Cuba - EEUU: la "normalización" de la Dictadura. Celso Sarduy Agüero sobre nuevo rumbo de las relaciones entre EE.UU. y la tiranía Castrista cubana
Cuba - EEUU: la "normalización" de la Dictadura.
Por Celso Sarduy Agüero
Liberpress, Buenos Aires
26 de Julio de 2015
@celsosarduy -
Después de varios meses de negociaciones secretas, esta semana se concretó el reestablecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba truncas desde hace más de medio siglo. Todo un acontecimiento histórico que, impecablemente promocionado, suscita grandes espectativas para la población de la Isla y buena parte de la opinión pública de Occidente, en especial de hispanoamérica.
La propaganda sistemática de la dictadura castrista que atribuye al embargo norteamericano la razón de todos los males que aquejan al pueblo cubano, ha rendido sus frutos. Muchas personas de buena fe, tanto dentro como fuera de Cuba, piensan que con la "normalización" de relaciones y el probable levantamiento del embargo comercial norteamericano se iniciará un proceso de apertura política y económica en la Isla que cambiará radicalmente la vida de todos los cubanos.
Estas expectativas son falsas; el restablecimiento de relaciones entre ambos países sobre todo económicas producirá un aumento exponencial del turismo estadounidense a Cuba. Estos visitantes gastarán sus dólares en hoteles y servicios de todo tipo que son propiedad del régimen a través de empresas del ejército, policía política y miembros de la nomenklatura gobernante, en fin de la dinastía familiar de los hermanos Castro.
El cubano de a pie seguirá siendo un convidado de piedra, a lo sumo recibirá algunas migajas del pastel. Lo mismo que sucede ahora a pesar de que actualmente visitan la isla más de tres millones de turistas. En segundo término aumentarán las inversiones directas de empresas e inversionistas dispuestos a correr todo tipo de riesgos a pesar de la ausencia de seguridad jurídica reinante bajo la dictadura más antigua de Occidente.
El proceso de "normalización" de relaciones entre ambos países ha sido posible gracias al abandono unilateral de los Estados Unidos de las condiciones mínimas para dicho restablecimiento. EE.UU. postergó sus pretensiones de resarcimiento económico por las propiedades confiscadas a ciudadanos norteamericanos en la Isla. Al contrario, es la mafia de La Habana la que pide una indemnización de miles de millones de dólares. Pretenden atribuirle al supuesto "bloqueo" la causa de su rotundo fracaso económico.
El régimen recibe todas estas concesiones sin prometer siquiera un gesto de apertura política, sin legalizar partidos políticos, ni agrupaciones independientes de la sociedad civil, sin garantizar la libertad de prensa ni comprometerse a iniciar un porceso que culmine en elecciones libres y pluripartidistas. En suma sin enunciar ningún compromiso que involucre el respeto de derechos y libertades individuales.
El cambio unilateral de la política norteamericana hacia la dictadura castrista se debe en primer lugar a que este país se encuentra actualmente presidido por el ala radical-izquierdista del Partido Demócrata que se ha dedicado a desmantelar la orientación de la política exterior de anteriores administraciones. También al cambio de la politica exterior del Vaticano y la nueva realpolitik del Papa Francisco, sin omitir la incidencia de buena parte de los países de latinoamérica, en especial los gobernados por regímenes populistas.
A cambio de tan esperado regalo, la dictadura no ha evidenciado un solo gesto de buena voluntad, al contrario se ha jactado en su anuncio de su victoria y de la claudicación de los Estados Unidos. Ha enunciado en alta voz en que el suceso era un hito más en el triunfo de la revolución, en fin: del relato totalitario.
El Régimen, tiene ahora luz verde internacional para asegurar su vigencia: han aumentado la represión contra la oposición interna y externa. Ahora los sicarios del régimen reprimen violentamente a los opositores pacíficos delante de la prensa internacional y en las narices de las pasivas autoridades de otros países, como sucedió en la pasada Cumbre de las Américas en Ciudad de Panamá. Puertas adentro ha incrementado la censura contra artistas, escritores contestatarios y referentes de la sociedad civil y estrenado un nuevo corral informativo con la creación sitio de internet llamado "Cuba" con motor de búsqueda a medida de su relato.
En política internacional también se ha envalentonado afianzando su alineamiento con el nuevo eje totalitario mundial capitaneado por Rusia y China facilitando territorio y aguas territoriales cubanas a la instalación de bases militares rusas de espionaje electrónico y el fondeo de la armada de ese país.
En resumen el restablecimiento incondicional de relaciones entre Washinton y La Habana aleja cualquier posiblidad de apertura democrática para los cubanos pues oxigena económicamente al régimen y lo fortalece políticamente. La dictadura gratuitamente "normalizada", aumenta a su vez, su influencia en la Región a través sus regímenes subsidiarios del autoproclamado Socialismo del siglo XXI, abocados a destruir el sistema republicano, la economía de mercado y las libertades individuales en Latinoamérica.
La normalización de la dictadura, además de condenar a Cuba quién sabe cuantos años más de totalitarismo, es un fuerte respaldo al lento pero constante proceso del establecimiento de un nuevo tipo de dictaduras plebiscitarias creciente en nuestra región.
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