miércoles, julio 08, 2015

Pedro Corzo: El silencio del Cardenal Jaime Lucas Ortega y Alaminos


 El silencio del Cardenal

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"Jaime Ortega y Alamino es posiblemente el más sinuoso y genuflexo obispo que ha tenido la Iglesia Católica cubana".
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Por Pedro Corzo
julio 07, 2015

Jaime Ortega y Alamino es un hombre de silencio. Calla todo lo que puede afectar a la dictadura castrista y en particular lo que pueda resultar en su perjuicio. Por eso sus declaraciones de que en Cuba no quedan presos políticos encuadran perfectamente con su comprobada inclinación de favorecer al régimen de la isla en todo lo que le sea posible.

Su conducta permite suponer que escogió la vida eclesial más por conveniencia que por fe. También deja apreciar que su actuar se semeja más al de algunos clérigos de las antiguas cortes europeas que gustaban incursionar en el poder temporal y para lograrlo, hacían todo tipo de concesiones a los reyes, dicho sea de paso, los Castro tienen más de monarcas absolutos que de dictadores.

Jaime Ortega y Alamino es posiblemente el más sinuoso y genuflexo obispo que ha tenido la Iglesia Católica cubana. Su petulancia no honra en medida alguna el evangelio que predica.

El Cardenal es incapaz, cabe la pregunta de cómo ascendió al purpurado: ¿de insuflar valores cristianos o predicar la ética sobre la cual se ha sostenido el mundo occidental? Su práctica es la de un político oportunista. Calla, tergiversa y manipula con eficacia.

La realidad es que las conmociones sociales y políticas tienden a generar oportunidades para que determinadas personalidades accedan a posiciones protagónicas, capítulo en el que es de suponer debe ser encasillado el cardenal cubano Jaime Ortega y Alamino.

El cardenal Ortega debe ser catalogado como un sobreviviente exitoso. Superó la cruel experiencia de las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), entidad criminal creada por el castrismo para encerrar a miles de jóvenes desafectos al nuevo orden.

(Jaime L. Ortega y Alaminos)

Todo parece indicar que su estancia en los campos de concentración le llevó a concluir que la fórmula ideal para su éxito personal estribaba en no ver y enmudecer ante los crímenes que la Iglesia en la que hacía vida condenaba. Pasar por alto que miles de fieles se pudrían en las cárceles y que centenares de creyentes, antes y después de sus vivencias en las UMAP, ofrendaron sus vidas frente a un pelotón de fusilamiento clamando por Cristo Rey.

Ortega escaló posiciones en una iglesia que enfrentaba serios problemas por falta de sacerdotes y las restricciones gubernamentales que le impedían acceder a la población, cuyos fieles eran brutalmente reprimidos y discriminados.

Paralelo a la represión e intimidación contra los creyentes y sus iglesias, el futuro obispo establecía relaciones personales con los jerarcas de la dictadura, con un gobierno que especificaba en su constitución que era oficialmente ateo. Paulatinamente, se fue asegurando un rol importante en el escenario principal del totalitarismo cubano. El fracaso absoluto del castrismo le favoreció y se convirtió en el interlocutor más relevante del régimen.

La crisis estructural de la dictadura ha beneficiado el protagonismo de Ortega. El régimen necesita un cardenal de sus características, por eso le permitió ser uno de los intérpretes en la ficción de diálogo que culminó con la salida del país de prisioneros políticos y sus familiares.

Raúl Castro había tomado la decisión de la excarcelación y deportación, pero necesitaba que Ortega y Alamino asumiera un rol protagónico para afianzar una figura que favorecería su propósito de lavar la cara de la dictadura, con el único fin de que todo siguiera igual.

Las declaraciones del Cardenal sobre los prisioneros políticos le colocan una vez más en la principal línea de defensa de la dictadura, ya que la prisión la nutre el régimen con sus acciones represivas y las injustas condenas que dicta.

El Cardenal debería ver el informe de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, firmado por el activista Elizardo Sánchez. El documento refiere que en la isla hay 21 personas que llevan entre 12 y 24 años encarcelados por delitos contra el Estado, a no ser que Ortega y Alamino no considere a estas personas como prisioneros políticos tal y como hace la dictadura.

