miércoles, enero 07, 2015

Alfredo M. Cepero: EL MUNDO SEGÚN EL PAPA FRANCISCO



EL MUNDO SEGÚN FRANCISCO

Por Alfredo M. Cepero
Director de www.lanuevanacion.com
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Cuando se habla o se escribe a menudo nos equivocamos con frecuencia. Eso fue precisamente lo que me pasó cuando redacté un artículo con motivo de la elección del Cardenal Jorge Mario Bergoglio, como el Papa número 266 de la Iglesia Católica. En aquel momento escribí: "Su Santidad Francisco I ya no es privilegio exclusivo de los argentinos, orgullo de los latinoamericanos, ni soldado de los jesuitas. Ahora pertenece al mundo y esa tiene que ser nuestra mayor recompensa. El mundo que él se propone transformar en más compasivo para los pobres y más justo para todos los hijos de Dios".

Lo que no fui capaz de prever en aquel momento de genuina simpatía hacia el nuevo pontífice fue que ese mundo "más justo para todos los hijos de Dios" no se extendería a las víctimas de la tiranía castrista. Porque el mundo de Francisco está matizado por la misma ideología de izquierda que hizo de la democracia cristiana una aliada frecuente del socialismo y el comunismo en el Siglo XX. El ejemplo más notorio en América fue la alianza política con los comunistas chilenos que ratificó a Salvador Allende como ganador de unas elecciones presidenciales donde no había logrado mayoría absoluta.

Francisco, por otra parte, parece haberse impuesto como misión no sólo la transformación de su iglesia, que en realidad la necesita y en cuyo ámbito estarían justificadas sus acciones, sino una transformación del mundo en asuntos seculares, que trae consigo un alto riesgo político para El Vaticano. La última expresión de su activismo ideológico está contenida en el bosquejo de una encíclica advirtiendo sobre los supuestos peligros del cambio climático, pautada para ser emitida a principios de este año. Su objetivo es convocar a una reunión de líderes religiosos antes de la celebración de dos cumbres cruciales para el medio ambiente: el encuentro convocado para el mes de septiembre por la ONU sobre seguimiento de los Objetivos del Milenio y la conferencia del cambio climático que se celebrará en París el mes de diciembre.

(Papa Francisco)

El cambio climático es un tema de alto contenido emotivo que es debatido con vehemencia por activistas y científicos en ambos lados de la discusión. Sus defensores afirman que el calentamiento global es causado por el hombre y acusan a quienes lo niegan de servir intereses espurios del más rancio capitalismo. Quienes lo niegan afirman que el calentamiento global es consecuencia de cambios cíclicos del sol así como ciclos de la Tierra o incluso la acción de rayos cósmicos. El hecho real es que ninguno de los bandos cuenta con pruebas empíricas concluyentes en apoyo de su posición.

La Iglesia católica no muestra, por otra parte, una trayectoria de aciertos en otros campos de la ciencia. Por ejemplo, en 1633 condenó a Galileo Galilei por postular que la Tierra gira alrededor del Sol. En el auto de acusación, la Iglesia declaró: "La doctrina de que la Tierra no se halla en el centro del universo ni está inmóvil sino que gira, incluso en una rotación diaria, es absurda; es falsa desde el punto de vista psicológico y teológico y constituye, cuando menos, una ofensa a la fe". En 1832, la ciencia predominó sobre el dogma y la Iglesia borró los trabajos de Galileo de la lista de libros cuya lectura quedaba prohibida a los católicos.

Pero no todas las incursiones erróneas en temas seculares han estado limitadas a El Vaticano. En 1983, la Conferencia de Obispos Católicos Norteamericanos emitió una carta pastoral titulada "El reto de la paz: La promesa de Dios y nuestra respuesta", donde condenó como moralmente injustificado el armamento nuclear de los Estados Unidos como medio de enfrentar el poderío nuclear soviético. Sin tomar en cuenta la seguridad nacional norteamericana, los obispos propusieron nada menos que un compromiso de desarme progresivo encaminado a la eliminación total de las armas nucleares.

