente soy Rodrigo de Triana y de madrugada despierto sudoroso gritando "¡Tierra!”... Veo que al fin arribamos a la Isla de Juana ¡qué cosa más linda! Y lo primero que me encantó fue una nativa preciosa llamada Ibis Guanaroca.

Los detalles son más claros durante las siestas y disfruto muchísimo de las playas, de los mangos, de los mamoncillos, de las jutías y de las indias. Pero descubro que era muy indisciplinado y noto que tuve varias broncas con nuestro capitán llamado Colón. Uno de mis primeros problemas era que él consideraba una falta de respeto cuando yo lo llamaba “Cristobita”... 

Me entero en forma confusa que me negué rotundamente a participar en la incineración del indio Hatuey. Yo gritaba: “¡Déjenlo vivir porque lo van a convertir en un mártir y cientos de años más tarde
todos podrán ver su imagen en los bares de esta nación!”... Y de ahí pa’alante se aglomeran en mi mente un millón de acontecimientos que harían interminable este escrito. 

( Malillani Marín)

Hay un sueño muy bonito y reiterado mediante el cual llego al año 1944. Iba en un cesto en el pico de una cigüeña junto a un niñito llamado Rogelio Domínguez rumbo a Güines. Asustado por la altura pude distinguir perfectamente La Loma de Candela... Le grité a la cigüeña: “¡Suéltame a mi primero en aquella casa donde hay un hombre en el portal con un tabaco en la boca!”...

Ahí me dejó y lo primero que vi fue la cara de Eulalia la comadrona quien simplemente atestiguó: “¡Ana Maria, tuviste un varón!”. Observé que aquella adolorida señora me estaba mirando con infinita ternura, y fue amor a primera vista...

Resultó ser mi madre quien con mucha emoción en la voz dijo: “Míralo, Esteban, míralo, yo creo que se parece un poco a ti”... Yo pensé: “Cuando me limpien un poquito y me quiten todos estos rasguños, voy a lucir mil veces mejor que el viejo ese”...

Nunca olvidaré esas primeras palabras de mi padre cuando dijo tras quitarse su "H. Upmann" de la boca: “¡Tiene tipo de ser zurdo como yo y va a ser primera base del Almendares!”... 

Y ahora les aseguro que esto si fue de la vida real y completamente cierto: tenía exactamente 9 años cuando mi papá me llevó a La Viña Aragonesa y se puso a jugar cubilete con unos amigos, Luis Domínguez sirvió unos tragos, imagínense ustedes la cara de sorpresa que puse cuando vi la imagen de Hatuey en la etiqueta de una cerveza.

Inmediatamente, y muy asustado, recordé que yo lo había visto antes en una hoguera, me vino a la mente La Niña, la Pinta y la Santa Maria y ahí mismo comencé a creer inocentemente en la reencarnación y en que mis sueños iniciales se convertirían en realidad.

Pero bueno, gracias a Dios anoche soné que estaba bailando con la cubanita Malillani Marín.(Disfruten de su bello rostro en la foto de arriba)