La relación presenta 71 personas que han sido condenadas o procesadas por razones políticas. Entre ellas, Mario Ronaide Figueroa, sancionado a tres años de prisión por hablar en contra del Gobierno o Armando Sosa Fortuny, penado con 30 años por infiltrarse clandestinamente en Cuba, una misión que cumplieron Fidel y Raúl Castro en 1956, con el agravante de que ellos con sus acciones han causado la muerte de millares de personas y la devastación de todo un país.

El Cardenal debería revisar la lista. Está Ernesto Borges, un prisionero político visitado por su eminencia en 2012, cuando realizaba una huelga de hambre. Borges, 17 años preso, reclamaba ser puesto en libertad, condición a la que tenía derechos según las leyes cubanas, pero no, "en Cuba no hay presos políticos".
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Nota del Bloguista de Baracutey Cubano.

MARZO DE 2012: A CONTINUACIÓN  LA  SITUACIÓN CUBANA SEGÚN EL CARDENAL JAIME LUCAS ORTEGA Y ALAMINOS EN ENTREVISTA A LA AGENCIA DE NOTICIAS CATÓLICA ZENIT. OBSERVEN  LA FALSA CUBA QUE DESCRIBE EL CARDENAL Y COMO SE REFIERE A LOS ¨llamados políticos¨ PARA NO LLAMARLOS PRESOS POLÍTICOS. Y AÑADE: ¨de modo que no han quedado detenidos de esta naturaleza en las cárceles cubanas¨. UNA VEZ MÁS SE CUMPLE EL REFRÁN: ¨A UN MENTIROSO SE COGE  MÁS RAPIDO QUE A UN COJO.¨Y QUE NO FUERON SACADAS DE CONTEXTO SUS PALABRAS RECIENTES (JUNIO 2015) DE QUE EN CUBA NO HAY PRESOS POLÍTICOS.

 EL PERIODISTA EFRÉN MARTÍNEZ PULGARON CONOCIÓ EN CUBA DE LAS GROSERIAS EN EL TRATO DEL CARDENAL ORTEGA. TAL ES ASÍ QUE PULGARÓN LE GRABÓ HACE AÑOS UNO DE ESOS  COMPORTAMIENTOS GROSEROS DEL CARDENAL Y  EMITIÓ DICHA GRABACIÓN A  RADIO MARTÍ, LA CUAL LAS TRASMITIÓ PUES YO LAS OÍ EN CUBA. PULGARÓN VIVE EN EL EXILIO Y QUIZÁS AÚN TENGA, AL IGUAL QUE RADIO MARTÍ, LA GRABACIÓN.


Tomado de http://www.zenit.org

Las expectativas de Cuba ante el viaje papal

Link

Entrevista al arzobispo de La Habana, cardenal Ortega

ROMA, viernes 23 marzo 2012 (ZENIT.org).- Se respira aire nuevo en Cuba. Un clima ciertamente diverso del que rodeó la visita de Juan Pablo II en 1998. "Benedicto XVI se encontrará en una Cuba encaminada a vivir una época nueva, tanto a nivel social como religioso. Una época de aperturas que deben consolidarse", afirma el cardenal Ortega.

Lo ha dicho el el cardenal Jaime Lucas Ortega y Alamino, arzobispo de San Cristóbal de La Habana, en una entrevista concedida al diario vaticano L'Osservatore Romano.

A la pregunta de cómo ha cambiado la situación en Cuba desde la visita de Juan Pablo II, responde: "Han pasado catorce años de aquella visita que se produjo en un momento económicamente mucho más difícil para Cuba que el actual. Hoy hay nuevas estructuras en el gobierno; hace cuatro años, hubo un cambio en la presidencia con ministros y funcionarios nuevos. Se ha iniciado una reforma económica importante por lo que se refiere al cultivo de la tierra, la construcción de viviendas, la legalización de los trabajos como autónomos y de cooperativas privadas, el crédito, la adquisición y la venta de casas y de automóviles, la creación de pequeñas empresas privadas. La Iglesia ahora dispone de más agentes pastorales: sacerdotes y religiosas. La llegada de misioneros está permitida, la Iglesia tiene publicaciones propias, un mayor acceso a los medios de comunicación, si bien todavía no sistemático. En La Habana hemos construido un nuevo seminario nacional, ha aumentado el número de seminaristas y se facilitan las celebraciones públicas de la Iglesia".

