domingo, agosto 16, 2015

Cuatro opiniones sobre el nuevo rumbo de las relaciones entre EE.UU. y la tiranía Castrista de Cuba. Pinan: Rafael Rojas, Ernesto Hernández Busto, Yoani Sánchez y Juan Abreu

 Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

Mi opinión es que a mediado plazo Cuba seguirá siendo  un país con una dictadura militar dominando la política y la economía. Esa dictadura usará   las máscaras de un Parlamento ¨plural¨ con algunos delegados  que supuestamente en determinados momentos de su historia personal fueron supuestamente, o realmente,  disidentes, opositores o activistas; los privilegios y las ambiciones serán los hilos que esa dictadura usará para manipular a algunos de ellos. En lo económico los militares (ya sea usando  botas militares o ¨mocasines¨) seguirán al frente  de los sectores productivos y de servicios, incluyendo al turismo, así como del comercio exterior. La dictadura no seguirá el modelo chino o el modelo  vietnamita  de dejar en manos privadas las industrias del país y solamente permitirán los pequeños negocios particulares. La censura política  seguirá existiendo, aunque se permitirán otros  diarios y revistas no dañinos para el estado de cosas. 

El pueblo cubano seguirá tratando de emigrar y de no pronunciarse en contra de la situación política de Cuba para poder entrar y salir de Cuba.

A largo plazo Cuba será libre, democrática y próspera pese a esa dictadura y a los gobiernos cómplices que han cooperado con ella.

No pertezco al Movimiento Cristiano Liberación pero he aquí la claridad de pensamiento del asesinado Oswaldo Payá cuando denunció el Cambio-Fraude; quizás al Payá no plegarse  a los intereses de la tiranía yno venderse a los grandes intereses económicos que desean usar a Cuba como una China mucho más cercana para así aumentar sus ganancias, le haya costado la vida.

¨YA TODO ESTÁ PACTADO, YA TODO ESTÁ CUADRADO¨



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Luces y sombras del «deshielo» en las relaciones entre EE.UU. y Cuba

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La normalización entre ambos países ha creado diferentes expectativas entre los cubanos residentes en la isla y aquellos que viven en el exilio. ABC ha hablado con ellos
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Por Yaiza Santos
Corresponsal en Ciudad de México
Día 15/08/201


El anuncio de la normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos realizado por el presidente Barack Obama el pasado 17 de diciembre creó una especie de euforia tanto dentro como fuera de la isla. Sin embargo, muchos cubanos, especialmente activistas dentro de Cuba y miembros del exilio, se muestran escépticos de que esta reapertura diplomática conlleve también la ansiada libertad democrática.

ABC recabó la opinión de algunos de ellos, que muestran los matices de un acontecimiento histórico escenificado este viernes, con la bandera de EE.UU. ondeando de nuevo, 54 años después, en el Malecón de La Habana.

No influirá en el proceso interno político

El historiador exiliado en México Rafael Rojas (La Habana, 1961), que acaba de publicar una «Historia mínima de la revolución cubana», considera que este «deshielo» entre los vecinos separados por 90 millas de mar Caribe no influirá en el proceso interno político de cara a 2018, año en que Raúl Castro prometió dejar el poder. «Si se hubiera introducido una reforma electoral antes de esta normalización, sí podríamos ver en el 2018 un parlamento ligeramente distinto. En principio, lo que podrá suceder entonces es sólo un relevo generacional sin ninguna democratización del régimen político, que seguirá siendo el mismo desde el punto de vista institucional: partido único, control de los medios de comunicación, control de la sociedad civil, penalización de la oposición».

Un paso que ha estimulado el exilio

Por su parte, a Ernesto Hernández Busto (La Habana, 1968), fundador del blog «Penúltimos Días» en 2006 –cuando Fidel Castro se retiró del poder por sus problemas de salud–, le desagrada la palabra «deshielo» y critica que ningún periodista independiente haya sido acreditado para cubrir la ceremonia oficial en la flamante embajada de EE UU: «No me gustan las metáforas políticas, porque creo que impiden muchas veces llegar al meollo del problema: ni Guerra Fría ni Deshielo, pues. Simplemente una apuesta de Obama por normalizar la anomalía del régimen cubano, confiando en que la liberalización (económica) y el mayor intercambio (turístico) aflojará lo que parece no tener remedio. El cambio, sin duda significativo, hasta ahora sólo ha beneficiado al gobierno cubano. Y más que favorecer la democracia, parece haber estimulado el exilio (al tiempo que la oposición, sin duda más fuerte que hace una década, queda arrinconada en el nuevo escenario político). En los últimos meses he visto crecer las cifras de los que salen de Cuba por cualquier medio y de los que opinan que la jugada política de Obama ha sido contrarrestada con el gatopardismo raulista: las principales empresas que pueden beneficiarse de una nueva relación con EE.UU. están todas en manos de la élite militar».

Aceleración hacia el final del castrismo

La periodista y activista Yoani Sánchez (La Habana, 1975) es más optimista. Conocida a través de su blog «Generación Y», que le ha hecho acreedora de varios premios por la prensa y la libertad alrededor del mundo, dirige desde Cuba el periódico digital independiente «14ymedio». Ella es partidaria de la reapertura porque «la anterior situación heredada de la guerra fría favorecía la política de ‘en una plaza sitiada, disentir es traicionar’.

