sábado, febrero 15, 2014

Esteban Fernández: DÍA DE LOS ENAMORADOS


DÍA DE LOS ENAMORADOS

 Por Esteban Fernández
Los Ángeles

 02/14/2014

Lo primero que les tengo que decir es que actualmente se ha comercializado mucho esta fecha y la han ampliado a que todo el mundo le regale a todo el mundo. Ahora no es el “Día de los Enamorados” sino “El Día del Amor y la Amistad” y entonces hasta un nieto espera un regalo suyo.

Pero yo sigo la vieja tradición: sigo opinando que es el día dedicado simplemente al amor entre un hombre y una mujer que se quieran y se adoren, y de eso voy escribir hoy porque esa debe ser una fecha sagrada y preciosa ya que: ¿Cuál es el placer más grande de la humanidad? ¿Cuál es la etapa más bella de la vida? Cada cual tiene sus gustos. Unos dirán que “la época en que iba al stadium del Cerro a ver un juego entre Habana y Almendares, aquella ocasión en que me compré un auto nuevo, la primera vez que llegó a Cuba la televisión, unas vacaciones en Hawái” etc. Están equivocados, el mayor placer es EL AMOR, y la mejor época del ser humano es cuando está enamorado y todo lo demás es secundario.

Nada más precioso, más lindo y más sublime que ese tiempo en que uno no quiere soltarle la mano a una mujer, que espera por sus llamadas telefónicas, que quisiera poder pasarse el día y la noche dándole besitos, y que uno prefiere ir a un velorio con ella que ir a un crucero por el Caribe con cualquier otra.

El amor, desde luego, tiene dos problemas: Uno, que es la única cosa en el mundo que no se puede hacer solo, tiene que ser entre dos, y los dos se deben sentir igual y halar parejo. Todas las demás actividades podemos hacerlas solos, comer, planchar, ir al restaurante, absolutamente todo, pero el amor tiene que ser compartido con otra persona, es decir, que usted no puede tenerle agarradas todo el tiempo las manitos a una mujer sí ella las necesita para lavar los platos o cambiarle el pañal al niño.

Y el segundo problema es que el amor, a veces, no siempre, es como “un jabón que se desgasta con el paso de los años” Y el amor, o desaparece del todo y las parejas se separan, o se convierte en UNA COSTUMBRE, en cariño, en compromisos, en agradecimiento.

El amor, y sobre todo la pasión van desapareciendo, y la mujer sale completamente desnuda del baño, se para delante del televisor donde uno está viendo un partido de football, y le decimos: “Quítate, vieja, que me estás interrumpiendo ver el juego”. Y nacen unos bellos niños que acaparan la atención, la dedicación, de la mujer que antes nos decía que “tú eres los más grande del Universo”. Y, desde luego, no nos interesa para nada competir con esos niños, que también son nuestros, y que adoramos y también le dedicamos nuestro amor y la mayoría del tiempo libre.

Y lentamente, poco a poco, sin darnos cuenta, la vida se convierte en una rutina, van desapareciendo aquellas palabras de amor, y aquellas flores que estábamos desesperados por darle. Dicen que: “El amor es como una plantita que hay que cuidar y regar diariamente”. Y la gran verdad es que a veces, si nos descuidamos, a uno le parece que lo que necesita es una de esas mangueras que usan los bomberos para poder resucitarla.

De pronto (no de pronto, porque eso lleva su tiempo) usted nota que está peleando, gritando, y con ganas de matar a esa mujer que antes la veíamos como la reina del universo y la “última Coca Cola en el desierto”.

¿Cómo es posible que aquella dama que no protestaba por las dos cajetillas de cigarros que nos fumábamos dentro del carro junto a ella, hoy, 20 años más tarde, le molesta el humo de un cigarrito que nos tenemos que ir al patio -a una milla de ella- a fumar como si estuviéramos cometiendo un delito?

Por eso, les digo que “el que tiene un amor que lo cuide”, el que está disfrutando de una relación íntima preciosa ALARGUE ESO LO MÁS POSIBLE, disfrútelo al máximo, porque cuando el amor se va, cuando el encanto se rompe, no hay “crazy glue” que lo componga.

Por lo tanto, todos aquellos que han logrado mantener el amor latente por una eternidad merecen no solamente nuestra admiración sino una estatua. Y siempre tengan presente que como canta mi estimado amigo Roberto Torres: El Amor no tiene horario ni fecha en el calendario.

Y buen ejemplo de esto son mis estimados Hugo y Migdalia Byrne quienes a la edad en que muchos andan retirados de las lides amorosas ellos han encontrado el amor bello y eterno. ¡Felicidades!