Tania Díaz Castro desde Cuba> Fidel Castro reconoce que se equivocó
Admitió que el asalto al Cuartel Moncada se trató de un gran error, de un ¨atrevido intento¨, donde murieron muchos de sus hombres. Sin sus equivocaciones, hoy no sería el responsable de cinco mil 725 fusilamientos, mil 206 ejecuciones extrajudiciales, mil 216 fallecimientos en prisión, de incontables balseros desaparecidos en el mar
LA HABANA, Cuba -El 28 de julio de 2013, justamente al cumplirse el 60 aniversario del asalto al Cuartel Moncada de Santiago de Cuba, Fidel Castro publica en sus muchos periódicos una Reflexión donde reconoce que se trató de un gran error, de un ¨atrevido intento¨, donde murieron muchos de sus hombres. Dice exactamente: ¨…admito sin embargo que a partir de la experiencia acumulada habría sido mucho más realista y más seguro iniciar aquella lucha por las montañas¨.
Un poco antes, exactamente el 1ro de junio de 2012, confesó que la decisión que tomó de atacar la guarnición militar del Ubero, el 18 de mayo de 1957, fue tan incorrecta, que pudo haber perdido lo alcanzado en la guerrilla hasta ese momento.
En dicho combate, donde murieron seis importantes figuras rebeldes y heridos el Ché y Almeida, participaron 120 hombres, muchos de ellos incorporados hacía solamente una semana. Carecían de entrenamiento y preparación para la lucha irregular, desconocían el terreno y ni siquiera habían realizado jornadas de marcha por la Sierra Maestra, condiciones necesarias para iniciar acciones de envergadura.
En sus alocuciones, Fidel ha expuesto dos razones ante ese error táctico: ¨Para entretener a las fuerzas de Batista, en apoyo a un desembarco que se realizaría ese mismo día, o ¨…para obtener un impacto psicológico grande que se conociera en todo el país¨.
El combate del Ubero fue otro de sus muchos fracasos. Cuando Fidel y el resto de los rebeldes exigieron la rendición, los militares no la aceptaron y lo único que pudo obtener la guerrilla fue 45 fusiles, pertenecientes a los once militares muertos y a los 33 heridos hechos prisioneros.
Cualquiera puede preguntarse si en otros posibles análisis inteligentes del pasado, el Comandante invicto sea capaz de reconocer cada uno de sus muchos errores, puesto que sobre sus espaldas lleva, como ningún otro cubano, miles de víctima mortales.
(Batista desayunando con su esposa Martha Fernández en en Palacio Presidencial)
Porque si el ataque al Moncada no fue necesario, tampoco entonces lo fue la guerra terrorista urbana, donde la policía de Batista se vio forzada a enfrentarse a quienes la agredían y a favor de la tranquilidad ciudadana.
Con un poco más de paciencia por alcanzar el poder, Fidel Castro hoy no sería el responsable de cinco mil 725 fusilamientos, mil 206 ejecuciones extrajudiciales, mil 216 fallecimientos en prisión, de incontables balseros desaparecidos en el mar.
Algún día puede que se dé cuenta de esto.
Cuando se dio el golpe de estado en 1952, Batista era un anciano de 62 años. Tenía el antecedente, a favor suyo, de haberse limitado a ocupar la presidencia del país en 1940, sólo por cuatro años. En 1958, cuando abandonó su dictadura, tenía casi 70 años. Los que han estudiado bien su personalidad, aseguran que pudo haberse mantenido en el poder sólo unos cinco o seis años más.
Batista murió octogenario en España, cuando la dictadura de Fidel Castro ya tenía más de una década, con miles de muertos.
Dar marcha atrás en la historia nos hace pensar que todo pudo haber sido distinto, mucho mejor para el líder máximo de la Revolución, si hubiera sido más inteligente y hubiera tenido un poco más de paciencia. Quizás algún día lo comprenda.
Nota: Datos obtenidos del Archivo Cuba, dirigido por el profesor Armando Lago, hasta 2006.
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