Lo que no tomaron en cuenta estos prelados, ilusos sobre los medios para confrontar fanáticos y tiranos, es que los comunistas que se tragaron a Europa a base de violencia, opresión y sangre no querían la paz a través de un desarme bilateral. Se proponían, por el contrario, superar a los Estados Unidos en el campo de las armas nucleares para apoderarse del mundo. Por suerte, Reagan no les prestó atención, se enfrascó en una carrera armamentista que no fue capaz de equiparar la economía soviética y creó las condiciones para la caída del muro de Berlín y la liquidación eventual de la Unión Soviética en 1989.

Volviendo al Papa Francisco, desde su ascensión al trono de San Pedro, Francisco mostró una marcada aversión hacia la doctrina del capitalismo. En el primer documento de su pontificado, "Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium", Francisco manifestó:"Mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz. Este desequilibrio proviene de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera. De ahí que nieguen el derecho de control de los Estados, encargados de velar por el bien común".

El discurso de Francisco une "mercado" a pobreza y "control de los Estados" al bien común. Pero es precisamente en los países donde predomina el mercado libre donde la iglesia disfruta de mayor autonomía. Y en aquellos dominados por gobiernos fuertes o totalitarios, como Cuba, Venezuela, Argentina y la antigua Unión Soviética, donde la Iglesia de Pedro, a la que Francisco ha dedicado toda su vida, encuentra más problemas para ejercer su misión pastoral y evangelizadora.

Tampoco ha estado ajeno el Papa al espinoso tema, sobre todo para la Iglesia, de las relaciones entre parejas del mismo sexo. En el sínodo sobre parejas "gays", celebrado en el otoño del año pasado, Francisco pidió "una mayor aceptación de las parejas homosexuales en el seno de la Iglesia Católica". Su iniciativa fue rechazada debido a que no logró el apoyo de dos tercios de los participantes, la mayoría necesaria para ser aprobada.

Pero de todas sus acciones como pontífice, la que más me hiere y la que rechazo con todas las energías de mi espíritu es su participación determinante y decisiva en las vituperables negociaciones entre Obama y Castro para prolongar la opresión del pueblo cubano. Un pueblo cuyos mártires del catolicismo como Rogelio González Corzo, Alberto Tapia Ruano, Virgilio Campanería y otros centenares de jóvenes murieron invocando a Cristo ante el paredón de fusilamiento. La memoria de esos mártires ha sido mancillada por la conducta reprensible de este papa.


Tampoco podemos entender el marcado contraste entre la posición de El Vaticano en la lucha contra el comunismo en Polonia y su contubernio con el comunismo en Cuba. Juan Pablo Segundo se unió a Ronald Reagan para derrocar al tirano Jaruzelsky y liberar a Polonia. Se fue a Cuba y bendijo con su sola presencia a los verdugos de mi pueblo. Francisco se ha unido con Obama para apuntalar al tirano Raúl Castro y prolongar la esclavitud de Cuba. Santo Padre, con todo respeto pero ejerciendo mi derecho a discrepar de usted en asuntos que no son de la fe, le recuerdo el refrán que usted parece haber olvidado: "dime con quién andas y te diré quien eres." Usted anda en la peor de las compañías.

Tomadas por separado, sus acciones y opiniones desde el comienzo de su pontificado podrían ser consideradas como la incursión transitoria de un Papa neófito en asuntos controversiales. Tomadas en conjunto, constituyen un serio peligro para el prestigio, la credibilidad y la influencia de la Iglesia católica. Porque ponen a El Vaticano como compañero de ruta de una alianza de izquierda con una agenda destructiva que promueve no solo el cambio climático y la restauración de relaciones con los Castro. Una alianza que extiende su militancia fanática al aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo y la secularización de una sociedad donde Cristo se ha convertido en una mala palabra. Su misión, Su Santidad, no es confraternizar con apóstatas y tiranos sino defender los derechos dados al hombre por su Creador y enfrentarse a los malvados que se los niegan. Usted no lo ha hecho en el caso del pueblo cubano. Por el contrario ha sido el mediador entre las dos versiones más execrables del capitalismo: el de los empresarios norteamericanos que se preparan a explotar al obrero cubano y el capitalismo de estado de los tiranos que ahora lo oprimen. Cristo jamás habría servido de mediador entre César y los corruptos jerarcas de la iglesia judía encabezada por Anás y Caifás. Tome nota y regrese al buen camino.
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Nota del Bloguista

Algunos de otros fusilados en abril de 1961. En esta foto aparece Rogelio González Corzo.





