Roberto de Jesús Guerra
CUBA: AGENTES DE LA DICTADURA QUIEBRAN LA NARIZ A PERIODISTA ROBERTO GUERRA; HRF CONDENA LA GOLPIZA
NUEVA YORK (13 de junio de 2014)—Human Rights Foundation (HRF) condena enérgicamente la violenta golpiza propinada por agentes de la seguridad del Estado contra el periodista Roberto de Jesús Guerra Pérez, fundador y director del Centro de Información Hablemos Press (CIHPRESS), ocurrida el miércoles por la mañana en La Habana cuando se dirigía a la embajada de la República Checa para conectarse a Internet. Mientras era presidente de ese país, Václav Havel (1936-2011) instauró la política principista de que las puertas de las embajadas checas en países totalitarios estén siempre abiertas a los opositores y disidentes, como rechazo a la indiferencia diplomática que él mismo había padecido durante la mayor parte de su vida bajo los abusos de la dictadura de su país. Bajo esta premisa, la representación diplomática permite al periodista, así como a muchos otros activistas por la democracia y los derechos humanos, usar sus computadoras con acceso a la red.
“Cuba es el único país del continente americano donde puede afirmarse categóricamente que la libertad de expresión no existe. Los cubanos únicamente pueden informarse a través de los medios gubernamentales y los pocos afortunados que pueden acceder a Internet, cuyo contenido también es controlado por el régimen, se informan del mundo exterior a través de la ‘Wikipedia’ creada por la dictadura”, dijo Thor Halvorssen, presidente de HRF. “En lugar de ser reconocidos por la labor informativa que cumplen en la sociedad, como sucede con los periodistas en los Estados democráticos, en Cuba, cualquier persona que se atreve a informar sobre la realidad de lo que sucede en la isla es descalificada por los medios oficiales como un ‘gusano’, ‘mercenario’ y ‘contrarrevolucionario’. Para HRF y para los demócratas alrededor del mundo que han tenido la oportunidad de conocer del trabajo de Hablemos Press, Roberto no es ningún gusano. Es un héroe”, dijo Halvorssen.
El miércoles 11 de junio, Roberto Guerra se dirigía a la embajada checa cuando fue interceptado por un sujeto desconocido quien, sin mediar palabra, atacó físicamente al periodista. El sujeto propinó a Guerra puñetazos y patadas en el rostro y la cabeza, quebrándole la nariz y dejándolo con cortaduras y hematomas en todo el cuerpo. La agresión continuó incluso después de que Guerra fuera tomado violentamente del cuello y arrojado al suelo. El agresor también se sirvió de un objeto afilado no identificado para herir al periodista, con el que le provocó heridas en la cabeza y estómago. Dos motocicletas arribaron al lugar de los hechos durante la agresión. Luego de varios minutos de golpiza, el ocupante de una de las motocicletas se dirigió al agresor: “Es suficiente, ya no le pegues más”. Al finalizar la golpiza, mientras Guerra estaba en el suelo sangrando, su agresor le advirtió: “Esto es para que tú veas lo que le hacemos a los opositores”. El periodista reconoció a uno de los cuatro ocupantes de los motorizados como alguien que días atrás había protagonizado un “acto de repudio”, aquellos actos periódicos organizados por la dictadura donde turbas rodean viviendas de opositores y disidentes para amenazarlos, ultrajarlos y pintar sus fachadas con insultos.
Durante la última semana, varios periodistas y colaboradores de Hablemos Press han sido víctimas de persecución y hostigamiento por parte de los órganos represivos de la dictadura cubana. El sábado 8 de junio pasado, Magaly Norvis Otero, corresponsal de Hablemos Press y esposa de Roberto Guerra, fue citada a la Cuarta Unidad de Policía Nacional en La Habana, donde fue amedrentada para que “cambiara la tónica de sus artículos” informativos o, de lo contrario, se “tomarían medidas urgentes como consecuencia de lo que estaba escribiendo”. El domingo pasado, Mario Hechavarría Driggs, otro corresponsal de Hablemos Press, fue detenido por agentes de la Policía Nacional y del Departamento de la Seguridad del Estado, quienes le advirtieron que si “continuaba [escribiendo], tomarían otras medidas”. Por último, el lunes pasado, Yeander Farrés Delgado, también corresponsal de Hablemos Press, fue detenido mientras intentaba tomar fotografías al Capitolio de La Habana y amenazado por su trabajo periodístico.
Hablemos Press fue fundado en el año 2009 por iniciativa de Roberto Guerra, con el objetivo de llenar el vacío de información independiente que dejó el encarcelamiento de setenta y cinco periodistas durante la llamada “Primavera Negra” de Cuba. El año pasado, Guerra salió por primera vez de su país para participar del Oslo Freedom Forum, una conferencia internacional de derechos humanos organizada anualmente por HRF en Noruega. Durante su presentación titulada “Reportando desde una isla prisión”, Roberto Guerra narró la situación de ilegalidad, acoso y represión sistemática a la que están expuestos los periodistas en Cuba.
“Hablemos Press juega en Cuba el mismo rol histórico que jugó el Buenos Aires Herald en la Argentina de los años setenta. Ambos son medios con periodistas valientes y extraordinarios que, a pesar del miedo y el altísimo riesgo, son capaces de denunciar las atrocidades perpetradas por dictaduras para quienes la vida humana no tiene ningún valor”, dijo Thor Halvorssen. “Problemas tan básicos como el mal funcionamiento de hospitales públicos, la deficiente provisión de medicinas, la desnutrición o el desalojo de viviendas, que son tan comunes en las democracias de países en desarrollo e incluso en los países ricos, son secretos de Estado en una dictadura totalitaria como la de Cuba, donde todo medio de comunicación es ilegal y la propaganda gubernamental busca imponer una realidad falsa e idílica a punta de propaganda y palo. Mientras en las democracias el secretismo gubernamental es difícil de mantener gracias a los miles de medios de comunicación que operan legalmente a plena luz del día, en las dictaduras la regla es la oscuridad, y quienes intentan encender un pequeño haz de luz deben estar dispuestos a pagar el precio más alto. Quienes vivimos en democracia no debemos dejarlos solos”, concluyó Halvorssen.
HRF es una organización sin fines de lucro, independiente y apolítica, que promueve la defensa de los derechos humanos a escala mundial, con énfasis en sociedades cerradas. HRF centra su trabajo en los conceptos entrelazados de autodeterminación y libertad. Estos ideales encuentran su más alta expresión en la creencia de que todos los seres humanos tienen derecho a la libertad de expresión y de asociación con personas de ideas afines. Las personas que viven en una sociedad libre deben recibir el mismo trato y debido proceso de conformidad con la ley y deben tener, asimismo, la oportunidad de participar en los asuntos públicos de su país. De la misma forma, los ideales de HRF están determinados por la convicción de que todos los seres humanos tienen el derecho a estar libres de detenciones o exilios arbitrarios, de esclavitud y tortura, y de la interferencia y coerción en asuntos de conciencia. El trabajo de HRF se funda en el principio de la no violencia. El Consejo Internacional de HRF está presidido por el activista por la democracia ruso Garry Kasparov y se encuentra conformado por prestigiosos activistas de derechos humanos, tales como George Ayittey, Vladimir Bukovsky, Palden Gyatso, Václav Havel [fallecido], Mutabar Tadjibaeva, Ramón J. Velásquez, Elie Wiesel y Harry Wu.
Contacto: Jamie Hancock – Human Rights Foundation, (212) 246.8486, jamie@thehrf.org
Lea este comunicado de prensa en nuestro sitio web aquí.
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