Esteban Fernández: EL DECLIVE DE NORTEAMÉRICA
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Por Esteban Fernández
Comencemos por decir que nada es espontáneo y todo es premeditado. Existe desde hace mucho rato una intensa campaña para meterle miedo a todo el mundo en los Estados Unidos, desacreditar a las instituciones, menospreciar al país, hacer trisas al pasado glorioso norteamericano, protestar por todo, afeminar a los varones, acobardar a los adultos y drogar a la juventud.
En las universidades, en los colegios, en la televisión, tratan de inculcarles a los alumnos y a los televidentes puro comunismo y cuanta idea socialista disfrazada de “progresista” existe en el planeta. Número uno en la agenda es echar a pelear y darles cranque a las diferentes razas con la excusa de la discriminación. Profesores comunistoides, artistas liberaloides de Hollywood y MSNBC trasmitiendo veneno el día entero.
Ser “macho” es una especie de mala palabra y un insulto, y en el 99.9 de las series televisivas los hombres son una especie de monigotes de sus esposas. Eso comenzó con el “Show de Bill Cosby” donde “el Dr. Cliff Huxtable” siendo médico, inteligente, educado y rico, tenía que esconderse de madrugada para irse a la cocina y poder comerse un sándwich por terror a su esposa “Claire”. En la televisión ¡todos los maridos son débiles de carácter mangoneados por sus mujeres! Se trata de una labor brutal y solapada con la malsana intención de castrar al pueblo de esta gran nación donde hay que tener horror hasta a fumarse un tabaco en público.
Casi todo ha provenido de las mentes perversas de Lenin, Marx, Engels, Saul Alinsky, y hoy en día la acción devastadora está sufragada y dirigida por el billonario húngaro-judío Schwartz György alias “George Soros”.
La idea que prevale es la de desprestigiar a los policías, a los soldados, a los políticos conservadores y mantener latente una guerra acérrima contra las armas de fuego. Ya hasta quieren que no se les llame a los muchachitos “hembras y varones” sino “pingüinos”.
El que le quiera comprar un revolver de juguete a su hijo es catalogado de “inconsciente”. Las inmoralidades hacen ola y nos quieren obligar a aceptarlas como normales. Todo como parte de una maniobra muy bien orquestada para conseguir un fin determinado: el entierro militar, político, social, económico y cultural de U.S.A sin tener que disparar ni un solo tiro. Y en la destructiva agenda está el que no quede en pie un solo héroe nacional.
Nos dicen que los vaqueros del viejo oeste eran unos asesinos de indios, Cristóbal Colón no descubrió a América sino que la verdadera intención fue abusar de los nativos y violar a las mujeres. De todas partes quieren eliminar el nombre de Dios y tratan de que no digamos más “Feliz Navidad”, impulsan la legalización de la marihuana y quieren a toda costa acomplejar a los blancos americanos actuales por la remota esclavitud de los negros. Mientras se aúpa a cuanto izquierdista pasado y presente desgraciadamente ha dado la humanidad.
Y mucho cuidado porque no se puede criticar a ningún miembro de las minorías (desde luego, que sea también “ñángara”, “tonto útil” o “compañero de viaje”) sin que se reciba un aluvión de improperios que van desde racistas hasta antiinmigrantes. Al mismo tiempo miles de apelativos y hasta enfermedades- como por ejemplo “enano”, “indios” o “retardado”-no se deben decir por ser políticamente incorrectos.
Nos aterrorizan con listas monumentales de decenas y decenas de productos que hacen mal a la salud y engordan. La sal, el azúcar, las grasas, las papas fritas, la carne de res y de puerco son venenos que pueden destruir nuestras arterias y nos pueden costar la vida. Pánico a las pandillas, a los torrenciales aguaceros, a los huracanes, a las nevadas, a los incendios forestales. El humo del cigarro de segunda mano es tan amedrentador como una bomba atómica.
Hablamos de la nación más poderosa de la tierra y están logrando que sus ciudadanos anden aterrorizados ¿Ustedes nunca han estado en una casa y tocan a la puerta y nadie quiere abrir la puerta si por el agujerito ven con sobresalto que se trata de un extraño? Los noticieros nos imprimen pavor a las personas que manejan embriagadas y a los temblores de tierra y hasta a la lava de un volcán a miles de millas de distancia. El calentamiento global es como un “coco” que nos dicen que amenaza a todos.
A los niñitos no se les puede ni pasar la mano por las cabezas porque nos pueden acusar de que los estamos acosando sexualmente. Ni a los hijos se les pueden dar unas nalgadas bien dadas porque llaman al 911 y nos acusan de abusar de ellos. Y no se les puede tirar cinco sopapos a quienes nos insultan porque pueden ponernos una querella criminal. Los imberbes engreídos atacan a los maestros y se les reviran a sus mayores.
Y este escrito no va encaminado a asustar a nadie, al contrario, lo que trato de decir es que mejor que todo el mundo debe despertar y acomodarse bien los pantalones porque si la cosa sigue por el camino que va los enemigos de la humanidad van a lograr su objetivo de dominar a los Estados Unidos y este es el último baluarte de la libertad. Después de aquí “no hay más pueblo”.
Bueno, pero creo que he escrito demasiado porque todo lo antes dicho se puede simplificar con estas sencillas palabras: Si continúa el declive de U.S.A. y seguimos comiendo lo que pica el pollo los H.P. van a coger aquí los mangos bajitos.
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