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Carta postuma de Virgilio Campaneria Ángel


La Cabaña, Cuba Abril 17 de 1961 A mis compañeros estudiantiles y al pueblo de Cuba en general:

En estos momentos me encuentro esperando la sentencia del tribunal que me juzgo. La muerte no me preocupa, porque tengo fe en Dios y los destinos de mi Patria. Mi muerte será otro paso atrás de los que creen que pueden ahogar con sangre las ansias de libertad del pueblo cubano.
No le temo, que venga la muerte; yo voy feliz porque ya veo libre a mi Patria, ya veo como suben jubilosos mis hermanos la gloriosa Colina, ya no habrá más odio entre hermanos, ya no habrá gargantas que pidan paredón. Todo será amor entre cubanos, amor de hermanos, amor de cristianos.

Pobre Cuba, cuanto has sufrido, pero la Cuba nueva surge del odio para sembrar el amor, de la injusticia para sembrar la justicia, justicia social, no demagogia engañadora de pueblo; una Cuba madura porque ya conoce todos los engaños y a los farsantes; una Cuba para los cubanos y “con todos y para el bien de todos”.

A ti, estudiante, te cabe la gloria de liberar a la Patria y de levantar esa Cuba nueva.
¡VIVA CRISTO REY!
¡VIVA CUBA LIBRE!
¡VIVA EL DIRECTORIO REVOLUCIONARIO ESTUDIANTIL!

Firma: Virgilio Campaneria Ángel
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ÚLTIMA CARTA DE ALBERTO TAPIA RUANO

Queridos viejos:
Acabo de recibir hace unos momentos la ratificación de la Pena de Muerte y es por eso, ahora que estoy en el final, que les escribo estas líneas. No me creerán pero puedo asegurarles que nunca he tenido tanta tranquilidad espiritual como en ese momento: me siento con sinceridad muy contento presintiendo que dentro de poco estaré con Dios , esperando y rezando por Uds.
Hoy en el juicio vi a mis hermanos y padrinos llorando Y eso por que? No y mil veces No. Se que lo de hoy es doloroso para Uds., pero quiero que se sobrepongan y piensen que Dios en su infinita bondad me ha dado esta gracia de ponerme a bien con El, y todos deben de agradecérselo.
Adiós viejucos, tengan mucha fe en la Vida Eterna que yo intercederé por todos Uds.

! VIVA CRISTO REY !

Besos y abrazos, no lágrimas, a todos.
Adiós hermanos, padrinos y familia

FE EN DIOS.

Alberto

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Tomado de http://www.hermanos.org

Carta del 20 de abril de 1961 de Rogelio González Corzo a sus padres, escrita minutos antes de ser fusilado por el régimen de Castro.

20 de abril de 1961

Queridos padres y hermanos:

Sé lo que representa para ustedes el momento en que reciban la noticia de mi muerte encontrándose ustedes lejos de donde yo estoy. Quiero decirles que esto fue siempre lo que yo le pedí a Dios. Creo que hubiera sido para ustedes un sufrimiento mayor moral y quizás físico si hubieran estado aquí y hubieran tenido que pasar por todo este tiempo que entre mi prisión y mi muerte duró 32 días.

No tienen en ningún momento que abochornarse de mi prisión y fusilamiento, al contrario, espero que estén orgullosos de su hijo y que sepan adoptar una postura correcta en el momento en que Dios y la Patria pedían el sacrificio de su hijo. Quiero que sepan que era la única postura que podía tener en situaciones como la que está atravesando la patria en estos momentos.

Esto lo estoy escribiendo a las 2 a.m. del día 20 de abril. Estoy en una celda que le dicen capilla, ya que mi muerte es cuestión de minutos. Quiero que de esta manera sepan ustedes que mi último pensamiento en la tierra fue para ustedes y mis queridos hermanos.