Para la periodista lo más positivo de la normalización de las relaciones bilaterales consiste en que «terminada la rivalidad con el vecino del Norte, queda en evidencia el conflicto más importante que vive Cuba: entre su pueblo y su gobierno». Y señala como aspecto negativo que «la prensa internacional se ha llenado de titulares triunfalistas, que no acaban de convertirse en realidades. Para muchas personas en el mundo, Cuba ya cambió y no es así», asegura.

En cuanto a quién se beneficiará del deshielo, cree que «el Gobierno intentará monopolizar todos los beneficios, pero ya se está viendo que no pueden controlarlos. El 17D marca una aceleración hacia el final del castrismo».También que contribuirá al establecimieto de la democracia en la isla «aunque no de la manera que muchos creen. No será la Casa Blanca la que logre recuperar para nosotros los cubanos los derechos que nos han quitado, pero al menos la propaganda oficial no podrá señalarla como el motivo principal para mantener una dictadura.

Por último, Yoani Sánchez cree que el siguiente paso en este proceso de deshielo debería venir de Cuba. «El gobierno de Raúl Castro no ha dado pasos hacia una reforma política después del 17D. Ahora debe modificar la ley electoral, permitir la existencia de otros partidos y aceptar que candidatos opositores se presenten a las votaciones. También le corresponde legalizar una prensa libre y desmontar las restricciones migratorias que aún quedan, además de permitir la inversión del capital privado cubano, desde dentro y fuera de la Isla. Mientras más rápido comience, mejor.

El futuro de Cuba será ruso


 Juan Abreu (La Habana, 1952), pintor y escritor, residente en Barcelona, salió de la isla a la vez que su amigo Reinaldo Arenas, con el éxodo del Mariel, rumbo a Miami. Hoy lleva a cabo el proyecto «1959», una inmensa obra en proceso que pretende retratar uno por uno los miles de fusilados por el castrismo.

«El de Cuba es un caso sin final feliz. La duración del castrismo ha envilecido y emponzoñado no solo el pasado y el presente sino el futuro de la isla –señala–. La nueva relación con Estados Unidos beneficiará a la dictadura y, probablemente, traiga además algún beneficio económico a los cubanos, pero eso carece de relevancia moral, es decir de importancia».

Para Abreu, el futuro de Cuba «será ruso. Los cubanos, como los rusos, cuando se consume la farsa del “cambio”, votarán por los mismos asesinos, se seguirá matando a los opositores en las calles (Oswaldo Payá, Borís Nemtsov), y a cambio de bienestar material la población se contentará con el mismo gobierno de delincuentes, pero disfrazado de reformistas». En su opinión, para que hubiera democracia y libertad en Cuba, «sería necesario limpiar de la geografía cubana a los Castro y su descendencia, y que la herencia política de esta gentuza desapareciera completamente. Pero dudo que algo así suceda alguna vez», concluye.
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Tomado de https://www.cubanet.org

Primer Encuentro Nacional Cubano: Declaración de San Juan

 agosto 16, 2015

SAN JUAN, Puerto Rico – Los participantes del primer Encuentro Nacional Cubano dieron a conocer un documento donde se recogen objetivos y puntos comunes de las diferentes organizaciones que concurrieron a la cita. A continuación, CubaNet reproduce el texto íntegro de la Declaración:

DECLARACIÓN DE SAN JUAN
Entre los días 13 y 15 de agosto del 2015, sesionó en San Juan, Puerto Rico, el primer Encuentro Nacional Cubano.  Participaron 23 organizaciones del Archipiélago y 32 del exilio, debidamente representadas por más de un centenar de sus dirigentes.  El evento fue organizado por Cubanos Unidos de Puerto Rico.

Nos animaba el propósito de buscar vías para conciliar la labor de las fuerzas pro-democráticas con el compromiso de restaurar la soberanía a los ciudadanos cubanos y todos sus derechos fundamentales.  A esos efectos,  afirmamos que, para lograr la libertad plena del pueblo cubano y un genuino estado de derecho, no son negociables ninguno de los siguientes principios:

    La libertad incondicional de todos los presos políticos y la derogación de  todas las leyes que atenten contra las libertades fundamentales;
    La libertad de expresión, de prensa, de asociación, de reunión, de manifestación pacífica, de profesión y religión; y
    La participación del pueblo en toda decisión de la nación, la legalización de todos los partidos políticos y las elecciones libres y pluripartidistas.

El Encuentro Nacional  Cubano también acordó:

    Trabajar en la campaña por un plebiscito vinculante en favor de las elecciones libres, justas y plurales, bajo condiciones democráticas, que garanticen la soberanía de los ciudadanos.
    Respaldar y suscribir el Acuerdo por la Democracia en Cuba, de 1998.
    Promover la estrategia de la lucha no-violenta, facilitando  la capacitación de los luchadores pro-democráticos en las metodologías de la desobediencia civil.
    Trabajar para derrumbar el muro cibernético en Cuba y esforzarse para que la oposición interna tenga los recursos tecnológicos con los que continuar la movilización ciudadana.

Se expusieron varios trabajos enfocados hacia el progreso material y espiritual de la Nueva Cuba, los que serán definidos en un segundo Encuentro Nacional Cubano.

Se estableció una Comisión Coordinadora de Enlace, por un término de seis meses, cuya tarea fundamental será dar seguimiento a los puntos aquí acordados y comunicárselos a todas las organizaciones, en el espíritu de unir la oposición interna y externa.

Para nosotros tiene hoy más vigencia que nunca la frase martiana que nos proponemos cumplir: “Juntarnos es la palabra de orden”.

San Juan, Puerto Rico, 15 de agosto de 2015
 

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