lunes, noviembre 03, 2014

The New York Times' en su ofensiva a favor de la tiranía de los Castro plantea que Barack Obama debe canjear a los tres espías de la red Avispa por Alan Gross






 ************
The New York Times': Obama debe canjear a los tres espías por Alan Gross

********
Esto permitiría 'una relación más saludable con La Habana' y que EEUU pueda influir en la Isla 'mediante la expansión del comercio, el turismo y un mayor contacto', dice.
********
DDC
Madrid
3 Nov 2014

El presidente estadounidense, Barack Obama, debe canjear al contratista estadounidense preso en Cuba, Alan Gross, por los tres agentes de La Habana que cumplen condena en Estados Unidos por espionaje, dijo este domingo en un editorial el diario estadounidense The New York Times.

Para la publicación, el caso Gross "el principal obstáculo para lograr un avance diplomático" con el régimen cubano.

"Solo hay una manera viable de retirar a Gross de una ecuación suficientemente compleja. La administración Obama debe canjearlo por tres espías cubanos que llevan más de 16 años tras las rejas en Estados Unidos", indicó.

Este es el cuarto fin de semana consecutivo en que The New York Times dedica un extenso editorial a Cuba. Como en las ocasiones anteriores, en las que pidió el levantamiento del embargo y un acercamiento de Washington a La Habana, el artículo fue publicado en inglés y en español.

A juicio del Comité Editorial del diario, el canje genera ansiedad a la Casa Blanca debido a las críticas que surgieron en mayo, cuando Washington negoció la liberación de un soldado secuestrado en Afganistán a cambio de cinco jefes talibanes.

"El Gobierno estadounidense, sensatamente, suele rehusarse a negociar con terroristas o gobiernos que detienen a sus ciudadanos en busca de dinero o concesiones políticas. En circunstancias excepcionales, vale la pena hacerlo. El caso de Gross es una de ellas", opinó.

Gross, un empleado de la empresa Development Alternatives Inc., que tenía contratos con la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), fue detenido en Cuba en 2009 por distribuir equipos de comunicación prohibidos, destinados a ayudar a los cubanos a acceder a internet.

El régimen de la Isla lo acusó de atentar contra la seguridad y la integridad del Estado y lo condenó en 2011 a 15 años de prisión.

"Funcionarios norteamericanos han concluido que para lograr la libertad de Gross, es necesario repatriar a tres espías cubanos que fueron condenados en un juzgado federal en Miami, en 2001", señaló el diario.

"Para efectuar un canje, el Presidente Obama tendría que suspender el resto de la condena de los reos. Esa acción sería justificable si se tiene en consideración el largo periodo que han estado presos, las críticas válidas que han surgido respecto a la integridad del proceso judicial que enfrentaron, y los posibles beneficios que un canje podría representar para lograr un acercamiento bilateral", consideró.

"Entidades independientes, incluido un panel de Naciones Unidas que evalúa detenciones arbitrarias, y Amnistía Internacional, han sido críticas del proceso judicial. La percepción del caso en Cuba, donde los espías son vistos como víctimas, desafortunadamente ha incentivado a que el Gobierno de la Isla trate a Gross como una pieza canjeable", añadió.

Washington se ha mostrado hasta el momento contrario al canje de los espías por Gross, alegando que los casos no son equiparables.

"Sin embargo, un canje podría abrir el camino para reanudar lazos diplomáticos, lo cual permitiría que Estados Unidos tuviera mayores oportunidades de fomentar cambios positivos en la Isla mediante la expansión de comercio, turismo y mayor contacto entre cubanos y norteamericanos. De lo contrario, se perpetuará la enemistad que ha reinado durante más de 50 años, continuando así un ciclo de desconfianza y actos de sabotaje por ambos lados", dijo The New York Times.

En cuanto a la situación de Gross, el diario criticó que su arresto "se llevó a cabo como consecuencia de una estrategia irresponsable, mediante la cual la agencia de ayuda internacional estadounidense ha enviado a contratistas privados para llevar a cabo misiones secretas en un estado policial que está rotundamente opuesto a la agenda prodemocrática de Washington".

El contratista ha enfermado y ha sufrido la muerte de su madre en prisión. En mayo, al cumplir 65 años, "dijo que este año será el último que pasa en cautiverio, amenazando estar dispuesto a quitarse la vida si no recobra la libertad".

"Si Gross muere estando en custodia, la posibilidad de establecer una relación más saludable con Cuba desaparecerá por varios años. Obama tiene que reconocer que esto es enteramente evitable", opinó la publicación.
*****

La red Avispa en contra de la seguridad de los EE.UU.


La red Avispa en contra de la seguridad de los EE.UU.