Padres, hermanos, sólo tengo una terrible preocupación, pero confío que siendo mi última voluntad esta preocupación deje de serlo y se convierta en una gran alegría, ella es la vida espiritual, la vida religiosa de ustedes. Saben que siempre mi preocupación fue la Religión Católica y tratar de hacer la voluntad de Dios; en estos momentos estoy seguro que la estoy cumpliendo y quiero que esta muerte mía, de la cual deben de estar orgullosos, sirva para que ustedes papá y mamá, me hagan la promesa de ir a misa todos los domingos y de confesar y comulgar los dos y después hacerlo regularmente.

Que mis hermanos Manolito e Isidro hagan ejercicios espirituales, anualmente, que se confiesen y comulguen mensualmente y vayan a misa todos los domingos. Traten de ser buenos esposos con esas dos joyas que tienen, Laurita y Fifí, a las cuales también les pido mejoren su vida espiritual. Para mi sobrín Carlos Manuel que le digan lo mucho que su tío lo quería, que murió para que tuviera una Cuba digna y católica y por favor que vaya a un colegio católico. Recuerden que es más importante salvarse que saber inglés. A mi ahijado y mis dos sobrinas muchos besos. Que vayan a colegio católico y que sean buenos hijos todos.

En estos momentos en que la muerte toca a la puerta sabrán, padres y hermanos, que estoy con gran tranquilidad, lo mismo que todos mis compañeros, ya que ello me abre las puertas del cielo y de la dicha eterna. Además, me lleva al lado de abuelito y de mis abuelos donde, si Dios quiere, los espero a todos.

Recuerden, no lamenten, esto es lo mejor. Recuerden que los espero en el cielo, que tengan fortaleza como yo la tengo en estos momentos y que me voy con una sola preocupación de su vida espiritual. Por favor, no la abandonen, que en ningún momento mi problema vaya a afectar al catolicismo de ustedes, al contrario, lo fortalezca.

Sin más, esperándolos en el cielo, queda su hijo, que nunca los olvida y los espera con los abuelos,

Rogelio

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TESTIGO DEL SACRIFICIO
(HACE 50 AÑOS)

Por Tomás Fernández-Travieso


El sol se ponía cuando salimos del juicio. Luis Fernández-Caubí fue el único abogado que se atrevió a defender nuestra causa. El juicio demoró sólo 20 minutos; lo interrumpió varias veces el ruido de los tanques de guerra destacados en La Cabaña corriendo hacia Playa Girón: era el 17 de abril de 1961.

Cuando iban a fusilar, dejaban solamente en capilla a los condenados a muerte. El único que sabíamos que ya estaba allí era Carlos Rodríguez Cabo. A su compañero de causa, Efrén Rodríguez López, le pidieron 30 años. Lo habíamos dejado en la galera y cuando vino a despedirse de nosotros, muy apenado, dijo: “Miren, perdonen que les pida esto, pero seguro que ustedes no regresan. Salúdenme a Carlitos allá”. No pudo seguir hablando. Nos abrazó llorando. Caminando esposados cruzamos el puente levadizo. Abajo, en el foso, un palo solitario se alzaba delante de unos sacos de arena. Virgilio Campanería Angel y yo íbamos esposados juntos. Alberto Tapia Ruano venía solo.

Al llegar a la prisión, desde el patio al otro lado del rastrillo, muchos compañeros nos saludaron en silencio. Nos pasaron a través de una galera donde dormían los guardias, hasta llegar a la capilla (galera interior dividida en cuatro celdas con un pasillo central). Continuamos caminando por un largo pasillo. Cuatro guardias nos escoltaban. Atravesamos tres rejas con gruesos candados. Al entrar en la capilla, desde una de las celdas, la voz de Efrén, fuerte y decidida, nos saludó: “Parece que me quieren tronar (fusilar) también. Me elevaron la condena de 30 a paredón. Además, Carlitos estaba muy solo y no podía abandonarlo”, agregó riendo Efrén. Compartimos la información que teníamos del desembarco por Playa Girón que apoyaría el movimiento clandestino. Efrén y Carlitos eran de Rescate Revolucionario; Virgilio, Alberto y yo del Directorio Revolucionario Estudiantil. Nos metieron en una celda iluminada por una lámpara de luz fría con dos literas sin colchón y un hueco en el piso que servía de inodoro.