Influencia de la Iglesia

Los medios internacionales en estos días han hablado mucho de una aumentada imfluencia de la Iglesia sobre cuestiones sociales ¿Es verdad? "Más que de influencia --responde el cardenal Ortega- prefiero hablar de presencia social. Hace quince años, antes de la visita de Juan Pablo II, parecía que la Iglesia estviera ausente de la sociedad. Hoy no es así; poco a poco se ha transformado en una realidad social la que se debe tener en cuenta.

La Iglesia ha participado activamente como mediadora entre el gobierno y los familiares de los detenidos del grupo de los 75, de los cuales 53 estaban todavía en la cárcel. Acogiendo nuestra mediación a favor de estos detenidos, el gobierno ha decidido ponerles en libertad. Pero también ha excarcelado a otros 130 detenidos llamados políticos. Muchos nombres de estos detenidos estaban en las listas de los opositores, otros fueron designados por el gobierno cubano, de modo que no han quedado detenidos de esta naturaleza en las cárceles cubanas. también en este caso ha habido una suerte de mediación de la Iglesia.

En la inminencia de la Navidad, en vista de la visita de Benedicto XVI a Cuba y del año jubilar por los cuatrocientos años del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad, patrona de Cuba, y por expreso deseo de la Iglesia católica y de otras confesiones cristianas, el presidente Raúl Castro concedió el indulto a tres mil detenidos comunes condenados a penas más largas, por buena conducta y por motivos de salud".

Relaciones con el gobierno

¿Como son las relaciones hoy en el país? "La relación es más directa y fluida --responde el cardenal Ortega--. La participación en el proceso de excarcelación de los detenidos nos ha permitido a mí y al presdente de la Conferencia Episcopal encontrar en diversas ocasiones al presidente Raúl Castro, con el que hemos podido afrontar temas de interés nacional o relativos a la Iglesia en Cuba. la preperación de la visita del papa ha sido realizada en un clima positivo, con todas las facilidades necesarias para su organización".

Expectativas de la visita

¿Qué expectativas sobre la visita de Benedicto XVI? "El pueblo cubano --responde el cardenal ortega- sabe ya lo que significa la visita de un papa, pero muchos de ellos eran niños cuando vino Juan Pablo II, hoy son jóvenes. El pueblo hoy expresa su fe más que hace catorce años. La Iglesia se ha hecho más presente y el tema religioso no es ya un tabú. La peregrinación nacional de la Virgen de la Caridad ha sido una auténtica demostración de fe popular y los sentimientos religiosos que parecían dormidos o apagados se han manifestado de modo muy evidente. Es este el clima espiritual que encontrará el papa. Al paso de la Virgen peregrina el pueblo nos pedía la bendición que nosotros los sacerdotes y los diáconos hemos tenido que dar personalmente hasta el agotamiento. Cuando, en las grandes celebraciones públicas, digo que el pueblo cubano anhela las bendiciones de Dios y que el papa viene a visitarnos para traernos la bendición del cielo, todos aplauden. Las expectativas del pueblo son ciertamente expectativas de fe, pero incluyen también el bien del país, el bienestar de las familias, la reconciliación entre los cubanos, la esperanza de un futuro mejor. Nosotros que hemos sido durante muchos años los pastores de esta gente sabemos lo importante que es para el pueblo cubano que el pontífice venga a bendecir a Cuba".


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Cardenal  Jaime  Ortega ¿SEPULCRO BLANQUEADO ?
Ex Coronel Roberto Ortega hace grandes revelaciones sobre el Cardenal Ortega y sobre Eusebio Leal , el historiador de la ciudad de La Habana

Parte 1



Parte  2