 *********
La operación ¨Escorpión ¨ asignada a la red de espionaje Avispa: el derribo de las avionetas civiles desarmadas  de la organización humanitaria Hermanos al Rescate por aviones de guerra Migs de la Fuerza aérea  de los Castro en aguas internacionales



***********

Comparar espías con Alan Gross es patético

Por Jorge Olivera
junio 18, 2014

LA HABANA, Cuba -El espía cubano Ramón Labañino acaba de cumplir 51 años de edad, en la cárcel federal de Kentucky, donde extingue una sanción de 30 años.

En septiembre próximo cumplirá la mitad de su sentencia y no hay señales de que se produzca el canje que lo devolvería a su hogar en La Habana.

El gobierno cubano ha puesto sus arcas en función del regreso de los tres topos de la Red Avispa que extinguen largas condenas en suelo estadounidense, pero ninguna de las acciones ha tenido el éxito esperado.

Campañas internacionales de solidaridad lanzadas desde La Habana, protestas públicas, conferencias no logran romper el desinterés de la prensa mundial por un caso que en definitiva contó con las debidas garantías procesales y donde se expusieron, con lujo de detalles, las actividades incriminatorias de la red.

LA HABANA, Cuba -El espía cubano Ramón Labañino acaba de cumplir 51 años de edad, en la cárcel federal de Kentucky, donde extingue una sanción de 30 años.

En septiembre próximo cumplirá la mitad de su sentencia y no hay señales de que se produzca el canje que lo devolvería a su hogar en La Habana.

El gobierno cubano ha puesto sus arcas en función del regreso de los tres topos de la Red Avispa que extinguen largas condenas en suelo estadounidense, pero ninguna de las acciones ha tenido el éxito esperado.
(Alan Gross antes y después de ser encarcelado)
Campañas internacionales de solidaridad lanzadas desde La Habana, protestas públicas, conferencias no logran romper el desinterés de la prensa mundial por un caso que en definitiva contó con las debidas garantías procesales y donde se expusieron, con lujo de detalles, las actividades incriminatorias de la red.
Ni el arresto y encarcelamiento de los 75 opositores y líderes de la sociedad civil en marzo del 2003 (15 por cada uno de los 5), ni la posterior captura y condena del subcontratista de la USAID, Alan Gross, han servido como monedas de cambio.
A pesar de todo, La Habana presiona por concretar sus planes. Insiste en un intercambio que parece estar más en sintonía con la humillación del adversario que en la búsqueda de un acuerdo aceptable. Gross no es un espía.
Manteniendo su retórica de confrontación, es muy difícil que La Habana logre un acuerdo favorable con los norteamericanos. Mucho menos cuando no se tiene la razón.
Aunque el gobierno cubano repita hasta la saciedad que la labor que realizaban los 5 espías era para impedir la realización de actos terroristas en Cuba por algunos grupos violentos cubanoamericanos, eso no justifica enviar agentes a cualquier país soberano.
Cambiarse la identidad, confabularse para cometer un crimen (el derribo de dos avionetas de la organización Hermanos al Rescate y la muerte de tripulantes en aguas internacionales por aviones militares cubanos) y el hallazgo de planos de instalaciones militares del sur de la Florida, son algunas de las pruebas que subrayan la culpabilidad de los encartados.
Comparar eso con lo que hizo Alan Gross es patético. ¿De qué otra manera calificar una sanción de 15 años por entregarle equipos de comunicación a la pequeña comunidad judía residente Cuba?
El asunto parece no tener fin. Por un lado, Obama se resiste a formalizar un pacto demasiado oneroso. Quiere la libertad de Gross por razones humanitarias. Su salud, a juzgar por las fotografías que han circulado por internet, se ha resentido con el encarcelamiento.
En cambio, Raúl Castro reitera su apuesta por el canje o el perdón presidencial. Para conceder este último es necesario el arrepentimiento del reo.
No hay indicios de que esto se vaya a producir. Además, a través de los años el número de presos que se han beneficiado con la dispensa del castrismo es ínfimo. Ramón Labañino, en una entrevista que publicó el diario Granma en su edición del 9 de junio, un día después de cumplir sus 51 años de vida, aseguró que hizo lo lo correcto. Es casi seguro que cumplirá otros aniversarios tras las rejas.
Tristemente, el destino de Gross apunta a una tragedia. Podría estar cerca de la muerte. Sigue muy desmejorado.
**********
ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS

Muy sencillo: desde el punto de vista del New York Times, los pilotos asesinados "se lo buscaron." Nada, que un ente perverso se comporta como tal, igual que una cobra venenosa es
Lector 1

1 Comments:

At 7:08 p. m., Anonymous Lector 1 said...

Muy sencillo: desde el punto de vista del New York Times, los pilotos asesinados "se lo buscaron." Nada, que un ente perverso se comporta como tal, igual que una cobra venenosa es.

 

Publicar un comentario

<< Home