Al poco rato trajeron a Lázaro Reyes Benítez y a Filiberto Rodríguez Ravelo, ambos de Güines. Filiberto se había ganado el apoyo de “el marciano” ya que desde que llegó a La Cabaña insistía en que él era un extraterrestre y que estaba en contacto permanente con los marcianos. Después llegó José Calderín, quien junto a Lázaro y a Filiberto fueron a otra celda. Por último, Carlos Calvo Martínez; al igual que Virgilio y Tapita tenía 21 años. Lo acusaron de poner la bomba de El Encanto. Lo metieron en nuestra celda.

Ya estábamos todos. Un guardia trajo las sentencias. A mí me conmutaron la pena de muerte por 30 años de prisión “porque esta gente no va a fusilar a un menor de edad”, me explicaron todos. Ya no pude seguir compartiendo los cantos y los chistes de los demás. Me convertí en el depositario de sus recuerdos, el enlace con la vida. Yo sería el testigo de su sacrificio. Pasaron horas. No sé, ahí no existe el tiempo. Rezamos el rosario, todos teníamos rosarios. Por fin las tres cerraduras crujieron y pasos de botas resonaron en la capilla. El sargento Moreno llamó el primer nombre: “Carlos Rodríguez Cabo”. “Presente”, gritó con voz firme. Dos guardias con fusiles lo escoltaron hasta la puerta de nuestra celda. Nos abrazamos a través de los barrotes. Me encomendó a su hija, le dejaba su sortija y dijo: “ánimo, que tengas suerte”. Al rato el sonido de los fusiles FAL llenó la capilla, seguido de un tiro de pistola. “El sargento Moreno es el que da los tiros de gracia”, me habían dicho. Las tres cerraduras se abrieron otra vez, ahora para Efrén. Respondio: “Presente”.Me abrazó entre las rejas, le dejaba su fosforera a la esposa Los FAL sonaron cerca, seguidos de un tiro de gracia. El tercero fue Virgilio. En el último abrazo me dijo: “Tommy, voy a gritar un Viva Cristo Rey, Viva Cuba Libre, Viva el Directorio, que le va a traquetear los cojones. Alberto (Tapita) se abrazó a mí: “Ojalá que yo vaya después”. Abrazados escuchamos a Virgilio cumpliendo su promesa, sonaron los FAL y después tres tiros de gracia. “Alberto Tapia Ruano”, llamó Moreno. “La Virgencita me oyó”, dijo Tapita con alegría. Salió rápido. Quedamos Carlos Calvo y yo en la celda. “¿Crees que Tapita contó los tiros de gracia de Virgilio?... Fueron tres. De todas maneras él lo va a ver en el suelo, no hay tiempo de quitar los cuerpos entre uno y otro…”, dijo.

El cuarto fue Filiberto, quien, reconociendo su broma, me confesó: “Ya ni los marcianos pueden salvarme del trueno (paredón)”. Salió cantando el Himno Nacional. Le dieron dos tiros de gracia. “Lázaro Reyes Benítez”. “Presente”. Me abrazó y salió. “José Calderín”. “Presente”. El penúltimo abrazo y salió. Carlitos Calvo fue el último. Ya yo conocía toda su vida. Antes de que abrieran las rejas, me pidió: “Cuenta mis tiros de gracia y me lo dices allá arriba”.

Fueron ocho en La Cabaña, hace 50 años.

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TOMÁS FERNÁNDEZ-TRAVIESO, ex miembro del Directorio Revolucionario Estudiantil, fue condenado a 30 años de prisión por el régimen castro-stalinista de Cuba. La publicación en Miami de su obra teatral “Prometeo Desencadenado” le ocasionó una condena adicional. Cumplió 19 años de prisión. Actualmente reside en Miami. Recién publicó la novela, “El Silencio del Ayer”.