Jorge Hernández Fonseca: La izquierda latinoamericana en crisis
17 de Marzo de 2015
La mayoría de los entendidos políticos saben que en Latinoamérica existen dos tipos de izquierda: la izquierda Fidelo-Chavista o “carnívora”, instalada en Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, que rechaza alternarse en el poder con otras denominaciones políticas, y la izquierda democrática o “vegetariana”, como la de Brasil, Chile, Uruguay, Argentina y El Salvador, que admite la posibilidad de alternar el poder político con otras fuerzas.
La lamentable situación actual existente en la Cuba de los hermanos Castro y en la Venezuela chavista, habla bien claro del ineficacia del “modelo socialista cubano” como evidencia del fracaso socialista de la izquierda “carnívora” latinoamericana. Por su parte, el fracaso socialista brasileño, con más de millón y medio de brasileños en la calle pidiendo la renuncia de su presidenta “socialista”, en paralelo con el fracaso socialista-“kirchnercista” en Argentina, son muestras de las limitaciones, no sólo del “modelo socialista cubano” como también del modelo socialista democrático, pudiéndose hablar globalmente de “fracaso socialista latinoamericano”.
Cuando la antigua Unión Soviética explotó en mil pedazos, propulsada por el fracaso de la experiencia comunista en Europa Oriental, el castrismo se mantuvo en Cuba básicamente debido a la férrea represión que fue aplicada contra la sociedad cubana --que ha llegado hasta nuestros días-- y que consiguió ser exportada con éxito a algunos países de Latinoamérica, en función de la copiosa chequera de Hugo Chávez y el “matrerismo” antológico de Fidel Castro.
Después del fracaso comunista soviético y europeo, Fidel Castro y Hugo Chávez, junto a Lula da Silva y líderes guerrilleros conformaron el “Foro de San Pablo”, una especie de Internacional Comunista de Latinoamérica, que comenzó a cosechar triunfo$ en diversos países del Sub-Continente latinoamericano, conformándose una red de países satélites de Cuba, financiado$ copiosamente por el petróleo venezolano, ganando elecciones e impulsando las guerrillas.
Hoy el panorama es otro. La guerrilla (derrotada) por no rendirse ha encaminado conversaciones “de paz” con el actual (y permisivo) gobierno colombiano, eliminando así el remanente carnívoro del esquema socialista Fidelo-Chavista. Los gobiernos de Bolivia, Ecuador y Nicaragua, van más camino de dictaduras unipersonales bananeras --basadas en el culto a la personalidad de sus líderes-- que como los modelos sociales pretendidos por Castro y Chávez.
Es verdad que todavía los hermanos Castro tienen el poder en Cuba, como Maduro mantiene el poder en Venezuela, pero también es verdad “como un templo” que sus sociedades socialistas fracasaron en toda la línea pudiéndose decir que ahora es una “cuestión de tiempo”. El mencionado fracaso socialista latinoamericano --Cuba, Venezuela, Brasil, Argentina y la guerrilla colombiana-- se ha dado en el mundo real de sus sociedades, con manifestaciones inequívocas de pobreza, inflación, matonismo y arbitrariedades, por lo que resulta ahora lícito hablar del fin del socialismo regional, aunque haya hecho metástasis ca$ual en España.
Tal y como el hambre en Cuba, la falta de papel higiénico en Venezuela y el narcotráfico de la guerrilla colombiana derrotaron el socialismo carnívoro --dejando un remanente de dictaduras bananeras de izquierda-- las masas en la calle de Brasil y el asesinato político argentino, también acabaron derrotando el tan hablado –en medios académicos-- socialismo democrático.
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